MARCO A. HIERRO / FOTOGALERÍA: LUIS SÁNCHEZ-OLMEDO
Jorge Isiegas, Carlos Ochoa y Ángel Téllez era la terna de novilleros preparada para este domingo en la pimrera novillada de la temporada en Las Ventas. En el cartel, seis novillos con el hierro de Fuente Ymbro.
La espada dejó en silencio la entonada labor de Isiegas con el manso primero. Fue un novillo que salió con buena condición, con humillación y cierta intención de seguir la tela pero sin ritmo. Se centró mucho en un quite de Ochoa con mucha limpieza por saltilleras; respondió con mucha verdad y compromiso Isiegas. El novillo se resintió mucho, incluso corneando a un banderillero. Era el típico novillo manso que llegó rajado a la muleta. Por mucho que le puso intención el maño, que traza muy bien, solo conectó a final de faena. Labor emborronada porque al entrar a matar perdió una mano el toro y le dio un bajonazo.
Carlos Ochoa lanceó con mucha intención al segundo, que le hacía el avión con el capote con muchísima calidad. Ángel Téllez se ajustó en las chicuelinas. Ralentizó muchísimo en la muleta una embestida que era muy buena. Con un toreo arrebatado, en ocasiones sacándose las embestidas por la espalda y queriendo estar en novillero en la primera plaza del mundo, muy vertical y con muchísimo desmayo. Es cierto que lo pinchó una vez, pero la petición fue con bastante fuerza tras el estoconazo. El presidente, que debutaba hoy, ha decidido que no concedía la oreja de esta forma.
Demostró buena técnica y tener conocimientos básicos por encima de la media en cuanto a la lidia de toros. Sin embargo, en la faena del tecero, al que le costó humillar, le faltó un poquito de entrega aunque sí se movió. Le faltó corazón a Téllez, pues fue todo académico, pulcro, queriendo hacer bien las cosas y preocupándose demasiado de lo que estaba haciendo y muy poco de sentirlo. Por eso, saludó una ovación tras tímida petición.
El cuarto fue estrecho de sienes y alto, bien hecho. Siempre acusó defectos en la vista, se quiso quedar parado y revolverse sobre las manos. Fue, junto al viento, un doble trago para un novillero siempre muy firme, que logró pasajes cuajados. Siempre se le quería quedar debajo del carcañal. Actuación asentada del novillero maño. Ovación.
Pareció otro torero en el quinto Ochoa. Más revolucionado anduvo con las urgencias que le han sobrado y el poso que le ha faltado. Echó en falta más reposo y madurez para hacer frente a la embestida con muchas posibilidades del astado. Lo ligó, se metió con él, le robó muletazos y le dio ralentí. A pesar de todo, fue silenciado.
Ángel Téllez le dejó a deber profundidad al buen sexto, sonándole incluso dos avisos. Ha querido mucho y ha podido poco. Disposición del novillero, que se fue directamente a torearlo dándole distancia con la muleta en la mano izquierda, pero fueron banderazos que demostraron que el novillo se desplazaba muy bien por ese lado pero que el bueno era el derecho. No hubo acople entre el animal y el novillero.
FICHA DEL FESTEJO
Plaza de toros de Las Ventas, Madrid. Novillada con picadores. Unas 6500 personas.
Novillos de Fuente Ymbro.
Jorge Isiegas, ovación y ovación.
Carlos Ochoa, vuelta al ruedo y silencio.
Ángel Téllez, ovación y palmas tras dos avisos.