Es la idiosincrasia de Pamplona, la tradición y lo que ustedes quieran, pero con tantos criterios como presidentes y tantos presidentes como número de espectáculos, los triunfos en San Fermín dependen del azar o la euforia del momento. Y carecen, por tanto, de credibilidad. Hoy, en tarde de euforia colectiva, tocó presidente dadivoso, los toros cayeron rápido y hubo dos puertas grandes, que elevan el nivel de triunfos del ciclo pero no la calidad artística del abono. Eso si, destacar las hechuras y el juego de varios toros de La Palmosilla, divisa que le ha cogido el aire de maravilla a esta plaza (le faltó, por ponerle un pero, terminar de escupirse en ocasiones de los vuelos) y que ha posibilitado el éxito de la terna actuante en la penúltima del serial iruñés.
Oreja para Fortes del buen primero en medio de un aguacero
Con un farol de rodillas a portagayola saludó Fortes al primero, toro bajo, con desarrollo de pitón, enseñando las puntas. Se acompasó a la verónica el malagueño, en lances suaves y tersos. Se gustó también en el quite por tafalleras, llevando al toro muy toreado, luego de medirle el castigo en el peto. Se movió el toro en banderillas y en el inicio de faena, que el torero llevó a cabo de rodillas en el tercio. Obra de buena intención y mejor trazo, le faltó en ocasiones la continuidad de la ligazón por querer vaciar el muletazo siempre detrás de la cadera, pero cotizaron más la colocación, el cite y el embroque, que la redondez del conjunto. Cerró por manoletinas, atacó con la espada más derecho que una vela y en medio de la tormenta que sacude Pamplona, la primera oreja de la tarde.
Silencio para Adrián frente a un segundo que se movió de modo desordenado y sin entrega
Más feo el segundo, bajo y amplio, más basto. Lo saludó en el tercio con un farol de rodillas Fernando Adrián. Toro con movilidad, sin entrega, que acometió siempre de modo desordenado y sin ritmo. Pronto en los cites, pero sin querer empujar el trapo. Fernando Adrián lo pasó por ambos pitones en una faena sin eco y se atascó con los aceros.Buena faena de Ginés a un tercero que tuvo profundidad en su embestida.
Buena faena de Ginés a un tercero que tuvo profundidad en su embestida
Bien hecho, de frente ancha el castaño tercero, cornidelantero, con desarrollo de pitón. Abanto y correntón de salida, pronto lo fijó Ginés Marín que lo lanceó con gran suavidad a la verónica. Muy mecidos los lances, media incluida. Buen toro, que la tomó por abajo con profundidad y humillación, y buena faena del torero extremeño, con limpieza y asiento, destacando los pasajes sobre la mano zurda. Acabó el toro rajado dándose vuelta al revés y en tablas pero fue un gran colaborador. Mató Ginés de una gran estocada, pero al segundo intento. Por eso no hubo pañuelos.
Fortes corta otra oreja de un cuarto noble y de corto recorrido
Más alto, con más alzada el cuarto. Mas feo también. Lo saludó Fortes con lances por alto a dos manos el malagueño mientras el toro pasó sin celo. Lo midió también en el peto para comenzar en el tercio, de modo muy torero, sentado en una silla, una faena que tuvo como principales virtudes la colocación, la firmeza de planta y la naturalidad en los embroques, si bien, pese a que el toro se quedó corto en ocasiones, se echó en falta un punto más de fibra y sobre todo de limpieza en algunos tramos de la obra. Volvió a irse derecho detrás del acero, tumbó al toro de una estocada de rápido efecto, motivo principal de la demanda de oreja, que fue concedida.
Dos orejas para Adrián del codicioso quinto en medio de la euforia colectiva
Precioso el quinto. Serio, con cuajo y trapío, pero muy bien hecho. Cornidelantero, enseñando las puntas. Cumplió en el peto, Fernando Adrián le dosificó el castigo para aperturar faena de rodillas en los medios. Fue toro pronto y boyante, pero pecó de no terminar de salirse de los vuelos. Pareció más toro de inercia. Cuando Adrián le dio sitio dio la impresión de que respondía mejor el animal. Y cuando trató de tomarlo en corto, el animal protestó y acabó volteándolo de modo espectacular. Volvió el torero maltrecho a hacerle frente, con la emoción del trance cerró por bernadinas y lo despenó de una estocada de rápido efecto. Dos orejas.
Oreja para Ginés Marín, que brilla al natural con el buen sexto
Bajo y hondo el sexto. Amplio de cuna. Muy serio. Ginés le cogió pronto el sitio y la altura al astado, planteó una faena en los medios, de toreo reunido y buen hilván, sin duda la de mejor estructura de toda la tarde, donde volvió a destacar su toreo al natural. A la segunda tentativa dejó un volapié superior, que le valió la oreja de más fundamento del espectáculo.
FICHA DEL FESTEJO
Plaza de toros de Pamplona. Penúltima de la Feria del Toro. Corrida de toros. Lleno.
Toros de La Palmosilla. Con movilidad y son el primero; con movilidad sin clase el segundo; con profundidad y humillación el tercero; noble de recorrido corto el cuarto; pronto y boyante el quinto; noble y pronto el sexto.
Fortes, de rosa palo y oro: oreja y oreja.
Fernando Adrián, de rioja y oro: silencio tras aviso y dos orejas.
Ginés Marín, de verde manzana y oro: silencio y oreja tras aviso.
FOTOGALERÍA: MÉNDEZ (EN ESTE ENLACE).
