MADRID

Ventura pesca premio; Juli, en maestro; Urdiales, puro


miércoles 12 junio, 2019

El rejoneador Diego Ventura paseó una oreja, la espada se lo impidió a una genial tarde de El Juli y también el acero le impidió tocar pelo a la pureza de Diego Urdiales.

El rejoneador Diego Ventura paseó una oreja, la espada se lo impidió a una genial tarde de El Juli y también el acero le impidió tocar pelo a la pureza de Diego Urdiales.

TEXTO: JAVIER FERNÁNDEZ-CABALLERO / FOTOGALERÍA: LUIS SÁNCHEZ OLMEDO

La esperada cita de la Corrida de la Beneficencia llegaba, en la tarde de este 12 de junio, a la plaza de toros de Las Ventas. En esta ocasión se trataba de una corrida de toros mixta en la que hacían el paseíllo el rejoneador Diego Ventura y, a pie, El Juli y Diego Urdiales. Se lidiaban toros de Los Espartales y Núñez del Cuvillo.

Descaradamente manso era el primero de Los Espartales, un animalal que tuvo que encelar la maestría de Diego Ventyra a base de estar mucho encima del animal. Y lo hizo con Lío en un quiebro que llegó con fuerza arriba en el inicio de la faena, citando en el segundo de los pares muy de lejos ante el animal para conectar con el tendido. Nazarí fue el siguiente caballo elegido por Diego para proseguir trasteo, cambiando de pista y llegando con eco arriba, pero la condición del toro fue imposible. Tras matarlo, fue ovacionado al esfuerzo.

Ya pecaba de falta de fuerza el primero del lote de El Juli de salida, un animal al que le faltaba el poder para que Julián pudiese ejecutar el toreo que profesa. Intentó cuidarlo López ya con el capote, haciendo todo muy despacio y cuidando mucho el tranco del animal. Tenía calidad y clase, pero no tenía fondo para aguantar el toreo de Julián, que intentó lucirse en la primera parte de un trasteo que brindó al Rey Felipe. Se lo pasó muy cerca Julián en el final de faena, evadiéndose del ruido de un sector de la plaza a la contra del animal para predicar el toreo que lleva dentro. Espada en mano, mató de soberbio estoconazo.

“Esparraguero”, de 556 kilos, se llamaba el tercero de la tarde, primero del lote de Diego Urdiales. El banderillero Víctor Hugo Saugar “Pirri” fue corneado. El toro, que parecía de inicio tener un problema de visión, hizo por el subalterno a la salida del primero de los pares de banderillas ya en la boca del burladero. Fue un instante que pudo pasar desaparecibido entre el público ya que el torero se encontraba tapado entre las tablas y el burladero, pero el toro lo hirió. Fue conducido rápidamente a la enfermería. La primera de las series Urdiales le tomó el pulso de forma perfecta al animal por la mano derecha, aguantando el tranco del de Cuvillo, llegando con fuerza arriba. También la segunda de las series en redondo fue por esa mano, por donde Diego dejó incluso un cambio de mano de mucho garbo. Se echó la muleta a la izquierda y siguió proponiendo el toreo puro. Gran toreo por abajo, andándole con máxima torería en el final de faena. Tardó en caer el toro tras el espadazo.

Importante fue la faena de Diego Ventura al cuarto de la tarde, segundo de su lote, un animal con el que derrochó valor y confianza a lomos de Dólar, un caballo con el que puso un par a dos manos sin cabezada que fue el éxtasis de la faena. Corazón y torería puso el rejoneador, que llegó con fuerza al tendido su labor, coronándola con Remate, con las rosas y con el rejón de muerte que le valió el premio.

Cerquísima se pasó al cuarto toro El Juli en las verónicas de salida, un animal grandón y que aparentaba los 620 kilos que pesaba. Plasticidad máxima y estética de Julián en ese saludo capotero, dejando una bellísima media. Luego, al quite entró por el mismo palo El Juli, cantando Madrid lo importante de su toreo con la seda.  Buenos fueron los puyazos de Barroso. A pesar de que perdió las manos por momentos el toro, Juli llegó al natural en la segunda de las series. Hubo algunos de ellos con mucha calidad. Mientras la actitud del animal iba a menos, la de Julián era de sobreponerse a las circunstancias e intentar componer el toreo, como así consiguió. La espada evitó un premio seguro.

Le faltaba el tranco final al sexto bis, un animal con el hierro de Joselito que fue sustituido por el titular, un inválido de Cuvillo. El sobrero fue un toro al que le faltó el ritmo necesario para que la faena de Diego Urdiales tomase vuelo. Dejó detalles puros de nuevo pero sin fruto final. Fue ovacionado por Madrid.

FICHA DEL FESTEJO

Plaza de toros de Las Ventas. Corrida extraordinaria de la Beneficencia. No hay billetes. 

Toros de Los Espartales y Núñez del Cuvillo.

El rejoneador Diego Ventura, ovación y oreja. 

El Juli, ovación y ovación. 

Diego Urdiales, ovación tras aviso y ovación. 

PARTE MÉDICO DE PIRRI: