JAVIER FERNÁNDEZ-CABALLERO
Triunfó al lado de las figuras en Santander. Alejandro Marcos, en el mismo ruedo en el que tomó la alternativa hace solamente un año. El pasado viernes salió a hombros con una corrida de García Jiménez que no se lo puso nada fácil.
Enhorabuena.
Gracias.
¿Cómo te encuentras, en primer lugar, de la fortísima voltereta?
Bien, tengo unas secuelas en la garganta y en la voz que me la ha dejado así.
Un golpe de moral para una temporada no fácil tras el parón de la alternativa.
Cuando te ves en la situación, no es fácil, pero al final hay que aprovechar cada bala y hay que seguir en esa línea.
¿Cómo es hacer el paseíllo al lado de dos figuras, qué se siente teniendo la presión de una plaza con la importancia de Santander?
Primero, sensación de respeto y admiración. Pero a mí me tranquiliza. Al final, es donde uno quiere estar.
¿Cómo fue la tarde, el lote, cómo analizas las sensaciones tras el triunfo en Cuatro Caminos?
Yo creo que fue una tarde bonita. Vi a la gente que conectó rápido conmigo, ya que tenía muchas ganas de triunfar, se lo supe transmitir y fueron dos faenas diferentes. La gente pidió la oreja con mucha fuerza, fueron emociones muy fuertes.
Qué grande hacer el paseíllo en las plazas de importancia. El invierno toma más sentido, ¿no?
Sí, es donde uno se siente de verdad torero, en tardes de categoría y con la afición entregada.
Habrán sido muchas las horas de sueño que te habrá quitado la tarde de Santander, ¿Desde cuándo no te vestías de luces?
Desde septiembre del año pasado, desde la feria de Salamanca. Me ha quitado el sueño, porque me partí el brazo hace un mes, pero el fisio me dio siempre mucha confianza.
¿Te has resentido en la tarde?
Nada, con alegría ahora me duele hasta menos.
Próxima Guijuelo.
Sí, el 15 de agosto, con Montalvo.
Y Madrid como telón de fondo.
Tengo ilusión por ir, pero creo que conviene esperar.