La segunda edición de la Corrida Lorquiana, celebrada en plena Feria del Corpus en la Monumental Frascuelo de Granada, dejó una imagen que quedará en la memoria del aficionado. Fue durante la lidia del cuarto toro de la tarde, un Victorino de nombre Bolsiquero, marcado con el número 3, cuando el festejo tomó un rumbo inesperado. El toro, lidiado por El Fandi, protagonizó un momento de tensión —se dan menos de los que pudiera parecer— en pleno tercio de banderillas, rompiendo la rutina del espectáculo con una embestida tan brava como impredecible.
Tras un primer par desigual, en el que una de las banderillas cayó baja, Bolsiquero cargó con fuerza contra el burladero más próximo. El ímpetu del animal levantó las tablas y llegó incluso a romper la lona conmemorativa que decoraba el ruedo, dedicada precisamente a la singular identidad de esta corrida temática, en homenaje a la figura de Federico García Lorca. La escena obligó a ponerse a buen recaudo a quienes ocupaban el callejón de la plaza, por si el animal finalmente decidía abandonar el ruedo.
En medio del desconcierto, destacó la reacción rápida y profesional del banderillero Curro Jiménez, quien supo leer el peligro inminente. Con notable temple y experiencia, evitó que el toro accediera al callejón a través del hueco que había quedado al descubierto tras el impacto. Fue una acción discreta pero fundamental, propia del oficio silencioso de quienes, lejos del protagonismo, garantizan la seguridad y el buen curso de la lidia.
La corrida, retransmitida en directo por Canal Sur, fue una apuesta firme del ente público andaluz por el fomento y la visibilización de la tauromaquia como expresión cultural viva. El cartel, compuesto por El Fandi, Sebastián Castella y Miguel Ángel Perera, reunía a tres diestros de solvencia ante una ganadería siempre exigente como la de Victorino Martín. Pero fue ese cuarto toro el que, más allá de su lidia, ofreció una estampa de emoción y tensión real, recordando que cada corrida puede ofrecer su propio capítulo singular.
Una faena que nos contó de la siguiente forma nuestro compañero Eduardo Porcuna: «Gran toro el cuarto, al que El Fandi le cortó las dos orejas tras una labor entregada desde el primer momento. Lo recibió con variedad capotera y firmó un quite también variado y vistoso. En banderillas, como es habitual, puso al público en pie con un tercio espectacular, muy en su estilo. Con la muleta, el torero granadino desarrolló una faena de mucha intensidad por ambos pitones, conectando con fuerza con sus paisanos en una tarde especial, marcada por la celebración de su 25 aniversario de alternativa. Dejó un pinchazo previo a una estocada entera que bastó. Dos orejas en una tarde de emotividad y entrega«.
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