Seis novillos de El Retamar se lidiaban este jueves en la primera novillada nocturna del certamen ‘Cénate Las Ventas’. A las 21h. hacían el paseíllo Pérez Pinto, que se presentaba, Tomás Bastos, y Pedro Montaldo, que también hacía hoy su presentación en esta plaza.
Pérez Pinto, silenciado con el novillo de su presentación

Armónico y fino de cabos fue el primero de El Retamar, de nombre Alcotán. Con él se salió a los medios Pérez Pintos en el saludo capotero de su presentación en Madrid. Acudió al caballo protestando y echó la cara arriba en el peto de Rafael Pérez, antes del quite por gaoneras de Tomás Bastos. Desde la boca de riego lo citó el novillero salmantino en el inicio de faena para enjaretarle una serie por el derecho en la que buscó obligarlo por abajo. Sin embargo, a medida que avanzó la faena, no encontró ni el acople ni la continuidad, ni el aseo. Buscó siempre la colocación y la faena expiró con un animal venido a menos, cerrándose en los terrenos del 9, y quedándose cada vez más corto. Dejó una estocada delantera que fue suficiente.
La actitud y las ganas de Tomás Bastos saludan la primera ovación de la noche

Rodilla en tierra y a la puerta de los sustos. Así se viene a Madrid, debió pensar Tomás Bastos, que saludó con una larga cambiada a ‘Teniente’ y demostró la actitud y las ganas que se le piden a un novillero desde el minuto uno. Tras el desacertado tercio de varas, el luso dejó un quite en el que se adivinaron el buen gusto y las formas clásicas. Y ya con la pañosa en la mano, salió a jugársela. De rodillas abrió la faena, con dos pases cambiados por la espalda que llegaron arriba. Tuvo movilidad, aunque embestía algo descompuesto el animal de El Retamar. Cuando cambió al izquierdo llegó el momento más álgido de la faena, una serie en la que hubo emoción y toreo por abajo. Después, los enganchones contribuyeron a que la faena se viniera abajo. Hasta las bernadinas finales, que recuperaron la intensidad. Lo despenó con una estocada trasera.
Montaldo pincha una faena intermitente con el manso tercero

A la verónica saludó Pedro Montaldo a ‘Malacara’, el novillo de su presentación en Madrid, que ya en el caballo cantó su condición de manso. En la lidia destacó el buen hacer de Iván García. Ya en el último tercio, buscó la querencia el astado de El Retamar. Pero mandó más el novillero de Orea, que le planteó faena prácticamente en la contraquerencia. Incierto y algo brusco se mostró el animal en los primeros compases. Y la receta fue clara: cite firme y muleta abajo para llevarlo. Y encontró momentos por el pitón izquierdo, con los que se ganó la atención del tendido. Pero sin continuidad. La labor fue intermitente. Y el burel terminó en tablas. La espada estuvo a punto de convertirse en un calvario, pero solo sonaron dos avisos.
Pérez Pinto no encuentra el acople con el gran cuarto

Engatillado, bien hecho y rematado en los cuartos traseros era el cuarto, de nombre Correrías, que quiso hacerlo bien en el caballo. Pretendió agradar Tomás Bastos en el quite por chicuelinas, sin mucho éxito. Inteligente y torero fue el prólogo de la obra, por abajo, enseñando los caminos y rematando la tanda en el centro del anillo. Lo citó en largo en la siguiente serie, descubriendo la clase y la calidad de la embestida de Correrías. Selló una tanda importante por el pitón derecho, en la que buscó la profundidad y respondió el animal, persiguiendo la tela con humillación. Y a partir de ahí, se apagaron las ideas. Lo intentó por ambos pitones, pero no logró acoplarse. No dio con la tecla el salmantino y la plaza se quedó con ganas de ver al novillo. En la suerte suprema, escuchó los dos avisos.
Tomás Bastos, inédito con el inválido quinto

No se lo pensó Tomás Bastos y tomó, de nuevo, el camino de la puerta de toriles. Más allá de la segunda raya lo recibió con una larga cambiada, prólogo de un saludo capotero en el que no faltó la emoción. Le puso ganas y ambición el novillero luso en el arranque de faena, en el que quiso lucir al animal, que se dañó la mano derecha. Lo mimó y le dio tiempos, pero era difícil sostenerlo. Con la tizona, escuchó los dos avisos.
Montaldo se gusta al natural con el bravo sexto

Salió desentendido el sexto, de nombre ‘Bonito’, que fue el novillo más serio del encierro por delante. Quitó por chicuelinas Pérez Pinto, antes del gran tercio de banderillas completado por la dupla Iván García-Fernando Pérez. Y con Andrés Revuelta en la brega. Una cuadrilla de muchos quilates. Montaldo inició faena genuflexo, doblándose con un novillo que había apuntado cosas buenas en los primeros tercios y las confirmó en la muleta. Tenía recorrido, humillación y mucha transmisión. Le costó entenderlo al novillero de Orea, pero encontró el secreto por el izquierdo. Se sintió torero y dibujó naturales muy logrados, uno a uno, con el burel persiguiendo la tela con una excelsa humillación. Se la dejaba puesta y tiraba de él, brillando especialmente en el epílogo al natural, antes de meter la mano al segundo intento.
FICHA DEL FESTEJO
Plaza de toros de Las Ventas. Primera novillada nocturna del certamen ‘Cénate Las Ventas’. Novillada con picadores. 9.053 espectadores.
Novillos de El Retamar. Algo incierto fue el primero, que acabó desfondado; de embestida descompuesta, pero con movilidad el segundo; brusco por momentos fue el manso tercero; tuvo clase en la embestida y humillación el buen cuarto; se dañó la mano derecha el quinto; tuvo humillación, recorrido y transmisión el bravo sexto.
Pérez Pinto, de lila y oro: silencio y silencio tras dos avisos.
Tomás Bastos, de palo de rosa y oro: ovación y silencio.
Pedro Montaldo, de verde pino y azabache: silencio tras dos avisos y vuelta al ruedo tras aviso.
FOTOGALERÍA: PABLO RAMOS
