A los 96 años de edad ha fallecido Joaquín Soy “El Nardo”, torero nacido en Olot y que aunque no pasó de torear más allá de una docena de festejos menores gozó de una gran popularidad en su zona hasta el punto de tener un pasodoble a él dedicado: “Entre rosas y azucenas/.en Olot nació un torero/ son sus pases primorosos/ dados con garbo y salero/ El Nardo tiene por nombre/ torero de gran valor/ Su capa al desplegarse/ parece un roja flor”.
La casa familiar donde nació Joaquín Soy estaba muy cercana a la plaza de toros de Olot (la más antigua de Cataluña) y eso propició que su infancia tuviera siempre los ecos de las tardes de toros y también los correbous que se organizaban para las fiestas patronales. De ahí nació una afición que le llevó a las capeas en los pueblos de la zona, compaginado con sus trabajos de jardinería- plantación de nardos entre ellos, de ahí el apodo que él mismo eligió- para el Ayuntamiento. Cumplidos los treinta años, pudo por fin y ayudado económicamente por unos amigos torear una becerra en la plaza de Olot. Pero fue en 1960 cuando se vistió de luces por primera vez en ella, anunciado junto a Vicente Díaz y José Ferrer, con reses de José Melero. Derrochó valor y, al entrar a matar al novillo, este le corneó en la oreja. Cortó las dos orejas, el rabo y una pata, entre el entusiasmo de público. Un año después dejó de torear pero no de estar al tanto de la actualidad taurina, mostrando su apoyo y admiración a toreros catalanes como Serafín Marín y su paisano Abel Robles, que sigue alimentando su sueño de hacer el paseíllo en la plaza de Olot.
De “El Nardo”, la periodista catalana Natalia Molero escribió hace unos años una biografía humana y taurina que bajo el título “El Nardo, un torero de Olot” recoge la singular peripecia de un hombre singular y muy querido, que hasta que la salud y los años lo permitieron, paseó porte torero por las calles de la capital de la Garrotxa.