JAVIER FERNÁNDEZ-CABALLERO
Cuando se pronuncia el nombre de Juan Pedro -al que casi le sobra el Domecq para saber de quién hablamos- se habla de una leyenda viva del toreo y tal vez la casa ganadera que más ramas ha sacado a lo largo de la historia en cuanto a líneas de encaste. Juan Pedro Domecq Morenés, además, ha querido dotar al hierro que heredó de su genial padre de la personalidad propia, que incluye un toro más enrazado sin renunciar a la clase que define la vacada. Pero ahora el coronavirus ha parado en seco sus ilusiones y sueños. Nos lo cuenta.
¿Cómo se está viviendo un drama que comenzó con la pérdida del gran Borja Domecq y que está prosiguiendo con miles de toros yendo al matadero por la ardua situación que estamos viviendo?
Es una situación excepcional. Nunca en la historia nos enfrentamos a una temporada sin toros cuando, al final, nosotros vivimos de vender animales. Además, mantenemos el coste de personal, de la administración… y el escenario es tremendamente duro. El futuro, con un Gobierno que no ayuda con ninguna medida a la tauromaquia y lo que pone son palos en las ruedas, todavía nos hace estar más preocupados.
Es para estarlo porque, tras las medidas anunciadas la semana pasada, no sólo no tienen la decencia siquiera de que matadores y subalternos podrán entrar en las ayudas, sino que además no se preocupan por las otras partes del sector.
Sin duda, al final somos un sector menospreciado, ninguneado. Somos el segundo espectáculo de masas del país, pero tenemos un gobierno que es consciente de ello y habrá que unirse para reclamar el status que reclamamos.
¿De cuántas corridas se componía su temporada 2020?
Más o menos las mismas que las anteriores, unas dieciséis. Algunas irán al matadero y otras las mantendré para el año que viene y el año que viene lidiaré la camada de este año.
¿Habrá muchos cinqueños que no se podrán salvar?
Unas tres corridas de toros, dos de ellas para Madrid.
¿En total, unos 30 o 35 animales?
Más o menos. Tristemente se tendrán que matar.
¿Tiene la suerte de tener hierba abundante, no?
Gracias a Dios hay mucha hierba, como nunca había habido. Esa es la noticia positiva: esa hierba hará que los gastos en pienso sean menores.
¿Únicamente hierba o sigue siendo necesario el pienso?
No, el toro necesita su alimentación y eso no va a cambiar para llegar a los volúmenes y al trapío al que hoy en día estamos acostumbrados. La alimentación sigue teniendo que ser muy completa. Con hierba sólo no llega un toro a las plazas así.
Todos esperamos que tengamos vacuna y podamos sobrevivir del toreo en esta “nueva normalidad” a partir de unos meses, ¿pero cómo se llena de moral un ganadero cuando se levanta por la mañana para poder seguir adelante con la que está cayendo?
Con la afición, que es lo que nos mueve. Esto es un mal negocio y la afición es la que nos hace mantenernos. La decisión sensata hubiera sido cerrar. Si hubiera cerrado el negocio, hubiese hecho una mucha mejor operación que mantenerlo, pero la afición te hace seguir soñando de ver uno de tus toros galopando en los ruedos de España.
¿Qué le parece la idea de dar a conocer al aficionado en directo las labores camperas para mantener la llama de la afición?
Me parece una idea extraordinaria. La vida del toro en el campo es única, es maravillosa, y tenemos que conseguir una plataforma que lo haga con calidad para que ese contenido llegue a todos los aficionados a los toros.
¿Qué desea, si se puede desear algo?
Ojalá que la vacuna, los tratamientos y una Administración que no nos arruine nos haga soñar con una maravillosa próxima temporada.