ALALPARDO (MADRID)

Aldabonazo de Puerta Grande de Álvaro Serrano, clarividencia y temple con una notable novillada de Montealto


sábado 28 junio, 2025

El madrileño desorejó a un excelente utrero de vuelta al ruedo de Agustín Montes; sendos trofeos para Méndez y Rollón

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Fue un golpe en la mesa. Contundente. Con argumentos. Álvaro Serrano se llevó esta tarde en Alalpardo (Madrid) la semifinal a seis del Circuito de Novilladas de la Comunidad de Madrid tras salir en hombros después de desorejar a un excelente novillo de Montealto, premiado con la vuelta al ruedo. Y lo hizo mostrando credenciales propias de un joven al que conviene seguir la pista. Cierto es que el animal derrochó clase y transmisión, pero Serrano mostró una clarividencia y una mente tan despejada que no parecen propias de su escalafón. Entendió al novillo y lo toreó con elegancia y temple a raudales, especialmente, con la zurda. Paseó las dos orejas y es carne de final del certamen. Candidatos a acompañarle, Julio Méndez, que evidenció un concepto interesante, y Sergio Rollón, que pasearon sendas orejas. También la pudo pasear El Mene, poderoso y profundo, de no estar romo su acero. Todo con una gran novillada de Montealto, que enlotó hasta cinco novillos con opciones, demostrando una vez más que en los encierros con utreros es un valor seguro.

Se emplazó de salida en los medios ese importante tercero, un castaño fino y algo suelto de carnes, tocadito de pitones, que tuvo fijeza, prontitud, ritmo y, sobre todo, enorme clase. Bravo de verdad, al de Montealto había que hacerle las cosas perfectas y Álvaro Serrano estuvo francamente bien con el animal. Clarividencia y temple, mucho temple, para cuajar al utrero. Lo hizo de principio a fin con ambas manos, pero destacó toreando con la izquierda. Hubo naturales muy buenos, siempre dejando la franela en el hocico, puesta, al torrente de casta de Montealto, echando los vuelos y enganchando las profundas embestidas. igual que tuvo gusto el añejo epílogo a dos manos rodilla en tierra, antes del final de hinojos. Hundió el acero y afloraron los pañuelos. Dos orejas y vuelta al doble anillo para este magnífico “Verbenero”.

Julio Méndez mostró sus bisoñas e interesantes virtudes en el quinto, otro novillo excelente de Montealto. Algo acapachado, con las puntas hacia delante, de hechuras perfectas, el ejemplar de Agustín Montes tuvo cualidades destacadas como su humilladora embestida -quiso todo por abajo- y su transmisión. Animal importante con el que Méndez, pese a su aún corto bagaje con los del castoreño, cinceló una labor clásica, castellana, en la que hubo muletazos con elegancia y temple por ambos pitones. Como cuchillo en mantequilla, muy despacio, enterró el acero, casi entero y algo delantero, antes de pasar un trofeo.

El otro trofeo de la tarde fue para Sergio Rollón con el que cerró plaza. Un colorado chorreado que abría más su acapachado cara y se movió mucho en los primeros tercios, donde Sergio Rollón perdió pie sin consecuencias tras ser arrollado con los cuartos traseros en un quite por tafalleras. El alumno de la Escuela Taurina El Juli armó luego un trasteo en el que tuvo que poner mucho, pues su adversario, algo desfondado, quiso más que pudo. Por ello, buena parte del mismo transcurrió en las cercanías. Cómodo en ellas, logró arañar los muletazos, de uno en uno, pero con buen trazo. La estocada casi entera bastó para que doblara y cayera la oreja.

Acapachado y con cuajo, el colorado segundo fue un novillo con buena condición, pese a no permitir a El Mene lucir de capa, pues salió algo abanto. Convencido y mandón con su muleta, el maño formado en Salamanca logró someter a su encastado adversario en tandas poderosas. Hubo buen trazo y hondura. Aunque el utrero acabó desfondado, era labor de premio, seguro, pero se esfumó por el escaso filo de su tizona.

Había abierto plaza un castaño lleno y acapachado, que embistió con codicia en las tersas verónicas del recibo de Cristiano Torres, que luego dejó un angosto quite por gaoneras. Buena pelea del “Montealto” en varas. El maño comenzó de rodillas y fue prendido de fea manera por el pecho, lanzándolo varios metros, al ir a rematar con la arrucina. El resto del trasteo transcurrió en las cercanías por la falta de pujanza del novillo, que se dejó y humilló con cierta nobleza, pero le faltó raza. Volvió a ser prendido -por la corva esta vez- en el epílogo también por arrucinas, ya con el utrero en tablas. Lo mató de estocada al segundo intento.

Joel Ramírez recibió al rematado y cornidelantero cuarto en la puerta de chiqueros. Libró con solvencia el trance. Fue este utrero el de menores opciones del encierro. Un animal que marcó querencias y acabó rajándose con descaro encierro el tramo final de una faena en la que el joven pupilo de la Escuela José Cubero “Yiyo” quiso mucho y tiró de actitud para buscarle las vueltas. Pese a ello, el trasteo no llegó a calar en la piedra y, tras pasaportarlo, fue silenciado.

FICHA DEL FESTEJO:

Plaza de toros de Alalpardo (Madrid). Semifinal del Circuito de Novilladas de la Comunidad de Madrid. Dos tercios de entrada. Novillos de Montealto, bien presentados. El 1º, noble, pero medido de pujanza; el 2º, también de buena condición, pero acabó desfondado; el 3º, n° 20, de nombre “Verbenero”, bravo novillo, pronto, con fijeza, ritmo y de mucha clase, premiado con la vuelta al ruedo; el 4º, desrazado, acabó rajándose; el 5º, otro buen novillo, noble y con clase; y el 6º, con movilidad en los primeros tercios, desfondado, quiso más que pudo en el último.

Cristiano Torres, de grana y oro; silencio.

El Mene, de grosella y oro; silencio tras aviso.

Álvaro Serrano, de nazareno y oro; dos orejas.

Joel Ramírez, de marino y oro; silencio.

Julio Méndez, de sangre de toro y oro; oreja tras aviso.

Sergio Rollón, de malva y oro; oreja.