LA CRÓNICA DE OTOÑO

Fortuna tiene un antojo


jueves 28 septiembre, 2017

Román pega al poste el asalto a la puerta grande con una corrida de cuatro Fuente Ymbros y dos alimañas que enlotó Morenito de Aranda; Adame no encontró la senda

Román pega al poste el asalto a la puerta grande con una corrida de cuatro Fuente Ymbros y dos alimañas que enlotó Morenito de Aranda; Adame no encontró la senda

MARCO A. HIERRO / FOTOGALERÍA: LUIS SÁNCHEZ OLMEDO

A la diosa que le alicataba el porvenir a los antiguos griegos siempre le dieron antojos. Hasta cantares le sacaron los que entonces trovaban, aludiendo a lo desgraciado que podía hacerte su perfil caprichoso a la vez que podía muy bien facilitarte la felicidad. Fortuna la llamaban los que usaron su nombre para mentar a la suerte, como hizo hoy el rubicundo Román para estar a punto de descerrajar el portón por segunda vez consecutiva; pero también como la marca de tabaco que trasegaba en el tendido la mujer del Moreno al comprobar las dos alimañas que se echó al coleto el marido, los dos únicos del encierro sin posibilidad alguna. Se le había antojado a Fortuna.

El antojo lo disfrutó Román y su frescura, que no muere no por soportar bien el paso del tiempo, sino por contar siempre con los mismos mimbres. El rubio tira de valor, ofrece metros, se queda muy quieto, aprieta los dientes y el toro pasa muy cerca para atraer la emoción. Y cuanto más cerca, más emoción. Así ocurrió en el inicio del tercero, una pintura de toro que ya se le había vencido a Morenito a zurdas por intentar enroscarse la embestida para hacer el toreo y le había pegado una paliza de primor. A Román le tomó las telas en dos ocasiones, abusando incluso en los cambios de mano de la línea curva que define el torear.

Fueron caprichos de Fortuna, que tampoco es tonta, sin embargo, y a la tercera se llevó el valenciano la caricia del pitón. Pero hasta eso jugó a su favor, porque fue en su toro y con la muleta, fue tras pasar en línea recta dos series de distancia y ritmo y antes de cincelar la única tanda que de verdad llamó a los dioses de cuantas hoy ofreció. Ahí sí rugió Madrid, que se muere por abajo, tanto como seas capaz de torear. Y se enternece con las gestas. Por eso cuando en la estocada recibió de nuevo Román el pitón en la talega ya sabía la plaza entera que asomaba el pañuelo al balcón. De no ser por un pinchazo y una recua ingente de intentos de descabello, a estas horas estaba Román celebrando su segunda salida en volandas del ruedo mayor. Los antojos de Fortuna, que hoy le puso ojitos otra vez.

Al que no le valieron o no supo cómo explotarlos fue al mexicano que hoy llegaba a consagrar su ambiciosa campaña europea y dejó muchas dudas en el aire a pesar de su vuelta al ruedo. Porque sabe el mexicano torear, es solvente con las dificultades y no se arredra ante lo adverso, pero no fue el Joselito de hoy la mente preclara que triunfó en San Isidro. Dos toros con movilidad, con ritmo, con voluntad de acometer y media humillación de viaje largo. No había clase, es verdad, pero el capricho de Fortuna puso en las telas de José dos toros para triunfar. Y hoy apostó por la ligazón, por el giro sobre un pie, por la pierna retrasada y por que no parase el animal, recursos válidos todos cuando no se está en Madrid. Pero aquí eso… gusta poco.

Gusta más la largura del trazo que intentaba Morenito con la prenda cuarta, tan hermoso como ladino, que no le regaló ni una arrancada franca al burgalés mientras éste se ponía –y se entregaba- como si fuera a embestir bien. Y eso que venía de corinto y azabache, como Paula hace 30 años para que le presentase Fortuna a aquel toro de Benavides. Caprichos tiene Fortuna. Y antojos, pero hoy no fueron a favor de Jesús.

Los antojos los lucieron cuatro toros de Fuente Ymbro que sirvieron para triunfar, pero no para el toreo. Porque para la conjunción perfecta se precisa clase, calidad, entrega y celo, codicia y bravura. Pero de eso no tuvieron. Así que tampoco debe Gallardo sacar el pecho a volar, que toros que corren mucho le salen hasta al más julay.

FICHA DEL FESTEJO

Plaza de toros de Las Ventas. Cuarta de la feria de Otoño. Corrida de toros. 11.000 personas. 

Seis toros de Fuente Ymbro, desiguales de armonía pero impecables de presencia. Una prenda el manso, remiso, remontón y orientado primero, con repetición, prontitud y buen son el segundo, con movilidad y repetición el aprovechable tercero, orientado y peligroso el manso y zorrón cuarto, repetidor y con ritmo el colorao quinto, corretón y humillado de corta duración el sexto. 

Morenito de Aranda (corinto y azabache): silencio y palmas. 

Joselito Adame (negro y plata): vuelta al ruedo y silencio. 

Román (grana y oro): oreja tras aviso y silencio tras aviso. 

Saludaron Miguel Martín y Fernando Sánchez tras banderillear al quinto.