EL EXILIO INTERIOR

De Sevilla para Arles


martes 3 abril, 2018

En Sevilla, un Jurado taurino ha mirado a Francia y se ha fijado en Arles para darle un premio, concretamente el III Premio Taurino Ciudad de Sevilla.

En Sevilla, un Jurado taurino ha mirado a Francia y se ha fijado en Arles para darle un premio, concretamente el III Premio Taurino Ciudad de Sevilla.

PACO MARCH

En Sevilla, un Jurado taurino ha mirado a Francia y se ha fijado en Arles para darle un premio, concretamente el III Premio Taurino Ciudad de Sevilla.

En esto de los premios, taurinos o no, ocurre que en más de una ocasión se otorgan “porque toca “ (ya me entienden) y, también sucede que a fuerza de multiplicarse convocatorias y concesiones,  muchas veces y por relevantes que sean el motivo y el premiado, no trascienden más allá de los directamente involucrados. Por eso quiero detenerme en este, que me parece tan oportuno como significativo.

Oportuno porque coincide con la celebración de la Feria de Pascua de Arles (con grandes éxitos en el ruedo, por cierto) y la muy reciente desaparición de quien fue uno de los grandes nombres del toreo en Francia, Luc Jalabert, alma mater de la proyección taurina de la capital de la Camarga  . Y significativo por lo que tiene de reconocimiento de la España taurina, desde la ciudad que (perdón Madrid) quizá más la simboliza.

Pero hay más y el Jurado (compuesto por nombres de peso en el ámbito cultural, académico, político, empresarial y taurino) así lo ha expresado.

Arles es una ciudad pequeña, bañada por el Ródano y en la que la huella del Imperio Romano se alza imponente y pétrea por todo el ámbito urbano , con el Coliseo como recinto taurino. Cultura de siglos, que enamoró a Van Gogh (presente en múltiples rincones, en las calles, en su casa-museo) y atrae al viajero, como lo hizo con Picasso y Cocteau también para acudir a los toros con su amigo común, Luis Miguel Dominguín. En sus Arenas taurinas han toreado los mejores y así sigue siendo, ante un público respetuoso, conocedor y, faltaría más, entusiasta si la ocasión lo merece. La Francia taurina es Arles, Nimes, Béziers, Dax o Bayona, como también es Céret, Vic Fezensac, Mont de Marsan y tantas plazas (o la de Aire sur L’Adour, que tantos desconocían hasta que llegó la tragedia) , al sureste o al suroeste.

A Francia también ha llegado la intransigencia y la violencia de los antis, aunque han sabido atacarla con menos ruido y más nueces que por aquí. La Asociación de Villas Taurinas de Francia, que engloba a más de cuarenta municipios, y en la que están implicadas las administraciones locales y nombres señeros de la cultura francesa, viene desarrollando una actividad constante, discreta y eficaz, que hoy por hoy garantiza el presente y mira al futuro con prudente y a la vez combativo optimismo.

Al frente de ese Asociación de Villas Taurinas de Francia está quien es, desde hace años y relevando sus mandatos en cada elección, alcalde de Arles: Hervé Schiavetti. Y, ojo al dato- que diría aquel- : Schiavetti es miembro del Partido Comunista Francés.

Schiavetti, fue ( a petición de los taurinos catalanes) uno de los comparecientes en las sesiones del Parlament que acabaron en la prohibición taurina catalana. Allí no sólo reivindicó la tauromaquia, sino que alzó la voz para proclamar que la adscripción ideológica nada tiene que ver con la afición taurina. Fiel a ello, el alcalde comunista de Arles y, con él, buena parte del Consistorio, se implican en los eventos con sello taurino que  se desarrollan en la ciudad a lo largo del año , con las Ferias de Pascua y el Arroz como estandartes y la corrida goyesca ya convertida en fecha señera del calendario taurino internacional. Y, tanto en ese festejo tan especial como en todos los otros, allí está, en su localidad de primera fila en el tendido de capotes, Hervé Schiavetti.

Aquí, en cambio, la llamada izquierda (salvo honrosas y muy contadas excepciones a título individual) cuando de toros  (pero no sólo )se trata,   borra su memoria y abjura de su historia.

Un ejemplo, el de Arles, que Sevilla ha sabido ver y premiar.

Mil cuatrocientos kilómetros separan Sevilla de Arles, pero la luz del toreo es, cuando llega, tan intensa a la orilla del Guadalquivir como a la del Ródano.

PACO MARCH