MADRID

Gris prólogo


martes 14 mayo, 2019

Los kilos pueden a los toros con calidad y la falta de clase impera en los que la tuvieron en el encierro de La Quinta. Solvente Pinar, embraguetado Cortés y desinflado Dufau.

Los kilos pueden a los toros con calidad y la falta de clase impera en los que la tuvieron en el encierro de La Quinta. Solvente Pinar, embraguetado Cortés y desinflado Dufau.

TEXTO: JAVIER FERNÁNDEZ-CABALLERO / FOTOGALERÍA: LUIS SÁNCHEZ-OLMEDO

Arrancaba la Feria de San Isidro esta tarde en la plaza de toros de Las Ventas. El primero de los 34 festejos programados en la capital española llevaba el hierro santacolomeño de La Quinta para una terna compuesta por Rubén Pinar, Javier Cortés y Thomas Duffau. 

588 kilos lucía el «Malastardes» abreplaza, animal al que Rubén Pinar saludó llevándoselo hacia atrás con torería y mucha suavidad. Cuidó en varas a un animal que no demostró demasiada fuerza. Al doctor don Máximo García Padrós fue el brindis de Pinar tras la gravísima cornada del pasado 12 de octubre, llevando por la diestra a un animal que no podía con lo que llevaba encima. Le aguantó los tornillazos e intentó obviar la embestida a media altura que llevaba el cárdeno. Sin opciones. Mató de pinchazo y estocada defectuosa después de que el toro no le ayudase en nada y echase la cara arriba en el embroque final. Silencio. 

El «Bailaor» segundo llevaba 621 kilos encima un toro con un trote cansino de salida que además se le metió por dentro a Javier Cortés en las dos verónicas y media de inicio. Se movió más que su hermano anterior tras las varas y Abraham Neiro destacó en un arriesgado tercio de banderillas. Torero fue el inicio de faena en el que Cortés dejó muletazos rodilla en tierra de mucho gusto. Apretó por abajo al animal con los pies quietos y fue esa la virtud con la que consiguió llegar arriba. Tragó quina pasándose cerca la poca fuerza de un toro con calidad pero sin fuelle. De una estocada acabó con el toro antes de ser ovacionado.

Al portón de los sustos se fue Thomas Dufau a saludar al tercero, aplaudido de salida y que se cayó al salir del caballo. Al público fue el brindis del torero, al que el animal le metió la cara en la primera de las series por el derecho y el público cantó la entrega del toro y la ligazón del torero. Los enganchones enfriaron una labor en la que el torero tiró finalmente de terrenos cortos ante el alegre tranco del santacolomeño. No se encontraron ambos. Espada en mano, dejó dos medias estocadas que escupió y una tercera entera que hizo rodar al animal. Silencio tras aviso. 

552 kilos llevaba encima el cuarto, segundo del lote de un Rubén Pinar que lo saludó andándole hacia atrás con suavidad. Al público fue el brindis del manchego. Se sucedieron las tandas limpias del albaceteño por la mano derecha al inicio de la faena y eso fue lo que gustó de lleno en la afición. Más corto se quedó el toro por la zurda, volviendo de nuevo a la otra mano y aprovechando a media altura el empuje del de La Quinta. A pies juntos le pegó la última serie antes de unas airosas manoletinas de cierre, un metisaca en la intentona de estocada al encuentro y una estocada final. 

Como un tío se plantó en la plaza el serio quinto, corretón de inicio, aplaudido por su presencia y que derribó al caballo en el primer puyazo. Enorme Juan Francisco Peña en la segunda vara, arrancåndose desde lejos el astado y aguantando con la vara en todo lo alto. Un espectáculo. Señaló solamente en el tercer puyazo antes de la ovación final. Al público fue el brindis de Cortés, al que no le importó que acabase con los pitones por las nubes el viaje del toro, porque se puso y se los pegó embraguetado a la movilidad desclasada del toro. Cuando lo más fácil sería intentar pegarlos de uno en uno, llegó arriba el madrileño ligando el toreo con un toro sin terminar de humillar. Se le escurrió la espada con una banderilla y dejó una media a la segunda, rematando de descabello. Silencio tras aviso. 

El sexto era el más pesado de todo el encierro, un animal que empujó con la cara arriba en varas y al que imprimió suavidad en el arranque de muleta Dufau. Fue a menos y desinflándose la condición de un toro al que dejó detalles despaciosos el galo sin más. Espada en mano, mató de estocada efectiva. Silencio. 

FICHA DEL FESTEJO

Plaza de toros de Las Ventas. Primera de la feria de San Isidro. Corrida de toros. Asistencia: 13.016 personas.

Toros de La Quinta, bien presentados. Muy apagado y a menos un primero que no podía con los kilos; con calidad pero sin fuerza el segundo; de tranco alegre el aplaudido tercero; con entrega y alegría por el pitón derecho el aplaudido cuarto; movilidad sin clase ni humillación final la del quinto; desinflado el sexto. 

Rubén Pinar (caña y oro): silencio y ovación.

Javier Cortés (azul rey y oro): ovación y silencio tras aviso.

Thomas Duffau (marino y oro): silencio tras aviso y silencio.