TEXTO: JAVIER FERNÁNDEZ-CABALLERO / FOTOGALERÍA: LUIS SÁNCHEZ OLMEDO
La penúltima de la Feria de San Isidro tenía lugar en la tarde de este sábado en la plaza de toros de Las Ventas para una terna compuesta por Sebastián Castella, Paco Ureña y Roca Rey. Se lidiaban toros de Victoriano del Río para el festejo.
Excelso fue el toreo capotero de Ureña ante el segundo de su lote, el sexto, ya que corrió turno por la lesión sufrida. Por abajo fue el inicio de una faena en la que toreó excelentemente bien, sobre todo por trincherillas. La primera de las series por la mano derecha llegó con fuerza arriba, alargando al máximo el pase de pecho y llegando con suma fuerza al tendido. Nobleza y profundidad tuvo en la embestida el animal en las telas del lorquino, que supo componer perfectamente y llegar con muchísima fuerza al tendido con el gusto especial de su toreo. Estoconazo hasta la bola y dos orejas.
De 522 kilos era el segundo de la tarde, primero del lote de Paco Ureña y segundo de la tarde. Pureza a la verónica ya demostró Paco Ureña en el saludo veroniquil y en el quite por el mismo palo, respondiendo Roca Rey con un quite por chicuelinas rematado con una media que caló hondo en el tendido. Pero no se quedó ahí el espectáculo… sino que Paco Ureña decidió que las verónicas hundidas serían de nuevo su respuesta al peruano, y puso el murciano la plaza en pie. Pero se vino muy pronto abajo el animal, acortando su viaje en las telas de Ureña, que decidió comenzar faena sentado en el estribo. En el ecuador de la faena de muleta, y mientras lo toreaba por la mano derecha, el animal hizo por el torero, propinándole una tremenda paliza. Fue auxiliado rápidamente por sus compañeros, pero decidió reponerse y seguir la faena, a pesar de que se le notaba que el golpazo lo llevaba en el cuerpo. Al natural se encontró luego el torero, pleno de colocación por ese lado, por el que llegó con mucha fuerza a Madrid. Un pinchazo previo a una estocada evitó el premio.
“Descrédito”, negro en su pelaje, se llamaba el primero, un toro bajo y primero del lote de Sebastián Castella. Emotivo fue el brindis de Sebastián Castella “a todos los toreros que han caído heridos este San Isidro”. Detalles de gusto especialmente por abajo dejó en el inicio de su faena, pero luego el toro no supo mantener con poder las buenas intenciones que tenía al coger la muleta del francés. Porfió el de Béziers con la condición a menos del de Victoriano. Pinchó y mató a la segunda Sebastián, escuchando silencio tras aviso. Fue el cuarto un animal al que le dejó un bello inicio de faena Castella, pero no terminó de romper la condición de un toro deslucido, sin ninguna opción y qye quería huir de la muleta del galo en los últimos compases de la lidia. No hubo suerte.
Incierto fue el tercero en la muleta de Roca Rey, un animal que cuando metía la cara lo hacía con buena condición pero que tenía embestidas explosivas y gestos peligrosos por momentos. Mantuvo el tipo el peruano, que aprovechó la inercia del animal y, a base de toque fuerte, se hizo con él por el lado izquierdo, cruzándose ante la cara del astado. Finalmente no fructificó su faena por un pinchazo previo a la estocada, siendo silenciado. Tampoco el segundo de su lote se prestó, siendo de nuevo silenciado.
FICHA DEL FESTEJO
Plaza de toros de Las Ventas. Corrida extraordinaria de la Cultura. No hay billetes.
Toros de Victoriano del Río. De buena calidad sin fuelle el lastimado y bravo primero. De gran clase y entrega el enfondado segundo. Emotivo en la arrancada humillada el manso y geniudo tercero. Protestón con genio el exigente cuarto. Mansurrón sin entrega el obediente quinto. Extraordinario el sexto, de vuelta al ruedo.
Sebastián Castella, silencio tras aviso y silencio.
Paco Ureña, vuelta y dos orejas.
Roca Rey, silencio tras aviso y silencio.
PARTE MÉDICO de Paco Ureña