SAN SEBASTIÁN DE LOS REYES (MADRID)

Orejas para la suavidad de Toñete y la raza de Marcos; la espada se la arruina a Ortiz


jueves 30 agosto, 2018

Se lidiaron novillos de Guadalest con un cuarto de entrada en los tendidos para un templado Toñete, un afianzado Marcos y un Alfonso Ortiz que dio la sorpresa sin espada.

Se lidiaron novillos de Guadalest con un cuarto de entrada en los tendidos para un templado Toñete, un afianzado Marcos y un Alfonso Ortiz que dio la sorpresa sin espada.

Sanse 30-8-2018 from Cultoro TV on Vimeo.

TEXTO: MARCO A. HIERRO / FOTOGALERÍA: LUIS SÁNCHEZ-OLMEDO

La novillada con picadores de la feria de la localidad madrileña de San Sebastián de los Reyes tenía lugar en la tarde de este jueves, 30 de agosto. Se lidiaban novillos de Guadalest para Toñete, Marcos y Alfonso Ortiz.

Al esmirriado castaño que hizo primero le faltaron voluntad y ritmo para repetir en el capote de un Toñete que tuvo que bregar y sacrificar la brillantez en favor de la lidia. Y le tuvo que construir a un animal de raza justa y renuencia a la entrega. Tuvo paciencia Toñete, su gran virtud para terminar sacando dos tandas al natural de ligada conexión con un tendido que le pidió la oreja. El palco, sin embargo, denegó el trofeo, que quedó en vuelta al ruedo. 

También el segundo andaba justo de cuajo, pero sacó más intención de acudir a los cites de Marcos -que lo recibió con larga cambiada de rodillas–que el anterior. Y fue noble en la muleta, después de que le midieron mucho el castigo en varas. Tiró Marcos de facilidad, de oficio y de técnica para hacerlo repetir mucho, aunque fuera a media altura y sin entrega verdadera. Los circulares del epílogo llegaron al tendido, pero la estocada atravesada dejó el premio en ovación. 

El apretado colorao que hizo tercero, más por detrás que por delante, tardeó y se mostró remiso en el percal de Alfonso Ortiz, pero tuvo cierta chispa en las arrancadas y una emotiva forma de emplearse desde el penco. Tanto que llegó mucho a la escasa concurrencia el toreo de templada mano baja que le permitió el utrero a Ortiz. Metido el novillero, estructuró con orden, manejó las alturas con inteligencia y tuvo profundidad en un par de series de mano diestra. Ya estaba el premio en el esportón cuando la espada se empeñó en aguar la tarde y todo quedó en ovación tras aviso. 

Un buen manojo de verónicas le permitió el cuarto a Toñete, encaderado y con gusto hasta rematar con la media en la boca de riego. Muy justo el animal, que recibió el castigo justo en varas. Muy metido anduvo con él Toñete, que le vio la calidad muy pronto para echarle la mano derecha abajo y comprobar la emotiva humillación del de Guadalest. Encajado siempre, guardó lo mejor para la zurda, con la que enganchó con mucha precisión para torear muy despacio y reducir la arrancada. Bien Toñete, que le dejó un Espada o de fulminante efecto para pasear una de las dos orejas que se le pidieron. 

El sardo quinto, más altito pero igual de vareado, se vi o muy metido por dentro por el pitón izquierdo en las verónicas que remató con una media Marcos. Sacó la raza y el valor el novillero en una labor que empezó de rodillas, con el animal apretando y él tragando incluso cuando lo puso en aprietos. Vertical, ya de pie, le dio distancia y suavidad para que durase, y le echó valor en el epílogo, de rodillas, llevándose incluso la voltereta. Efectivo con la espada, paseó también una oreja. 

El sexto, un remiendo de Casasola, fue más toro en todo, incluso en embestir con agresividad al percal de un Alfonso Ortiz a solvente con la capa. Pero no tuvo entrega ni bondad el animal, que se vino por dentro, hizo hilo y se mostró díscolo y correoso ante un Ortiz que derrochó valor para buscar la colocación verdadera y voluntad de ser gente a base de tragar. Lástima que no hubiese para más y que marras con la espada para escuchar silencio. 

FICHA DEL FESTEJO

Plaza de toros de San Sebastián de los Reyes (Madrid). Segunda de feria. Novillada con picadores. Un cuarto de entrada. 

Novillos de Guadalest, remiso y de raza justa el vareado primero; docilón de media altura el escurrido segundo; emotivo y humillado el buen colorao tercero; humillado, repetidor y emotivo el buen cuarto; noblón y obediente el quinto; correoso el exigente el serio sexto. 

Toñete, vuelta y oreja. 

Marcos, ovación y oreja. 

Alfonso Ortiz, ovación tras aviso y silencio.