Este jueves, el novillero salmantino Cristian González vivirá un momento clave en su carrera: su debut en una plaza de primera, nada menos que en la Real Maestranza de Caballería de Sevilla, en la última de las novilladas con picadores nocturnas del ciclo. González actuará junto a Valentín Hoyos y Fabio Jiménez, frente a un encierro de Julio de la Puerta. A pocos días de este compromiso, repasa con emoción, serenidad y ambición su trayectoria y lo que representa este paso en su carrera.
¿Cómo afrontas una cita de este calibre?
Estoy muy ilusionado. La oportunidad de torear en Sevilla me quita el sueño. Es una tarde que quiero disfrutar porque representa la recompensa a todo un esfuerzo, a una trayectoria que uno arrastra desde niño. Cuando empiezas a ver toros y a soñar con ser torero, siempre te ves ahí, en ese tipo de plazas. Creo que ha llegado mi momento. Debutar en una plaza de primera como novillero con caballos lo resumo en una sola palabra: un sueño. Estoy muy responsabilizado y mentalizado.
¿Cómo fueron tus inicios en el mundo del toro?
Desde muy pequeño. Recuerdo que mis padres me llevaban a los toros y en mi familia siempre ha habido una gran afición. Lo mío surgió de forma natural. Quise ser torero desde que tengo uso de razón. Al principio, mis padres no se lo tomaron muy bien. Sabían lo duro que es este mundo, lo que hay detrás: miedos, sufrimientos, momentos difíciles… Pero con el tiempo entendieron que era mi camino.
¿Cómo fue tu etapa de novillero sin caballos?
Me forjé mucho en la zona de Ciudad Real, toreando novilladas de las que te curten. Tuve mi bautizo de sangre pronto, no sé si demasiado o en el momento justo para saber si de verdad quería seguir. Pero el tiempo me ha dado la razón: este jueves pisaré una plaza de primera. Estos días atrás miro mucho al pasado y me acuerdo de aquellas noches en las que te preguntas cuándo volverás a vestirte de luces o a pisar una plaza importante. Poco a poco, con mucho esfuerzo, todo se ha ido cumpliendo.
El año pasado debutaste con picadores indultando un novillo. ¿Cómo fue esa experiencia?
Sí, fue en La Línea de la Concepción, con un novillo del maestro El Juli. Una tarde muy bonita, fue mi primera temporada con caballos y creo que fue muy buena. Pude acumular triunfos y avanzar en mi carrera. Este año siento que es la temporada del todo o nada, y llegar a Sevilla lo reafirma. Quiero que el nombre de Cristian González entre en las ferias.

En Castellón se vio un punto de inflexión importante en tu temporada.
Sin duda. Me tomé aquella tarde como algo más. Sentía que tenía que pasar algo, que la gente tenía que salir hablando de mí… y creo que así fue. A pesar de que pinché la novillada, el teléfono empezó a sonar más. Si hubiera acertado con la espada, habría sido un gran golpe sobre la mesa. Aun así, Castellón marcó un antes y un después. Se vio un giro radical respecto al Cristian González del año pasado: más hecho, más maduro, sabiendo lo que hay que hacer para triunfar, buscándolo de forma rotunda y con la cabeza muy centrada. Ahora, Sevilla tiene que ser el culmen.
¿Qué objetivos te marcas para esta temporada?
Quiero estar presente en las ferias de novilladas, en esas plazas donde el aficionado torista valora al toro con trapío y al torero dispuesto. Me veo como un torero que puede llegarle a ese tipo de público. Es un aficionado que merece respeto y que admiro mucho.
¿Qué significa para ti torear en Sevilla?
Sevilla es la plaza con la que todos sueñan. Es donde uno, incluso andando por la calle vestido de paisano, ya se siente torero. Es una plaza que impone, que exige, pero también que lo da todo si estás bien. En cuanto a la ganadería, el encierro de Julio de la Puerta me ilusiona mucho. El año pasado fue de lo mejor que se lidió en esta plaza. Además, hace poco el maestro Perera indultó un toro de esta casa. Estuve hace unos días en el campo y fue un tentadero muy exigente. Es una ganadería de referencia. Sevilla puede marcar un antes y un después en mi carrera.
