JAVIER FERNÁNDEZ-CABALLERO
Vuelve de nuevo a España uno de los toreros con mayor predicamento en Colombia. Ha compartido cartel con las máximas figuras españolas, ha echado una gran campaña colombiana y por delante tiene el compromiso de Sevilla este jueves y de una doble tarde en San Isidro en mayo. Se trata de Luis Bolívar.
Enhorabuena en primer lugar por esa triple comparecencia en esas dos grandes plazas como Sevilla y Madrid, ¿cómo has pasado profesional y personalmente la preparación previa tras los triunfos colombianos del pasado invierno?
Bien. Con una ilusión tremenda, como siempre en mi carrera. Año tras año se hace lo mismo pero se solucionan errores, se va madurando más y lo bonito de esta profesión es que cuando uno investiga a diario, el camino se hace muy largo e interesante. La ilusión y las ganas perduran.
No es nuevo que Luis Bolívar esté anunciado en las Ferias. Ha sido y es un nombre importante no solo en Colombia sino en la temporada europea. Esas idas y venidas de ese nombre en ambas temporadas –y no solamente en las corridas duras- ha sido el sino de tu carrera. Hablamos de tres citas que pueden dar un vuelco a tu carrera de nuevo, ¿no?
Sí, total. Esta es una profesión de día a día. Indiscutible que son tres días para echarle gasolina al motor. Hay que afianzar esa tauromaquia que uno quiere expresar y qué mejor escenario que Sevilla y Madrid.
Aquella tarde de Madrid el año pasado tuvo su eco y ha tenido su fruto en contratos a pesar de no cortar orejas, ¿cómo te preparaste para ella, cómo la viviste internamente? ¿Estás orgullosa de ella?
Sí, para Madrid se prepara uno a conciencia. La preparación que uno hace siempre es insuficiente para una cita así. Los años sirven para algo, la tarde la asumí con mucha ilusión. Disfruté muchísimo a mi primer toro de Ana Romero; el toro de José Escolar tuvo la chispa que al primero le faltó, pero fue una faena interesante por la mano izquierda. Tuvo fases interesantes con el cárdeno, que venía con casta y velocidad y había que reducirlo. Creo que faltó esa oreja que la gente pidió, pero fue una actuación bastante interesante a pesar de los años de inactividad en España. Estas tres fechas son importantes y esperemos que el trabajo y la constancia que estamos teniendo den fruto estos días. A fin de cuentas somos toreros y se vive de esa forma.
Analizando todo lo acontecido respecto a esa tarde en Madrid, la tauromaquia sigue siendo medianamente justa, puesto que aquella actuación aun sin premio ha tenido fruto, ¿no?
Sí, totalmente. Pero en ese momento sí importan las orejas. Sabemos que van y vienen las orejas, pero en ese momento son fundamentales. Es lo bonito. Es crucial que los esfuerzos se reconozcan y se compensen de esa forma.
Siempre se le cuestiona a las figuras mexicanas y nunca con las colombianas, pero llega en la siguiente pregunta: ¿por qué las figuras españolas quieren compartir carteles contigo en Colombia y, cuando regresas a España, no te ponen en sus carteles?
Sí. Se vive esa bipolaridad. Pero son las circunstancias. España es España. Se tiene la suerte de que en el país de uno las circunstancias cambian, se compite con las máximas figuras y te viene muy bien a nivel personal. A fin de cuentas, el aficionado se sienta en el tendido y quiere ver a su paisano rozar esos niveles, y eso enriquece conseguirlo. Te ayuda a mejorar. Luego, en España se viven otras circunstancias; aunque hay circunstancias que sí son de terceros, el toro pone a todos en su sitio. Si hubiese matado algunos toros en mi vida, quizá hubiese tenido otra situación ahora mismo, pero sin espada no hay gloria.
Y una temporada colombiana de Luis Bolívar para enmarcar…
Sí, bonita e interesante. Uno, como artista, intenta que el aficionado cada año vea algo distinto, vea un poso diferente al año anterior para que tu tauromaquia se vaya enriqueciendo. Es lo que hemos intentado trabajar y eso el aficionado lo ha captado muy bien. Ese trabajo va saliendo con naturalidad, lo que anima mucho a seguir en la lucha. América sirve mucho para todo eso.