Marco A. Hierro
Lo tiene muy claro. Mucho más que muchos de los que dicen defender al pueblo que les votó. Jesús Díez busca el beneficio para los 7.500 habitantes que tiene Villarejo de Salvanés, y nunca descansa para encontrar el camino que le lleve a lograrlo. Ahora se le ha ocurrido celebrar la I Corrida Lepantina, y no es una ocurrencia más; es el tiro mejor pegado que se haya visto en muchos años por estos pagos, porque hay que tener talento -y mucha capacidad de trabajo- para relacionar los toros con el fasto que tu pueblo celebra este año y que quieres que se convierta en el detonante que coloque a Villarejo de Salvanés en el mapa turístico mundial. Pero, vayamos por partes: ¿cuál es el hilo conductor de Villarejo hasta las aguas del Golfo de Lepanto el 7 de octubre de 1471, cuando la flota de la Liga Santa se alzó con la victoria en «la más alta ocasión que vieron los siglos», según narró Miguel de Cervantes?
Por aquel entonces, Villarejo de Salvanés era la sede de la Encomienda Mayor de Castilla, el lugar de donde salieron tres cosas: gran parte de la intendencia y el pecunio que pagó dos tercios de lo que costó aquella batalla contra el imperio Otomano, hombres -con toda probabilidad- para derramar su sangre en las aguas del Egeo, y a don Luis de Requesens, encomendero mayor del reino y uno de los hombres de confianza del rey Felipe II, monarca en aquellos tiempos. Él, que fue quien supervisó cada paso en la victoria que glorificó a Juan de Austria, bastardo del emperador Carlos V y hermanastro, por tanto, del segundo Felipe. Es ahí, en la batalla que «pudo cambiar la dirección de la historia», donde Jesús Díez ha fijado su ancla.
«Creo que vestir a los toreros a la manera de entonces», asegura el alcalde de Villarejo, «y darle a la corrida el mismo tinte de los diferentes actos que celebramos por el 450 aniversario de un hecho histórico tan conocido como la Batalla de Lepanto va a ser un reclamo más para colocar a nuestro pueblo en el mapa turístico mundial, que es lo que queremos promover. Eso nos va a dar beneficios en todos los sentidos para el pueblo y debemos volcarnos con ello».
Por eso cuando le comentó la idea a Jorge Arellano, promotor de la iniciativa en el ámbito taurino, se juntaron el hambre con las ganas de comer. «Se lo dije y se mostró encantado», cuenta Jesús entre risas, «y ha ido captando a la perfección las ideas que le hemos ido trasladando. Hemos logrado, además, construir un cartel joven y muy atractivo que también se ha volcado con el acontecimiento». Y es cierto el entusiasmo de los toreros, como se pudo comprobar en la presentación del pasado día 24, con Javier Cortés, Álvaro Lorenzo y Salvador de la Puerta, ganadero de Lagunajanda, quienes dijeron estar «deseando saber qué se siente cuando te vas a la batalla vestido así», como explicaba el madrileño Javier Cortés.
Y es que la Corrida Lepantina «tiene vocación de continuidad», tal como explica el alcalde. «Al ser el 450 aniversario de la batalla, nos parecía un momento extraordinario para iniciar una tradición como esta, en la que estén presentes los toreros destacados cada año y las mejores ganaderías. Estamos en una zona de gran ambiente taurino y eso está arraigado en nuestra idiosincrasia. Y creo que debemos aprovecharlo para organizar los fastos que tenemos previstos».
Porque no se queda el homenaje a Luis de Requesens en el festejo taurino; el día 5 de octubre se escenificará en el municipio una recreación de la batalla en la que han participado todos los vecinos a la hora de confeccionar los vestidos de época y los diferentes elementos de tramoya que convertirán la población en las aguas griegas de Lepanto -con cuyo municipio actual está Jesús en trámites de hermanamiento-. «También la plaza de toros la edificaron entre todos los vecinos», recuerda Díaz, «por lo que constituye para los vecinos un recuerdo de sus antepasados, que trabajaron juntos en su construcción».
Los actos culminarán el 7 de octubre, fecha del aniversario del evento, cuando el Cristo de Lepanto -por lo general en su parroquia de Barcelona- y la Virgen de la Victoria, patrona de Villarejo, procesionarán juntos por primera vez desde hace 50 años, cuando fue Barcelona la que recibió la imagen de la Virgen para celebrar el acto. El jueves, y con la presencia del más alto rango de la Armada y una representación militar -que será la que porte las imágenes-, volverán a unirse en las calles de Villarejo de Salvanés.
El objetivo de todo ello, como desvela el regidor, es «conseguir la designación de esta fiesta como de Interés Popular por la Comunidad de Madrid, lo que supondría un paso más en nuestra cruzada por convertirnos en destino turístico».
Desde luego, la semilla está plantada; y nace mañana, con la I Corrida Lepantina y con Javier Cortés, Álvaro Lorenzo y Ginés Marín lidiando una seria corrida de Lagunajanda.