PABLO LÓPEZ RIOBOO
El rejoneador Diego Ventura, Joaquín Galdós y Luis David Adame trenzaban el paseíllo esta tarde en la localidad onubense de Palos de la Frontera dentro de su Corrida Pinzoniana. En el cartel mixto, se lidiaban toros de Los Espartales, para rejones, y Albarreal para lidia a pie.
En el año 1965 se estrenaba una película que asentó las bases del spaghetti western como subgénero cinematográfico; lanzando a la fama tanto a Clint Eastwood como a Sergio Leone. Pues bien, 52 años después, un rejoneador de consagrada trayectoria, sorprendía a todos con un caballo llamado Dólar, ese precisamente por el que se pelearían los hombres más duros del lejano Oeste, ese que hace lo impensable, ese al que le corren por sus venas sangre torera. Un caballo que ha conseguido algo que hasta no hace mucho era impensable, un animal capaz de irse a la cara del toro, mirarle frente a frente y torearlo despacio y templado, algo a todas luces diferente a lo anteriormente visto. Hoy Dólar volvió a consagrarse en la élite del rejoneo, fue en Palos de la Frontera, un equino que sin cabezada es capaz de hacer lo imposible y más, y eso queridos amigos no se paga con dinero, y menos, por un puñado de DÓLARes, de eso es bien consciente Diego Ventura. Ese que también los valdrá un Adame que si no se aburre y la suerte le acompaña podrá ser un torero importante en ambos lados del charco. Cualidades tiene, pero el tiempo es soberano. Ese tiempo que necesita Galdós para curtirse en torero de ferias, esas que desea pisar no como combinado de piedra, sino como torero de aficionados. De ser así su cotización subirá a mucho más que un puñado de dólares. Dos toreros que no se quieren quedar a la sombra de Joselito y Andrés.
Hacía su primer y único paseíllo en corrida de toros esta temporada Ventura en tierras onubenses, era en Palos de la Frontera, en su tradicional Corrida Pinzoniana. A su primero lo paró a lomos de Guadalquivir. El de Luis Terrón ya demostró su nobleza y buena clase antes de recibir dos rejones de castigo. Con Nazarí volvió a dar una lección de rejoneo. Toreó a dos pistas con un temple y una suavidad fuera de lo normal. Se dejó llegar al noble animal a los pechos del caballo en banderillas de poder a poder con una gran expresión. Nazarí se sintió torero, se dejó llegar al animal en una labor de total entrega y torería. No bajó la faena cuando sacó a Lío. Un tordo de una expresión y un valor apabullante. A la larga distancia se arrancó el animal en dos banderillas de máximo ajuste. Siempre de frente y batiendo al pitón contrario para que su jinete clavara en todo lo alto. Cerró su faena a lomos de Bombón. En las cercanías dejó las cortas para acabar de meterse a Palos en el bolsillo. Tras un rejón en buen sitio le fueron concedidas las dos orejas. Una faena de un enorme temple y un rejoneo para paladares exquisitos. Ventura se sintió y le regaló a la afición onubense una primera actuación sentida y medida.
Si su faena al primero dejó el listón alto, la realizada al cuarto fue de las que dejan huella. Da igual que fuera una plaza de tercera y un toro terciado, lo realizado por el rejoneador de La Puebla del Río fue una página más en el registro de las grandes actuaciones que nos ha regalado el rejoneo. Tuvo mérito porque el toro no puso las cosas fáciles. El de Los Espartales fue un toro al que le faltó temple y clase. Un animal que siempre tendió a embestir a la cabalgadura y echar la cara por las nubes. A lomos de Lambrusco dejó dos rejones de castigo viendo ya que el toro tendía a dar arreones y embestir de forma brusca. A lomos de Fino fue encelando al animal, le dio sus tiempos para provocar las arrancadas y a la hora de clavar volvió a dejarse llegar al toro una enormidad. Sacó a Roneo para el toreo a dos pistas, poco a poco el animal fue sacando fondo y embistiendo de una forma más pausada. Roneo consiguió con su temple y galope rítmico hacer que las embestidas del de Los Espartales ya no fueran a oleadas, sino más suaves. Pero el momento de mayor intensidad de la tarde se vio a lomos de Dólar. Primero con una banderilla batiendo al pitón contrario en la misma cara del animal, en un par de enorme pureza, para más tarde dejar un par a dos manos sin cabezada sencillamente magistral. Tardó una eternidad en pasar el toro por la barriga de Dólar en un par que no por verse tarde tras tarde ha dejado de tener su enorme merito. Un caballo sin duda diferente, único, el cual es capaz de mirarle de cara a la mierte, de tú a tú, como un verdadero torero. Se inventó la faena Ventura, se metió bajo el estribo al geniudo animal en una faena que acabó a lomos de Remate. Tras un rejonazo que dejó al toro sin puntilla cortó los máximos trofeos en otra obra como dijimos antes para apuntar en el registro de las grandes actuaciones del arte del rejoneo
En tercer lugar salió un castaño de Albarreal con genio e informal embestida. Adame ya de salida demostró que no venía a pasar la tarde. Pese a la cara alta y su medio recorrido del ejemplar, tiró de raza y compás para dejar un quite por chicuelinas de mano baja con más intención que lucimiento. Con la muleta templó en buenos derechazos las embestidas del castaño, lo llevó largo y templado, tapando los problemas de un animal que tendía a soltar la cara. Sincera fue su labor, toreando a favor de un toro de cambiante comportamiento. Un astado que pese a deslizarse por el derecho, no lo hacía con continuidad, lo que no favoreció la ligazón. Por el izquierdo sobrevino el percance, en uno de los naturales el toro soltó la cara, propinándole un golpe y una fea voltereta al joven Adame. Se levantó y volvió a la cara del toro para dejar un final de faena de gran raza y pundonor, el cua unido a una estocada recibiendo pusieron en sus manos el doble trofeo.
Volvió a dar la cara Adame con el sexto, un toro manejable de Albarreal al que dejó un quite por 'zapopinas' y un posterior tercio de banderillas donde el diestro hidrocálido mostró raza y pundonor ante un toro que se venía de lejos. Desplegó una faena de templado metraje por ambos pitones ante un animal que tuvo cierta nobleza pero al que le faltó calidad. Se venía de lejos el animal, pero le costaba salirse de la muleta. Un toro que pese a tener virtudes no dejó relajarse al torero. Temple y suavidad tuvieron los pasajes por ambas manos, los naturales volaron lentos y cadenciosos, intentando siempre llevar empapado en la muleta al toro. Quiso siempre el azteca en un trasteo interesante pese a sus picos de sierra debido a su corto bagaje aún en el escalafón superior. Su final de faena a pies juntos tuvo el sello del buen toreo. Tras pinchazo y estocada cortó el doble trofeo.
El segundo de la tarde fue un toro de Albarreal con cierto carácter pero de exigente embestida. Un toro al que había que someter y llevar siempre muy tapado. Galdós le corrió bien la mano a derechas, dejando muletazos de buen corte, pero sin embargo la faena no pasó de correcta. Un trasteo con altibajos, una faena de más a menos ante un astado que tuvo un aprovechable pitón derecho. Por el izquierdo no lo vio claro el peruano ante un toro de medio viaje. Tras pasaportarlo le fue concedida una oreja, debido a un trasteo de gran tesón temple a diestras.
No hubo suerte en el quinto de la tarde fue un toro de agrio y deslucido comportamiento, un animal que nunca quiso ir metido en los trastos. Tiró de oficio Galdós en una faena intermitente. Aguantó miradas y embestidas a la defensiva para acabar medio encelando al toro. Este pese a la disposición del torero, nunca acabó entrenándose por lo que la faena no pudo tomar vuelo. Mató mal el peruano y perdió la oreja que le abría la puerta grande.
FICHA DEL FESTEJO
Plaza de toros de Palos de la Frontera, Huelva. Corrida de toros mixta de carácter pinzoniano. Lleno.
Toros de Luis Terrón (1º) y Los Espartales (4º) para rejones y Albarreal para lidia a pie. Correctos de presentación y juego desigual.
Diego Ventura: Dos orejas y dos orejas y rabo.
Joaquín Galdós: Oreja y ovación.
Luis David Adame: Dos orejas y dos orejas