ENTREVISTA

«El banquillo me ha hecho sacar lo mejor de mí y reafirmarme interiormente en que mi vida es el toro»


viernes 22 octubre, 2021

Sergio Felipe, un novillero a tener en cuenta para 2022: entrevista con el joven albaceteño, que desgrana en Cultoro todas sus sensaciones tras una gratificante temporada de rodaje.

Sin Título

Sergio Felipe cierra, este sábado, su temporada. Un año especial, una campaña que ha significado una resurrección profesional para él y un 2021 que no olvidará. Le ha hecho volver a los ruedos con fuerza, le ha hecho vivir, y tras un aciago 2019 en el que una agria novillada de El Pilar truncó sus ilusiones en Las Ventas, de nuevo ha recuperado la senda del triunfo. Este 23 de octubre tiene una cita en Tomelloso (Ciudad Real) con una ganadería que, además, tiene una relación especial con él: la de Dámaso González.

“En esta nueva etapa estoy ilusionado. Mucho. Este tiempo me ha hecho recapacitar y me he dado cuenta de que el toro es mi vida. Y, además, me ha hecho estar más reposado delante de la cara del animal. Estoy feliz”, confiesa el novillero albaceteño, que se encuentra “plenamente lleno” ante un cierre de temporada como el que protagonizará este sábado en Tomelloso.

Cinco novilladas este 2021

Cuatro novilladas lleva en su bagaje este 2021: la primera de ellas, en Añover de Tajo, donde le hizo frente a un agrio lote de Mateo y Rodrigo con el que destacó sobre todo en firmeza; Requena fue la siguiente tarde; El Casar, en Guadalajara, también lo vio hacer el paseíllo, pero nada pudo hacer frente a nulos animales; sí pudo resarcirse en su toreo el pasado 12 de octubre en la localidad madrileña de Mejorada del Campo, donde salió a hombros con un encierro de Cebada Gago. “Aquella novillada me hizo sacar el toreo que llevaba dentro; pude torear a gusto por momentos”, destaca el novillero.

El maestro Dámaso, en el recuerdo este sábado

Mañana le hará frente a un encierro de Sonia González, los mismos novillos que eligió y seleccionó en su casa el maestro Dámaso. Es el fruto, aún, del trabajo ganadero de uno de los nombres más brillantes de la historia del toreo: “Dámaso, en Albacete, es una institución. Es el espejo en el que todos los que queremos llegar alto en el toreo nos miramos. Es la fuerza que nos hace entrenar cada día un poquito más de lo que teníamos en mente, la ilusión por la que caminamos, y estoquear un encierro de su casa, para un novillero de Albacete, es muy emocionante”, expone. A la par, desea que el lote salga bueno: “Dios quiera que se dejen torear y podamos dar un homenaje desde aquí al maestro”, dice Felipe.

Su meta más inminente: volver a Madrid

Como objetivo fundamental, volver a Madrid: “Por circunstancias, estuve unos años en los que decidí no torear, pero antes de ese parón una tarde supuso un punto de inflexión en mi carrera, la de Las Ventas. Pude cuajar a placer a un novillo de Julio García en Madrid y sólo la espada me quitó el sueño de salir a hombros. Aquello hubiese cambiado mi vida, sí, pero toca seguir soñando con hacer el paseíllo en esa plaza. Ojalá sea el próximo año”, desea Felipe, al que le tocó bailar con la más fea hace dos temporadas en la primera plaza del mundo con el citado encierro de El Pilar.

La alternativa, como telón de fondo

Algo que no pierde de vista y que pretende que sea a finales de 2022 es la alternativa, el día que todo torero tiene en la cabeza: “Miento si digo que no me gustaría que fuese en mi tierra, en la Feria y con un cartel de relumbrón. Ojalá pueda llegar con ambiente a esa cita, que el inicio de la próxima temporada sea explosivo y que coja puntos y fuerza para llegar al doctorado con ambiente”, confiesa el joven.