FRANCISCO MARCH
Desde el pasado 16 de septiembre Francia cuenta con un nuevo matador de toros, Andy Younes, nacido en Arles en mayo de 1997.
A partir de su presentación con picadores en la Feria de Pentecostés de Nimes en 2015, ganando el prestigioso “Capote de Oro”, la carrera de Younes ha seguido una constante progresión, con triunfos relevantes tanto en su país como en plaza españolas de la categoría de Valencia o Zaragoza.
Dado el paso al escalafón superior, Andy Younes pasa el invierno sin descuidar la preparación con la vista puesta en la que será su primera temporada como matador de toros. Del pasado, el presente y el inmediato futuro, de certeza e ilusiones, hablamos con él.
Con sólo cinco años Andy vio por primera vez una corrida de toros, novillada en este caso. Fue en el Coliseo romano de su ciudad, Arles, y de aquella experiencia- explicaba él hace un tiempo- salió conmovido no tanto por el toreo sino por el animal, el novillo. Siete años después se apuntó a la Escuela taurina de Arles. Los toreros y ganaderos franceses vieron en aquel chaval rubio y espigado condiciones para el toreo y le ayudaron. En 2014 el matador francés Gilles Roux se cuidó de guiarle, enseñarle y aconsejarle y un diestro consagrado como Juan Bautista le facilitó el acceso a muchos tentaderos.
Desde el final de aquel año, es Curro Caro quien está junto a él: “Curro es mi apoderado y se ocupa de que crezca tanto como torero como persona. Entrena conmigo en el campo, me aconseja. Ha sido torero, me aporta muchísimo y tengo plena confianza en él”.
Triunfador, como decíamos, en plazas y ferias tanto francesas como españolas ¿crees que el trato ha sido distinto en un tu país y aquí?
Sí que ha sido diferente al principio, porque en Francia ya me habían visto torear sin caballos en muchos sitios. Pero, tanto a nivel de empresas como de medios y también los públicos me siento bien considerado. Por ejemplo, cuando en 2016 triunfé en Valencia sólo tenía tres novilladas más y esa misma noche ya tenía veinte.
Que el toreo en Francia, pese a la virulencia de los grupos antitaurinos, está viviendo un momento de esplendor, tanto por los toreros, también ganaderías como Jalabert, Margé y alguna otra , como por respuesta del público, parece indiscutible.
Creo que sí. Tenemos dos figuras del toreo, Juan Bautista y Sebastián Castella que están en su plenitud, otros matadores como Joubert y Duffau que vienen arreando y también novilleros que se abren paso. Los aficionados lo valoran, acuden a las plazas y entre todo suma para el bien de la Fiesta, no sólo en mi país.
En tu forma de entender el toreo ¿ lo aprendido en la Escuela Taurina es la base para el desarrollo de tu propia personalidad?
Lo que se aprende en la Escuela ayuda, claro, pero lo más importante es ser fiel a ti mismo. Desde que me apunté a la Escuela tenía en la cabeza mi concepto del toreo y lo que intento es mantenerlo al tiempo que lo voy mejorando con la experiencia.
No sé si estarás muy de acuerdo en que en tu tauromaquia sobresalen dos aspectos. Uno el del valor, seco, sin aspavientos y el otro intentar potenciar el sentimiento artístico a la hora de expresarla, algo en lo que imagino tiene que ver un torero con la personalidad tan acusada de Curro Caro.
Yo no lo llamaría valor, prefiero ambición. En lo del tema artístico es cierto que Curro me ha ayudado mucho. Una de las cosas que yo intento , porque es lo que me gusta, es enganchar las embestidas muy adelante y llevarlas lo más atrás posible. Tanto Curro Caro como también Rafael Viotti me han enseñado una tauromaquia vertical y lo cierto es que en ella me siento muy a gusto y además creo que es una forma de toreo que se está perdiendo porque son pocos los toreros que la hacen y , para mí, es el toreo de toda la vida y soy muy feliz cuando un toro me permite torear así.
Acabaste la temporada dando el paso a matador de toros ¿cómo encaras el futuro más inmediato, ese 2018 que ya está ahí?.
Soy plenamente consciente de las dificultades de esta profesión. Venía de torear veinte novilladas este año, con triunfos importantes y en la corrida de la alternativa corté tres orejas y acompañé a mi padrino Juan Bautista en la salida por la Puerta de los Cónsules. Eso me da mucha confianza, claro, pero ahora todo es empezar casi de cero. Tengo algunas cosas hechas, me gustaría torear cuarenta corridas o más, pero hay que ser realista, hay que ganárselo tarde a tarde. Tengo mucha ilusión, me siento preparado, sigo aprendiendo y ojalá el arranque de la temporada me abra muchas puertas. Vivo por y para mi profesión, para el toro.
Para un chico joven como es tu caso ¿esa dedicación absoluta supone un sacrificio?
En absoluto. Cuando las cosas se hacen con pasión, no se puede hablar de sacrificio, al contrario, es un gusto. Y si luego todo va como uno busca y quiere está claro que de sacrificios nada, solo son pasos imprescindibles para, como es mi caso, llegar los más alto posible como torero. Mi vida y mi sueño.
FOTOGALERÍA: EMILIO MÉNDEZ