JAVIER FERNÁNDEZ-CABALLERO
Ha sido uno de los hierros del año. En Sevilla, un toro de vuelta al ruedo al que Roca Rey estuvo a punto de cortarle el rabo y un corridón que le hizo triunfador en Pamplona han alzado a Núñez del Cuvillo como pilar ganadero fundamental para entender el 2020. Hablamos con toda una figura histórica en la crianza del toro bravo, Don Joaquín Núñez del Cuvillo.
Ganadero, enhorabuena por el conjunto.
Gracias. Ha habido de todo. Ha sido un año de éxitos y fracasos, pero estamos satisfechos y vamos mejorando.
Con Sevilla en la cúspide y ese toro que desorejó Roca Rey, además del triunfo de Pamplona.
Nos han dado vueltas al ruedo a cuatro toros nada más, y los presidentes no han tenido en cuenta a otros tantos. Creo que es algo muy importante, pero que no se suele hacer.
Los presidentes se guardan los pañuelos para los indultos, ya sea justa o injustamente –según criterios-, pero es que la vuelta al ruedo es un justo premio que no debería ratearse.
No sé qué sentido tiene. Si el toro ha sido bravo, se merece un premio. No lo entienden ni lo valoran los presidentes. Es una pena que haya otros que merecen que se les perdone la vida, porque además es una mejora para la ganadería española. Siempre nos quejamos de que salen muchos toros que no sirven y la gente se aburre, y una forma de seleccionar es perdonarle la vida a los mejores. Parece que es un riesgo enorme perdonarle la vida a un toro que lo merezca, pero hay que ser más generoso en ese sentido.
No sé si por encima de todas o no, pero la de Pamplona 2019 ha sido la tarde cumbre de Cuvillo.
Sí, salió una corrida bastante buena. En conjunto, fue muy importante.
¿Qué toros recuerda especialmente de esta temporada?
Especialmente, recuerdo el sexto de la tarde de Sevilla, con Roca Rey, al que le pidieron el rabo. No se lo quisieron dar ni tampoco perdonar la vida al animal. No sé qué riesgo tiene no otorgar el rabo. Pocas veces se pide en esa plaza, y cuando se pide por algo será. En Madrid hubo otro gran toro en manos de Perera: no he visto a un torero con más conocimiento de su profesión, que le supo sacar partido a ese toro, que tenía sus cosas, y supo hacerle una gran faena. Aquello fue espectacular.
Además de ese sexto de Sevilla, ¿qué toros se hubiese llevado al campo?
Tampoco muchos, pero unos cuantos. En Málaga sacamos un grandioso animal, en Jerez también salió otro importantísimo, en San Sebastián un toro de Manzanares… ha habido años que no nos han dado vueltas al ruedo, pero este año hemos tenido suerte.
También han echado alguna novillada para cuidar al futuro del toreo.
Sí, hemos echado una de erales y otra de utreros. Luego, hemos lidiado unos 130 toros.
¿2020?
Más o menos el mismo número de toros.
¿Cómo se mantiene una figura de los ganaderos en la cúspide?
Con mucha dedicación y mucha afición. Hay que estar preparado para aguantar los ratos amargos pero también disfrutar de los éxitos. Sobre todo, mucha dedicación. Hay algunos que tienen la ganadería como el que tiene un yate, y cuando llega el invierno lo guardan y ya no se acuerdan. La dedicación es la clave, además del buen gusto: hay ganaderos que les gusta un tipo de toro que no coincide con el de los toreros. Los que tenemos la suerte de criar unos toros que les gusta a los toreros, es una ventaja.