JAVIER FERNÁNDEZ-CABALLERO
Hace pocos días se hacía oficial el inicio de temporada en Las Ventas. Será con un encierro de Victorino Martín y uno de los expertos en este hierro es Fernando Robleño, que además hará el paseíllo el próximo domingo en la plaza de toros de la Santamaría de Bogotá.
Un inicio inusual, diferente y justo a lo que fue tu temporada el año pasado, con dos plazas de primerísima por delante.
Así es. Estoy muy contento por ello, muy responsabilizado y deseando que lleguen los días y el ritmo de esas dos tardes espero que sea el más positivo para mí. Lo importante al final es que salga algo importante en la plaza para que quede en el recuerdo de los aficionados.
Supongo que será todo un sueño hacer el paseíllo a la plaza de toros de la Santamaría tras la vuelta de las corridas.
Sí, cuando me lo dijeron me llenó de alegría, de ilusión el compromiso. No cabe duda que una plaza de toros como la de Bogotá, con la historia que tiene, es un referente. Han logrado confeccionar tres carteles que son de mucho interés en la plaza, con las máximas figuras. Y estar entre ellos para mí es muy bonito. Sé que voy a la corrida supuestamente torista de Colombia, pero para mí lo más importante es estar ahí acartelado. Lo único que sueño es poder darle a cada toro veinte o treinta muletazos como últimamente he podido hacer.
En este sentido, tras un periplo americano, vienes rodado para este inicio de campaña.
Ha sido una experiencia bonita torear en Perú. Fue el 4 y 5 de febrero en Caravelí. Tenía en un principio miedo porque he tenido alguna experiencia que no ha sido agradable aquí y estaba esperando a que todo transcurriese con la normalidad que esperaba y así fue. Me sirvieron muchos aquellas corridas y es bonito vivir las distintas culturas del toreo y sentir a la gente del Perú, esa gran afición desmedida que tienen. Tratan a un torero como un ídolo.
Poco se ha hablado para lo que realmente merecía el trasteo al toro de Valdellán en septiembre en Madrid, ¿te esperabas este premio?
Si te soy sincero sí que me esperaba algo parecido, porque sí que soy consciente que fue una faena muy importante, de gran calado para la genet que lo vio y hemos hablado muchas veces que hay tardes en las que uno corta una oreja y no te sirve lo que debiera. Me da la sensación de que la faena mía al toro de Valdellán quedará en el recuerdo de los aficionados que así la vivieron. Para mí, eso fue bonito, porque esto es lo más grande que te puede pasar. Somos muchos los toreros que queremos torear y la corrida del Domingo de Ramos tendrá mi nombre, tenía la esperanza de ello. Me dio mucha alegría y a la vez mucha responsabilidad porque soy consciente por lo que ha sido mi carrera que estas corridas exigen mucho.