La novillada celebrada en la noche de este jueves en la plaza de toros de Las Ventas ha quedado marcada por un momento dramático que ha silenciado el coso de la calle de Alcalá. El novillero sevillano Mariscal Ruiz ha sufrido una espeluznante cogida por el quinto novillo de la noche, un astado de complicada condición que ya desde su salida mostró su genio difícil y escasa entrega. Los momentos de angustia se desataron en el ecuador de la faena de muleta, cuando el joven novillero fue sorprendido por el animal mientras hilvanaba una tanda por el pitón derecho, siendo alcanzado de lleno y volteado brutalmente, quedando tendido e inconsciente sobre la arena.
Minutos después, desde el equipo de prensa de Plaza 1, empresa gestora de Las Ventas, se anunciaba que fue atendido en la enfermería de la plaza «de un traumatismo craneoencefálico junto a una contusión extremo distal de la clavícula derecha pendiente de estudio radiológico y con pronóstico reservado». Fue trasladado a un centro hospitalario para revisar su estado y, según ha comunicado su equipo esta mañana a Cultoro, se le realizó un TAC en la cabeza con resultados tranquilizadores y el próximo lunes se le volverán a hacer más pruebas para descartar lesiones en el hombro. Ha pasado la noche en el hotel, tras recibir el alta hospitalaria.
Ese quinto novillo, astifino, altote, sin cuello y muy cuesta arriba, ya evidenció su escaso fondo y malas ideas desde los primeros compases. Se frenó en el capote de Mariscal Ruiz y acudió de forma irregular al caballo, buscando incluso al picador que guardaba la puerta en un tercio de varas deslavazado y caótico. En banderillas mantuvo esa tónica incierta, esperando con fijeza fría, sin permitir el menor descuido. Fue un enemigo poco agradecido, que exigía mando y temple desde el primer momento.
Aun así, Mariscal Ruiz, con valentía, trató de meterlo en la muleta desde el tanteo inicial, buscando domeñar su embestida irregular. Pero en una de esas series de tanteo, en las que el sevillano trataba de acoplarse, el novillo lo cazó en un suspiro. La escena fue sobrecogedora: el novillero quedó a merced del animal, que lo volteó con violencia antes de que sus compañeros corrieran a socorrerlo. Inmóvil y sin conocimiento, Mariscal Ruiz fue trasladado a la enfermería entre gestos de alarma y silencio absoluto en los tendidos.
Ante la la cogida, fue el también novillero Nino Julián quien tomó el testigo y dio muerte al complicado animal, en una lidia de urgencia que cerró una tarde marcada por el dramatismo. Se está la espera de un parte médico oficial.
