Han pasado más de 200 años desde que la Plaza de Toros de Segovia se levantara en su actual ubicación, consolidándose como uno de los espacios taurinos más emblemáticos de Castilla y León. Catalogada como coso de ‘segunda categoría’, esta plaza ha sido testigo de distintas etapas y reformas que han adaptado sus instalaciones a la evolución del espectáculo taurino y las necesidades del público.
Su construcción fue impulsada en 1801 por la Sociedad Económica Segoviana de Amigos del País, con el propósito de trasladar las celebraciones taurinas desde la Plaza Mayor a un lugar más adecuado. La plaza fue inaugurada en 1805 por el célebre torero Pepe Hillo, convirtiéndose en la segunda plaza más antigua de la región, un símbolo arraigado en la tradición cultural de Segovia.
A lo largo de los años, la plaza ha experimentado diversas modificaciones, destacando la reforma de 1990, que consolidó su estructura actual. Destacan sus gradas divididas en piso inferior y superior, capaces de albergar a 6,500 espectadores, reflejando la pasión y el compromiso de una ciudad que mantiene viva su afición taurina.
Este domingo 29 de junio, la plaza volverá a vestirse de gala para una corrida organizada por la Casa Lozano, un momento especial que une historia, emoción y homenaje en un escenario con alma propia. Harán el paseíllo Miguel Ángel Perera, Alejandro Talavante y Daniel Luque. El encierro llevará el hierro de la reconocida ganadería de Alcurrucén.