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sábado 30 septiembre, 2017

Miguel Ángel Perera, Juan del Álamo y López Simón se enfrentan a una corrida de El Puerto de San Lorenzo y La Ventana de El Puerto

Miguel Ángel Perera, Juan del Álamo y López Simón se enfrentan a una corrida de El Puerto de San Lorenzo y La Ventana de El Puerto

MARCO A. HIERRO / ILUSTRACIONES: JUAN IRANZO

Llega el sábado, último del mes de septiembre, con el penúltimo festejo de Otoño y ocho puertas grandes de Madrid repartidas entre la terna que hace el paseíllo con la corrida de El Puerto. Miguel Ángel Perera, Juan del Álamo y Alberto López Simón componen un cartel muy de Madrid.

MIGUEL ÁNGEL PERERA

A estas alturas de la película, Miguel Ángel Perera se ha convertido en el primero de los contestatarios a un sistema en el que la independencia se paga muy cara -cada vez más-. Está montado el chiringo para que el flujo de poder y de parné vaya cambiando de manos dentro de las mismas casas, y la apariencia de tipo enfadado con cuanto le rodea se la otorga a Perera su permanente estado de 'prevengan'.

Porque lo cierto es que no se puede permitir el extremeño ni un resbalón en un camino que no le ponen nada fácil para mantener el estatus de figura que tanto le ha costado lograr primero y sustentar después. El año pasado se quedó fuera de las primeras ferias sin que nadie preguntase por él, tuvo que nadar a contracorriente y contestar cual adolescente rebelado a un tinglado que siempre intenta ponerle la zancadilla.

Las armas para hacerle frente siempre han sido las mismas; temple, técnica, seguridad, aplomo y quietud. Cierto es que en ocasiones la recia seriedad de Miguel Ángel lo aleja un poco del tendido, pero su tremenda capacidad para pisar los terrenos del toro, para plantar ese espigado poste sin enmendar postura y hacerse con todas las voluntades existentes en la plaza siguen manteniendo su prestigio y su caché. Porque se lo gana. Es especialista en dar la impresión de fácil a un toreo complicado y exigente cuya templada caricia mitiga en la apariencia. Perera es, seguramente, la más pura expresión de la técnica del toreo.

Y hoy vuelve a un Otoño madrileño después de aquella histórica encerrona de 2008 en la que cultivó triunfo, honor y sangre. Casi diez años más tarde, el sistema sigue queriéndolo matar.

JUAN DEL ÁLAMO

Juan del Álamo hará el paseíllo este sábado en Madrid. Su nombre, por desgracia, no ha sonado todavía como debiera en los carteles españoles en este 2017 ,cuando abrió la puerta grande de Las Ventas con la corrida de Alcurrucén el pasado San Isidro. Debe sentirse responsabilizado por saberse dominador de su futuro pero, sobre todo, intranquilo porque el trabajo de un torero que ha realizado a lo largo de los meses invernales debe tener hoy su fruto.

Con Rui Bento como apoderado, Juan del Álamo vuelve al ataque y cumplirá el reto de volver a esta plaza. Sin duda, una cita crucial en una temporada en la que lleva un rosario de orejas consecutivas en Madrid, dos el año pasado –en la goyesca y en la corrida de la Prensa- y en la que necesita el tercer zambombazo esta campaña para que fructifique su hazaña. A pesar de todo y de su falta en algunas Ferias.

El año pasado logró indultar un toro de Garcigrande en La Glorieta y con ese éxito finiquitó una temporada en la que Francia también fue su bastión.

LÓPEZ SIMÓN

Viene de tres tardes en las que no ha pasado nada en San Isidro. Es más: no ha estado a la altura de las circunstancias. Además, también viene de indultar un buen toro de Garcigrande en Valencia, en el inicio de su temporada, pero también de atravesar un momento duro con el cambio de apoderado y la reordenación de sus cosas. 

Fue el torero que abrió la lata de la revolución hace dos temporadas, con tres puertas grandes consecutivas en Madrid que amplió el pasado año con una más en la corrida de Beneficencia. Sencillo y espiritual, López Simón trajo una bocanada de aire fresco a la fiesta, además de la exigencia a las figuras de la apertura de carteles, lo que subrayó con sus propios triunfos incontestables. No fue, sin embargo, el año 2016 el mejor de su Tauromaquia, aunque sí de su cartera. Y esa pasa siempre por superar carteles como el de hoy.

Cuenta Alberto con el calor de los públicos, que lo siguen viendo como el primero de los jóvenes que ganó su inclusión en este tipo de carteles, pero se contagió el pasado año de esa tendencia a convertirse en factoría que le llevó a torear en 72 ocasiones, siendo el torero que más paseíllos firmó para cortar 128 orejas, siete rabos y un indulto. Tantas tardes -por mucho que se quiera- no permiten asumir los mismos riegos tarde tras tarde, pero partirá hoy de cero y en la plaza donde se imagina realizando el toreo que sueña, ahora de la mano de Curro Vázquez, que ya se atisba en su concepto.

La máxima verdad y la pureza más cruda son las señas de identidad de un Alberto que no asumió la misma exposición el pasado año, y eso lo sacó de la boca del pagano. La tarde de hoy servirá para evaluar el torero que se encuentra quien acuda a la plaza.

EL PUERTO DE SAN LORENZO

El hierro salmantino es uno de los clásicos en la primera plaza del mundo. Dos encierros lidió en 2016 en este escenario, al igual que en este 2017. El primero acaeció en la tarde en la que confirmó alternativa Román Collado en el ciclo isidril en presencia del padrino Enrique Ponce y del testigo Daniel Luque. La segunda, en plena Feria de Otoño, tarde en la que protagonizó un emocionante mano a mano en el que se vieron las caras Curro Díaz y José Garrido.

Tal calado tuvo aquella tarde otoñal, que volvieron a anunciar a los dos toreros a pesar de no cortar trofeos ninguno de ellos este año para el Domingo de Resurrección en Madrid. Fue el primer cartel cerrado que presentó Plaza Uno, aunque no fuese con los toros de los hermanos Fraile.

En cuanto a la historia más reciente de este hierro de procedencia Atanasio-Lisardo, en 1982 se compró a don Arturo Gallego 30 vacas de don Atanasio Fernández. En 1987 y 1988 se adquieren 50 añojas, 50 eralas y 25 vacas de don Atanasio Fernández y siguiendo la línea de don Lisardo Sánchez y don Atanasio Fernández se eliminó todo lo anterior. En 1992 y en virtud del artículo 6º de los Estatutos y al extinguirse la copropiedad de esta ganadería, pasa a ser único propietario don Lorenzo Fraile Martín.