El unánime rechazo de la sociedad al Anteproyecto de Ley de Protección y Derechos de los Animales presentado por el Gobierno hace dos semanas ha generado malestar entre los propietarios de mascotas, las tiendas de animales o el mundo rural en general. En lo que compete al toreo, ésta no lo ataca directamente, pero sí de forma indirecta, ya que puede poner en jaque a la lidia actual, en concreto del tercio de varas.
La Unión de Criadores de Toros de Lidia ha arremetido duramente contra este anteproyecto con estas palabras a Cultoro: «Es una vez más una imposición ideologizada de una forma de vida. Es obvio que estamos ante una ley propia del discurso del mascotismo radical que nada tiene que ver con la conservación de nuestro campo y del cuidado de los animales que practicamos a diario los ganaderos».
Algunas de sus líneas recogen que «quedará prohibido el uso de los animales en espectáculos o actividades que puedan ocasionarles sufrimiento«, lo que pone en seria Asimismo, se prevé vetar la utilización impropia de los animales; se prohíbe «someterlos a trabajos inadecuados o excesivos en tiempo o intensidad respecto a sus características y estado de salud«.
El anteproyecto cita dos ejemplos directos: el uso de animales de forma ambulante como reclamo, y ejercer la mendicidad valiéndose de ellos. Aunque nada dice del uso de caballos para la lidia de toros, la aplicación de esta Ley a futuro podría comprometer -y mucho- la lidia actual tal y como la conocemos. La exposición pública del anteproyecto de esta ley acaba el jueves 21 de octubre.
La Fundación Toro de Lidia también habla sobre esta Ley
El portavoz de la Fundación Toro de Lidia, Chapu Apaolaza, señala en declaraciones a Cultoro que esta Ley «pone de manifiesto el marco de pensamiento del animalismo». Alguna de las partes del borrador busca la equiparación entre el ser humano y el animal, «y eso es grave: pone en cuestión no solamente la tauromaquia, sino toda nuestra relación con los animales«. Es, en palabras de Apaolaza, «el ecologismo mal entendido como animalismo, que no defiende los intereses de la ecología, sino que lo que pretende es no es sólo terminar con el toro sino nuestra forma de vida», expone. «Es un ataque directo al corazón del mundo rural», añade el portavoz de la FTL.
«A quien ataca y a quien terminarán atacando es a otros muchos colectivos. Siempre hemos intentado transmitir a la sociedad que la tauromaquia es una meta volante de una lucha que pretende terminar con ganaderos, lecheros, queseros, industria del cuero, ganaderos de carne y todo lo que está alrededor, con la gastronomía y con todo nuestro mundo rural», advierte Apaolaza.
«Cuando se habla en la ley de las obligaciones que debe tener el dueño de un perro, está bien avanzar en ese aspecto, pero estamos en una sociedad en la que no va a haber una legislación, en cambio, sobre cuándo tenemos que sacar al abuelo al parque o cuántas veces tenemos que sacar y atender a nuestros mayores», concluye.