TEXTO y VÍDEO: EMILIO TRIGO
FOTOGALERÍA: MANOLO VASCO
Volvía a vestirse de luces tras su reaparición en Cuenca el año pasado Jesulín de Ubrique esta tarde en la plaza de toros sevillana de Morón de la Frontera. Lo hacía en un cartel en el que le acompañaban Cayetano y Pablo Aguado –en sustitución del herido Enrique Ponce-. Se lidiaban toros de El Torero en el festejo.
Jesulín de Ubrique, Cayetano y Pablo Aguado –que indultó al sexto de El Torero- ofrecieron una sensacional tarde con más tres cuartos del aforo cubierto, alcanzando triple triunfo. Un tarde donde el viento condicionó el desarrollo de la misma y donde los engaños costaban dominarlos en alturas y cites. Todo ante una corrida encastada y exigente que mantuvo la tensión –de toreros y público- en todo momento
Jesulín regreso –debutó en esta plaza- con su ADN de siempre. Torero de extraordinaria técnica y temple. Y es que así se mostró ante el manejable abreplaza al que le dio fiesta buscándole las vueltas puesto que el primero tenía tendencias a salir en dirección a tablas. Un encastadito con picante pero obediente que no paró de moverse. Ubrique, que brindó a ‘El Mangui’ construyó una labor al alza -muy molestado por el vendaval- por ambos pitones donde la ligación fue el pilar fundamental y la personalidad arrolladora del gaditano. Estocada y doble trofeo al esportón. El cuarto fue de más presencia que el abreplaza. Un toro que descompuso la lidia por su falta de definición y por las protestas que mostraba en cada encuentro con los toreros. Jesulín ofreció un toreo de poder metido en los terrenos de dentro ante un astado que pesaba mucho y que embestía a media altura y de viaje corto. El cuarto pedía firmeza y eso encontró en su matador. Nuevamente floreció la conexión con el público y una técnica portentosa para tapar más defectos que virtudes de su antagonista. Se puso pesado el astado en la suerte suprema –a la defensiva- y sonó un recado presidencial antes de ejecutar. Ovación tras aviso.
Cayetano brindó -el segundo- su labor a Jesulín. El menor de los Rivera tuvo enfrente a un primer astado que jamás estuvo metido en la muleta de verdad. Un antagonista que se desplazó pero siempre de mentira y pendiente de su matador. Cayetano suplió esas complicaciones a base de exponer, de manifestar su capacidad y de técnica puesto que consistió mucho al segundo de la tarde. Además le puso plasticidad y el alma que le faltó al ‘saborio’ que abrió su lote. Una lidia donde el viento también tuvo mucha guasa. Oreja. El quinto tuvo carbón y mucho que torear. Un toro que se movió con transmisión y motor al que Cayetano le planteó una faena de amplio espectro y mucho poder. Exigente astado e igual torero que le apretó mucho por abajo llevándolo muy sometido. El inicio con doblones por bajo -de gran sabor- marcaron la pauta del mando y la imposición. Rivera unió su dinastía en una faena de quilates y prestancia. Ligazón, raza y empaque con toreo gallardo. Labor importante por la dimensión alcanzada ante un bravo de los que piden el carnet. Cayetano rebosó linaje y gran toreo sin importarle nunca el molesto viento. Todo lo hizo en los medios. Espadazo y dos orejas muy rotundas.
El tercero –primero de Aguado- resultó deslucido y desclasado en todos los tercios. Un toro con chispita pero sin clase y siempre pendiente del flamear de los engaños que parecían banderolas de playas. Por culpa de eso, quedó descubierto el sevillano a mitad de labor y a punto estuvo de costarle un serio percance aunque todo se quedó en un buen susto. Pablo no pudo ahormar faena ligada pero sin embargo soltó sus muñecas en muletazos sueltos dejando claro que su toreo además de una naturalidad inusual. De las denominadas caras. Fueron contados pero los suficientes pero dejar prestancia de su calidad y personal concepto. Se atascó con los aceros. Ovación con saludos. El sexto, ‘Toledano’ nº 43 de Septiembre de 2014, indultado tras una enorme y pletórica faena de Pablo Aguado. El sevillano se vació ante un bravo animal que se ganó el indulto a base de embestir con transmisión y muchísima entrega. Con este gran mimbre, Aguado construyó un cesto de muchísimos enteros y gran torería. Una faena de esas que termina extasiado y que llenan los más exigentes paladares. Pablo soltó las muñecas rotas, compuso con todo su ser y se rompió en cada bellísimo y ligado muletazo. El hispalense derramó torería ante un animal que se comía la muleta por abajo y que escarbada desafiante de lejos para acometer con mucha bravura. Una bravura con clase, humilladora, entregada, obediente y noble, todo un compendio de toro bravo al que Pablo perdonó la vida tras torear cómo los Ángeles y con una sevillanía bellísima, inusual para tan joven torero. Un tremendo Aguado que disfrutó su labor y enamoró a todos los presentes. Dos orejas y rabo simbólicos. Antes del alboroto se abrió con el capote dejando volar sus yemas de los dedos con el percal en verónicas sentidas y muy cadenciosas.
FICHA DEL FESTEJO
Domingo 24 de marzo de 2019
Plaza de toros de Morón de la Frontera (Sevilla).
‘Corrida de la Primavera’
Entrada: algo más de tres cuartos de plaza.
Toros de El Torero. Correctos de presentación, de juego variado e interesantes. Sacaron fondo y casta en lineas generales y sobresalieron el 5º, ‘Obsceno’ bravo y exigente premiado con la vuelta al ruedo y el 6º, ‘Toledano’ nº 43 de Septiembre de 2014, indultado por Pablo Aguado.
Jesulín de Ubrique; Dos orejas y Ovación tras aviso.
Cayetano; Oreja y Dos orejas.
Pablo Aguado; Ovación y Dos orejas y rabo simbólicos tras el indulto.
Incidencias: Pablo Aguado sustituyó al lesionado Enrique Ponce. El fuerte viento existente condicionó mucho el desarrollo de la tarde.