Bajo y hondo el tercero, muy amplio de sienes. Con cuello. Hizo cosas de manso en los primeros tercio, y siguió marcando querencia en los primeros compases de la faena de Christian Parejo, que trató infructuosamente de sujetarlo en los medios primero, para encontrar acomodo enseguida en terrenos del cinco, muy metido en tablas. Allí, en paralelo a las mismas, logró que el animal siguiera el trapo en un par de series sobre la mano derecha y otra más con la zurda, descrita a pies juntos, en las que el gaditano evidenció capacidad, sitio y recursos. Una pena el pinchazo antes de la estocada final.
Grande y cornalón el castaño sexto, muy berreón durante toda la lidia, al que costó desplazarse, si bien cuando metió la cara lo hizo con franqueza. Estuvo queriendo Parejo, pero como el toro no transmitió el público nunca se terminó de meter en la obra.