Tras el prólogo de rejones, el Coliseum de Burgos anuncia este domingo su primer festejo a pie del ciclo. Joselito Adame, Roca Rey y Jarocho, la gran esperanza del toreo burgalés, conforman una interesante e inédita terna internacional para la segunda de la Feria de San Pedro y San Pablo. Los toros, con la divisa de El Parralejo.
Joselito Adame, ovación tras petición, después de una labor seria y variada a un primero noble, pero que duró poco
Abrió plaza un toro noble y con calidad de El Parralejo, al que saludó a la verónica con garbo Joselito Adame, rematando con torería. Cumplió en varas el animal y el azteca caló en el tendido gracias a un ceñido quite por chicuelinas. Brindó al respetable antes de comenzar el trasteo sentado en el estribo por ayudados, muy torero. Luego fue una faena de querer y entrega con una animal que se vino a menos, pareció desfondado , lo que le impidió a Adame redondear su labor. Lo mató de una estocada arriba que hizo asomar los pañuelos, pero el palco no la otorgó y saludó desde el tercio.
Oreja para Roca Rey, faena de mano baja y profundidad a un segundo de El Parralejo que lo quiso todo por abajo
Sin definirse de salida, el segundo apenas permitió unos capotazos de tanteo a Andrés Roca Rey de salida. Mejor fue su pelea en el caballo. El peruano brindó al público e inició el trasteo con dos cambiados por la espalda muy ajustados en la misma boca de riego, que remató con torería por bajo. Prosiguió con la mano derecha, bajando mucho la mano al de El Parralejo, que respondió con buena condición. Faena bien estructurada que también tuvo momentos destacados al natural, donde hubo hondura y profundidad. Culminó por manoletinas antes de una estocada en buen sitio. El animal, sin embargo, tardó en doblar y necesitó del descabello, por lo que sólo obtuvo una oreja.
Jarocho marra con la espada una notable presentación como matador delante de sus paisanos ante el noble tercero
Jarocho se presentó en Burgos como matador de toros con un astado que tuvo cierta nobleza ya de salida y permitió al torero de la tierra apuntar buenos detalles con el percal. Brindó este primer toro en el Coliseum a su madre. Muleta en mano, hubo actitud y disposición del joven torero que, por momentos, cuajó muletazos buenos. Los pases de pecho a la hombrera contraria, así como sus remates para abrochar las series gustaron en la afición. Sin embargo, todo lo bueno realizado por Jarocho se fue al traste con el acero y, tras un aviso, recibió palmas.
Entregada faena de Joselito Adame, que cuajó por ambos pitones a un colaborador sobrero de El Parralejo
Se devolvió en banderillas al titular en cuarto lugar por su endeblez de remos. El sobrero de El Parralejo también permitió a Joselito Adame explayarse con buenas verónicas que remató con vistosidad. Se empleó el animal en el peto antes de un vibrante quite por zapopinas, muy jaleado en los tendidos. Brindó al público Adame, preludio de una faena llena de entrega en la que logró cuajar una labor importante por ambos pitones. El epílogo por manoletinas mantuvo el diapasón y la estocada, en la yema, puso una oreja de peso en su mano.
Esfuerzo de Roca Rey, palmas, en un quinto muy complicado, al que logró arañar algunos muletazos sueltos de buen porte
Tras un doble y forzoso parón por el diluvio torrencial que se filtró por la cubierta del Coliseum, primero, y un accidente fuera del coso, que obligó a ausentarse unos minutos a los médicos, el festejo se reanudó con un quinto astado nada sencillo. Fue un ejemplar al que Roca Rey recibió con lances de tanteo e incluso después lidió él mismo en todo momento en varas y banderillas, en vista de sus complicaciones. Pese a ello, cuando se quedaron toro y torero a solas en el ruedo, el peruano, a base de oficio y maestría, logró arañar muletazos meritorios por ambos lados. Una labor de mucha entrega, muy por encima de su oponente. Sin embargo, no fue agradecido el burel y, tras media estocada, todo quedó en palmas para la figura sudamericana.
Entrega total de Jarocho, que vence hasta al apagón, para imponerse a un sexto remiso y medido de motor
Jarocho se dispuso de rodillas para saludar con una larga cambiada junto a las tablas al sexto de la tarde, con el que después siguió rodilla en tierra para lucirse en su recibo capotero. Durante el tercio de varas volvió a irse la luz -ya lo había hecho antes- en el Coliseum de Burgos. Brindó al público e inició su faena de rodillas, ganándole terreno, mientras el respetable enloqueció y se entregaba al diestro burgalés. Aquel inicio explosivo vino continuado por una tanda sobre el pitón derecho en la que lo citó en largo para después aprovechar la inercia y envolvérselo. Encontró transmisión en una tanda ligada y bien llevada por abajo, tratando de limpiar los muletazos y evitar que desluciera el animal a la salida. En el toreo al natural aprovechó los vuelos, mostrando su capacidad con la zurda, echándole la muleta con delicadeza a la cara para después arrastrar la embestida detrás del engaño. Dosificó y midió bien los tiempo en tandas cortas y medidas. Recuperó el pitón derecho de un toro que tampoco era fácil y que daba poco margen de error. Logró llevarlo muy metido, sin darle otra opción que no fuera la tela. Le metió la mano con todo, pero no fue suficiente y tuvo que descabellar por lo que sólo paseó un trofeo.
FICHA DEL FESTEJO:
Plaza de toros Coliseum de Burgos. Segunda de la Feria de San Pedro y San Pablo. Lleno de «No hay billetes». Toros de El Parralejo, desiguales de presentación. El 1º, noble, pero a menos pronto; el 2º, buen toro, con calidad, lo quiso todo por abajo; el 3º, noble y colaborador; el 4º, noble y colaborador; el 5º, complicado; y el 6º, remiso y medido de motor.
Joselito Adame, de sangre de toro y azabache; ovación tras petición y oreja.
Roca Rey, de catafalco y azabache; oreja y palmas.
Jarocho, de blanco y oro; palmas tras aviso y oreja.
