El novillero Juan Carlos Benítez tomará parte el próximo sábado día 19 de septiembre en la novillada que tendrá lugar en la emblemática plaza de toros de Antequera dentro del circuito que la Fundación Toro de Lidia y la Junta de Andalucía están llevando a cabo. Para un novillero en su situación, esa llamada para torear supuso una salvación importante, pues en el año del COVID va a tener la oportunidad de expresarse en un ruedo.
“De pasar el año en blanco a que la Fundación y la Junta te llamen cambia el cuento una barbaridad”, confiesa en una entrevista para CULTORO. “De no tener absolutamente nada a tener esta oportunidad que nos facilitan hay un enorme cambio. Creo que es un gran escenario para aprovecharlo”, asegura.
Desde hace un mes y medio que lo llamaron, sus días de torero los vive con más intensidad: “Siempre he vivido en torero, pero ahora mucho más”. Y, además, teniendo en cuenta su condición de torero-banderillero: “Antes siempre vivía en torero, pero con una fecha por delante cambian las cosas. Mi cuerpo ya se adapta a tener que torear. La preparación ahora es mucho más fuerte y dura que la de antes”, asegura.
En 2017 tuvo la oportunidad de hacer el paseíllo y cortar una oreja en La Malagueta: “Fue mi plaza, fue una única oportunidad –era una novillada de seis novilleros- y las sensaciones fueron únicas”. El año pasado, en la miniferia de la Comunidad de Madrid, también hizo el paseíllo en Las Ventas con un encierro de Gabriel Rojas, siendo ovacionado en cada uno de sus toros.
El hierro del sábado es el de Domínguez-Camacho: “Ha tenido la oportunidad de torear en la ganadería de tapia y tuve muy buenas sensaciones. Ojalá embistan los novillos del sábado”, desea.