TEXTO: JAVIER FERNÁNDEZ-CABALLERO / FOTOGALERÍA: LUIS SÁNCHEZ OLMEDO
Fernando Robleño, Iván Vicente y Cristian Escribano trenzaban el paseíllo en la tarde de este martes en la vigésimo novena de la Feria de San Isidro. Tras el gran éxito bravo lidiado el pasado mes de septiembre en la capital, repetía en la primera feria del orbe la corrida de Valdellán.
Probón de salida fue un primero muy en el encaste del que goza Valdellán con el que Robleño no pudo lucirse de salida. Firme el madrileño en el inicio de faena, le dio distancia por el pitón derecho a un animal que minutos antes midió mucho a los hombres de plata en banderillas. Se le coló a Robleño en varias ocasiones por la diestra el astado, dejando detalles de poso y firmeza ante el animal. Distraído salía en los últimos compases de la faena un toro al que mató bien y por arriba el madrileño. Supo perderle pasos Robleño al cuarto tras dejar un inicio de faena con cierto garbo rodilla en tierra. Faena muy seria del torero madrileño, que dejó de nuevo poso y profesionalidad, además de un grandioso manejo de la espada, ya que lo tumbó de un soberbio espadazo. Ovación.
“Bilbaíno”, bragado meano, nacido en marzo de 2015 y número 16 era el segundo de la tarde, primero del lote de Iván Vicente. Toro de nuevo probón que, además, tenía poca fuerza. Eso hizo imposible el lucimiento de Iván Vicente, que porfió como pudo ante un animal muy deslucido. Al entrar a matar, el toro perdió una mano y eso deslució también la suerte suprema. Silencio para el madrileño. No tuvo el poder que sus hermanos anteriores el quinto del festejo, segundo del lote de Iván Vicente, con el que compuso en los momentos que el animal le dejó. Silenciado finalmente el matador.
“Carasucia”, número 14, nacido en febrero de 2014 era el tercero de la corrida, primero del lote de Cristian Escribano, al que saludó con supremo gusto a pies juntos a la verónica el madrileño. Largo fue el toreo de Cristian Escribano por la mano derecha en el inicio de una faena que brindó al respetable. Bien le aguantó la humillación y la entrega al animal Escribano, que consiguió ligar la transmisión y el poder que tenía a base de valor. Bien resolvió con la mano izquierda frente al viento, que se hizo presente. Lástima que pinchó al animal, porque hubiese podido tocar pelo. Fuerte ovación al toro en el arrastre y silencio tras dos avisos para el torero. “Montanés” se llamaba un sexto de 656 kilos que no aparentaba y al que Cristian Escribano dejó momentos que finalmente no calaron. Nuevo silencio.
FICHA DEL FESTEJO
Plaza de toros de Las Ventas. Vigésimo novena de la Feria de San Isidro. Corrida de toros. 13988 espectadores.
Toros de Valdellán.
Fernando Robleño, palmas y ovación.
Iván Vicente, silencio y silencio.
Cristian Escribano, silencio tras dos avisos y silencio.