Manuel Escribano protagonizó el pasado sábado una encerrona histórica con toros de Victorino Martín en Alicante, una plaza y un hierro que han marcado profundamente su carrera. La importancia de esta cita no solo radica en la hazaña conseguida —el indulto del toro Bohemio, una joya de humillación, bravura y temple en su embestida—, sino en el simbolismo de hacerlo en una ciudad donde ha vivido momentos decisivos en su carrera.
“Al final, Alicante y Victorino van ligadas a mi carrera”, confiesa en una entrevista para este medio Escribano. “Alicante me ha hecho sufrir y también me lo ha dado todo. Esta plaza siempre me ha exigido darlo todo, y hacer aquí esta encerrona tenía todo el sentido del mundo”.
Para él, la actuación fue la mejor forma de devolver a la ciudad “todo lo que me ha dado a lo largo de mi trayectoria”. “Estoy feliz y orgulloso por mantener ese nivel. Todo lo bonito ha sido el reconocimiento que he recibido de aficionados, prensa y profesionales”.
Emociones a flor de piel

Escribano destaca la conexión con el público desde el primer minuto: “Sentí el calor del tendido emocionado, y eso ya era una alegría para mí. Desde el primero hasta el último toro me entregué por completo”. Y aunque lidiar seis toros de Victorino Martín es “una prueba dura, porque el toro bueno te exige estar a su altura; ellos te lo agradecen con sus cualidades siempre que te entregues”.
Ya el primero de la tarde “tuvo mucha calidad, lo pude gozar y toreé muy bien”. Y en Bohemio, el indultado, encontró “un toro bravo, humillador, que nunca rehuyó la pelea y que se entregó a mi toreo de trazo largo y templado”. En cuanto a la exigencia de la corrida, destacó que “hubo toros muy difíciles, con los que no podías dudar, tenías que estar firme, porque si no, no les sacabas ni un muletazo”.
Sobre Bohemio

Haciendo una comparativa con el indultado en Sevilla, Escribano confirma que “el toro Bohemio era incluso más fácil que Cobradiezmos”, explicó. “Torear un toro es siempre difícil, pero este me permitió disfrutar, mientras que Cobradiezmos requería estar al cien por cien en cada muletazo porque podía desbordarte en cualquier momento, un torrente de bravura que no te permitía relajarte”.
Respecto a sus compromisos con la ganadería, Escribano lamenta: “La verdad es que no estoy anunciado en ninguna otra corrida de Victorino este año, ni siquiera en Andalucía, pese a haber triunfado. Son cosas raras que uno no entiende”.Y se muestra ilusionado porque “hay una corrida preparada para la feria de otoño” en la que confía poder estar.
«En Alicante demostré que puedo competir contra cualquiera, con cualquier hierro y en cualquier Feria», finaliza el de Gerena. Esta tarde le tocará lidiar toros de Juan Pedro Domecq en Burgos, «la primera completa de este hierro en mi carrera».