JAVIER FERNÁNDEZ-CABALLERO
David Mora, torero de Puerta Grande, vuelve esta tarde a Las Ventas. Fuera de dudas está su valor y su raza para tirar de una tarde, porque su verdad aparece en la manera de afrontar los desafíos. Está acostumbrado -dicho está- a lidiar con las dificultades en los despachos, pero la madurez que ahora atesora le hace dar motivos cada tarde para no olvidarse de él. Hoy es una de esas tardes donde debe reivindicarse y así lo narra para CULTORO.
¿Cómo te encuentras ante una doble cita como la de Madrid en San Isidro?
Sobre todo, con esa ilusión que he mantenido a principio de temporada. Quiero seguir en esa tónica, que es lo que realmente marca el ritmo del año. Quiero mantener ese status.
Valencia y Madrid fueron tus dos grandes puertos de montaña en este inicio de campaña, ¿qué valoración sacas de esas dos tardes?
Te dan mucha moral. Llevo ya unos años de alternativa, doce -excepto los dos años que estuve con la lesión y no pude torear- y cuando ruedan las cosas a principio de temporada te da un punto de ilusión extra. En Madrid no llegó el triunfo rotundo por circunstancias de pinchar al primer toro y la espada contraria del segundo, pero sí que el aficionado y la prensa valora lo realizado. En ese sentido, a mí personalmente, me sube la moral. No es igual que cuando no pasa nada en las primeras ferias.
Madrid ha sido justa con David Mora ofreciéndole tres tardes…
Pienso que nos hemos dado mucho mutuamente. Te da esa responsabilidad y esa dureza que te marca tu carrera.
En los peores momentos, ¿te acuerdas de “Malagueño” y su faena?
Por supuesto. No solo la faena de “Malagueño”, sino muchas faenas importantes. O del toro de Montalvo en una tarde del 15 de agosto, que pudo ser tarde de tres orejas y se quedó en una, otra con un toro de Martín Lorca, el mano a mano con Fandiño, la oreja del año pasado… Después de ir esa segunda tarde con lo que había pasado en la primera, rompí el año pasado esa diferencia a lo que había ocurrido en una tarde y en otra. Me vine arriba. Por eso Madrid tiene esa dificultad.
Las Ramblas dio grandes opciones, sobre todo en clase, en la corrida de 2015 a la que López Simón le cortó las orejas.
A Madrid hay que ir sin ideas preconcebidas en cuanto a ganaderías porque luego no sabes lo que te va a salir por chiqueros. Uno piensa que por la trayectoria del hierro que va a ser la mejor corrida… pero luego cambian las cosas.
¿Cómo ha sido la preparación en los días previos a tu primera cita isidril?
Aquí estamos, en el campo, con tranquilidad. Preparándonos para esa cita. Esa tranquilidad marca el que uno se vista luego tranquilo y llegue también así a la plaza. Uno se va de la multitud, que a veces en cada momento de tu vida lo necesitas y lo ves de una manera, pero ahora no. Ahora uno necesita tranquilidad y de hecho estos días con anterioridad al compromiso voy a estar tentando y poniéndome delante de la becerra.
¿Cómo te encuentras de la lesión que te ha apartado varios días de los ruedos?
Fue una fractura en el metacarpiano y he estado tres semanas sin poder hacer nada, sin ponerme delante de ningún animal, incluso perdiendo corridas. Va mejorando.