TEXTO: MARCO A. HIERRO / ILUSTRACIONES: JUAN IRANZO
Tras la ausencia notable de los Herederos de Celestino Cuadri en Madrid durante el pasado San Isidro -no tenía corrida para encarar tal compromiso-, regresa el hierro onubense y la legión de seguidores que arrastra, junto con otro par de toreros de fuste que apetece volver a ver.
El murciano Rafaelillo es un avezado lidiador de los encastes y las corridas más duras, de los animales más exigentes y, por tanto, profundo conocedor de las reacciones de los animales y de los terrenos que hay que pisarles. Torero honrado y cabal, es la entrega su principal arma y no la escatima nunca.
Este año lleva cuatro paseíllos trenzados desde el primero de Valencia, y sólo en la localidad ecuatoriana de Riobamba rodaron las cosas para cortar una oreja, porque las buenas actuaciones de Santiesteban del Puerto y Vic Fezensac no vieron logrado el objetivo de tocar pelo. La de hoy es, seguramente, la tarde más importante de su temporada.
Otro que regresa a la plaza de Las Ventas tras varios años sin pisar este ruedo en San Isidro es Domingo López Chaves, que ha visto cómo el cambio de apoderado le ha aportado una frescura que le ha venido fenomela para transformar en triunfos y en contratos sus actuaciones. Enrazado y maduro para lidiar, el charro ha adquirido un poso con los años que le hace muy atractivo para el aficionado en las actuales circunstancias.
Importante fue su actuación en la pasada Feria de San Jorge en Zaragoza, donde paseó una oreja de un toro de Conche y Sierra y se le fue otra del de Saltillo, con el que dio una vuelta al ruedo en la concurso del 23 de abril. Otra oreja paseó en su última actuación, celebrada en Vic Fezensac el pasado 9 de junio. Su regreso a la plaza más importante del mundo, y con la corrida de Cuadri, resulta muy atractivo.
Útima actuación de Octavio Chacón en esta feria de San Isidro en el que no han rodado las cosas -hasta el momento- como él esperaba. Es, además, la cuarta comparecencia en Madrid en este 2019, y va necesitando rubricar con un triunfo tanta presencia en Las Ventas. Puede y debe ser hoy.
De hecho son diez los festejos que lleva toreados en lo que va de año y solo tres las orejas paseadas, con lo que necesita reeditar los golpes en la mesa que ya dio las dos temporadas anteriores en momentos clave. Este, desde luego, lo es para él, aunque esté acartelado en las ferias más importantes.
Con impaciencia y con mucha expectación espera la parroquia venteña el regreso a Madrid de la ganadería que se anuncia a nombre de los Herederos de Celestino Cuadri Vides y que pasta en tierras onubenses de Trigueros. Tras un año 2018 de transición, en el que únicamente lidiaron tres corridas de toros -muy pocas comparadas con las ocho de 2017- y en el que no tuvieron encierro para enviar a Madrid, regresan al foro con la máxima categoría.
Es el toro de Cuadri grandón y amplio de caja, de generosos pitones y prominente badana, contrario todo ello a lo que luce el toro de Santa Coloma, de donde procede el hierro. Por eso la selección y la personalidad de la que ha dotado la familia Cuadri a la vacada lo han convertido en un encaste propio.