EMILIO TRIGO
La Feria de San Blas es, en sí misma, la triunfadora de este 2019, por el seguimiento que han sabido darle la afición y los medios, una repercusión que responde al interés que buscaba despertar reivindicando el nombre y valor que le corresponde por ser cita “decisiva” en el arranque de temporada, un referente a nivel nacional e internacional “del que todos estaban pendientes”.
El gran ambiente registrado, con un “pueblo lleno de gente, acudiendo mayor número de público que en otras ocasiones, y no solo a los tendidos, también a los encierros”, es todo un “premio para Valdemorillo en su conjunto”. Y así lo destacó la Alcaldesa para poner el mejor de los broches al acto de entrega de los trofeos con los que el Ayuntamiento, que esta vez asumió directamente la organización de esta “exitosa” Feria, distingue a los mejores con sus emblemáticas ‘Chimeneas’ y el premio al mejor astado, el Trofeo La Candelaria, que en su novena edición ha ido a manos de Antonio Miura, por Reinasolo, ese quinto “bueno de verdad, ovacionado en el arrastre” y, por extensión, por el conjunto de la corrida con la que el pasado 10 de febrero debutó esta mítica ganadería en el coso local.
Y junto al más bravo, los coletas que supieron aprovechar al máximo “la oportunidad” que entraña lidiar en esta plaza, un Rafael González que se alzó entre los novilleros paseando tres orejas y demostrando actitud y ambición, las mismas que volvió a mostrar en la noche de este jueves 28 el joven, ya recuperado de la cornada que le impidió salir a hombros de festejo “tan valientemente ganado”. Y es que en el momento de recibir la XV Chimenea de Oro, expresó su clara voluntad “de volver a estar en estos carteles, ya como torero”.
Algo en lo que coincide con el otro gran triunfador del ciclo, Manuel Escribano, quien desde luego buscará “no ponerlo fácil y volverme a llevar esta Chimenea de Platino”, la décima otorgada por el Consistorio, muy valiosa para el de Gerena, que se reivindica con su Puesta Grande en Valdemorillo para estar en las grandes ferias “y que este sea su año”. Cuatro fueron los Miuras que llegó a estoquear ante la imposibilidad de continuar Pepe Moral por la cornada interna sufrida, pero Escribano vivió tarde de sensaciones, se sintió “genial”, que estaba mentalizado y con una preparación al cien por cien, “tanto como para haberme enfrentado a los seis”.
Mención Especial también la otorgada a la suerte de varas, una distinción con la que se quiso destacar la importancia del tercio y de su correcta ejecución, algo de lo que “tan magnífica” prueba dio Juan Francisco Peña, de la cuadrilla de Manuel Escribano, un sevillano más que se lleva gran recuerdo de su paso por Valdemorillo. Y ante tal palmarés, el agradecimiento de Tomás Entero, que recalcó la importancia de lo visto en este San Blas, destacando especialmente la gran expectación que acompañó el estreno de Miura en La Candelaria, tomándole así la palabra al ganadero “para que en verdad podamos ver salir de nuevo de los toriles en esta cubierta a los toros de Zahariche”.
Ya en nombre del Jurado, integrado por Félix Bravo Villena, Justo Martín Ayuso y Jorge Fajardo, fue precisamente el presidente de la Federación Taurina de Madrid quien tomó la palara para felicitar al Ayuntamiento una vez más “porque hemos vivido una feria importante”, señalando la buena presentación de las reses y la emoción que regalaron estas tardes de abono.
Y en relación directa al trabajo seguido para hacer posible esta feria, el Concejal de Festejos, Nino Gil Rubio, dedicó su intervención “a hacer una mención especial a mis compañeros del esquipo de gobierno, que le han echado horas, tesón y esfuerzo”. Porque, en definitiva, como subrayó la regidora, “creo que hemos dado un paso importante”. Aunque organizada “en tiempo récord”, cumplió el componente de interés que se quería despertar. “Es un orgullo para mí y para este Ayuntamiento poder decir que Valdemorillo ha tenido su Feria taurina, respetando la voluntad de un pueblo de mantener su tradición y una de sus señas de identidad”, afirmó Gema González, insistiendo en la necesidad de “continuar trabajando para que, año a año, la Feria se levente, creciendo en importancia, en afición, en repercusión a todos los niveles”.