JAVIER FERNÁNDEZ-CABALLERO / FOTOGALERIA: SARA DE LA FUENTE
Ha sido el nombre de año en el escalafón con picadores. Ha sido el novillero que, por méritos propios, se ha ido ganando contrato a contrato y tarde a tarde la gran temporada que ha protagonizado. De padre venezolano y madre española, afronta un invierno de preparación el indiscutible triunfador de la temporada 2018 en España y Francia. Hoy es protagonista en Cultoro.
Francisco de Manuel, ¿cómo se queda la mente, el cuerpo y el alma de un torero tras una temporada en la que has ido ganándote paso a paso lo que tienes?
Estoy tranquilo, porque he podido dar la cara en todos los sitios en los que he toreado. No ha sido fácil, porque a medida que avanza la temporada te va pesando la responsabilidad y a la presión, pero hay que acostumbrarse porque si se quiere triunfar en esto tienes que estar por encima de todas las circunstancias que te vayan pasando.
A punto de la Puerta Grande de Madrid en dos ocasiones: en la Miniferia de la Comunidad y el día 26 de mayo con la novillada de Fuente Ymbro, ¿qué te pasó por la cabeza antes de esa doble tarde venteña y también después, al ver que tenías prácticamente en tus manos la gloria de la calle de Alcalá?
Era una apuesta muy fuerte empezar así la temporada. Eran mis dos primeros compromisos del año y mi séptima y octava novillada picada, pero uno va mentalizado de que tienen que pasar cosas importantes porque necesita torear y sacar adelante la temporada. Gracias a Dios, estuve muy cerca de conseguir la Puerta Grande y fue lo que me abrió las puertas de todas las demás plazas. Dicen que Madrid te lo da todo y en mi caso puedo decir que es verdad.
Pamplona fue el tercer pilar de tu campaña, con esa doble oreja a la novillada de Pincha. Luego llegaron fechas como Mont de Marsan, Santander, Gijón, Colmenar… ¿cómo fuiste asimilando capítulo a capítulo la evolución de la temporada?
Pamplona fue la ratificación de lo que había pasado en Madrid. Se me fueron abriendo las puertas de las Ferias y la responsabilidad fue aumentando. Lo que quería era eso: mi intención era torear, acudir a las ferias importantes y dar golpes importantes. Lo afrontaba con muchísima ilusión verme anunciado en esas ferias, dando golpes en Francia también.
Y llegó Villaseca, una feria que se ha erigido como fundamental para los novilleros con picadores. Triunfador del Alfarero de Oro, ¿fue tu tarde más importante este año?
Fue una de las tardes con más repercusión con la novillada de Ibán. Era una feria de las más importantes, con un cartel muy interesante y una novillada que no fue fácil. Fue encastada y esa casta no te permite relajarte. Pude estar a la altura, dar una dimensión muy buena y los taurinos y aficionados lo vieron. Fue una evolución a lo que se está viendo a lo largo de la temporada. Es una plaza que conozco y que me ha visto crecer. Disfruté como un niño. Ese ha sido de los días que fui feliz.
Por último, llegaron citas a final de temporada en la que los malos lotes y las circunstancias en tardes como Albacete o Madrid en Otoño hicieron que no hubiese demasiada suerte. Sí dejaste el gran sabor de boca en tardes como Guadarrama, ¿qué queda por delante en invierno? ¿Habrá temporada americana?
No, de momento me quedo en España, la preparación será de ir al campo, de mentalizarme que el año que viene tiene que ser más importante aún y trabajar la mente. El final de temporada no fue fácil, hubo tardes en las que no pasó nada y eso mentalmente te puede repercutir. Aun así, pude dar la cara en los sitios a los que fui. Trabajaré la mente, no me distraeré porque el toro no se distrae y la temporada que viene tiene que ser más importante aún.