Resulta incomprensible —y desde luego injusto— que Borja Jiménez, autor de una de las obras más rotundas de los últimos tiempos en Las Ventas, no esté siendo tenido en cuenta para ninguna de las sustituciones que deja libres Marco Pérez tras su reciente lesión. El pasado 15 de junio, el torero de Espartinas desorejó a un toro de Victorino Martín y cruzó por tercera vez la Puerta Grande de Madrid, un hecho al alcance de muy pocos y que por sí solo debería haberlo convertido en prioridad absoluta para ocupar puestos vacantes.
Pero lo de Borja Jiménez no es flor de un día. Fue el torero revelación de 2023 y ha rubricado un histórico 2024, con triunfos clamorosos en plazas de máxima exigencia como Valencia, Castellón, Pamplona, Madrid y Sevilla, donde cortó dos orejas en la pasada Feria de Abril. Es, por méritos propios, uno de los nombres que sostiene la temporada y llena de argumentos el futuro de la tauromaquia. Su ausencia en los carteles donde se buscan sustitutos es, sencillamente, incomprensible.
La afición se pregunta, con razón, qué más tiene que hacer Borja Jiménez para tener el sitio que ya ha ganado en la plaza. Porque lo suyo no es un golpe de suerte, sino una trayectoria sólida, comprometida y triunfal que reclama oportunidades con la autoridad que da el ruedo.
Respecto a las sustituciones que restan por salir, ignorar a quien ha conquistado Madrid no solo es un error estratégico para la renovación de la cumbre del escalafón, sino una falta de respeto al propio mérito.