PABLO LÓPEZ RIOBO / FOTOS: EMILIO MÉNDEZ
La Real Maestranza de Caballería de Sevilla acogía, en la tarde de este domingo, la segunda de la Feria de San Miguel en la que hacían el paseíllo Alejandro Talavante –en sustitución de José María Manzanares-, Roca Rey y Rafael Serna, que tomaba la alternativa. Se lidiaba un encierro con los tres hierros de la ‘Casa Matilla’.
Ser figura del toreo son palabras mayores, no solo vale con tener cualidades, sino que hay que refrendarlas en las plazas de mayor exigencia durante años. Hoy en Sevilla se juntaron tres toreros con distintos conceptos, tres espadas que a día de hoy colman tres lugares diferenciados. Talavante ya es figura consumada del torero, Roca Rey va camino de ello, mientras que Rafael Serna sueña con que el tiempo le coloque en un lugar de privilegio. Hoy triunfó el primero de ellos, un torero que inicialmente no estaba acartelado pero que acabó dándole la razón a una empresa que tuvo buen ojo en su elección. Al César lo que es del César. Alejandro plasmó hoy en el ruedo hispalense una tarde maciza. Dejó volar su zurda de diamantes en una obra excelsa, la más importante o de las más importantes de su carrera en Sevilla. Dejó volar su imaginación, se olvidó del público y toreó para él. Desnudo, solos Derribado y él en un canto grande a la libertad, al torero y a la grandeza de esta fiesta tan hermosa y a la vez tan magna. Buscó y sacó de su alma una faena colosal, de naturales eternos, cambios de mano y pases de pecho hondos y barrocos. Una joya de colección, una zurda de diamantes.
Se fue a portagayola Serna a recibir a ‘Almendrito’, toro de su alternativa. Ajustadísima fue la larga en chiqueros, tanto es así, que llegó incluso a volar la montera. Se vino arriba Rafel para dejar un manojo de verónicas que calaron en el respetable. Dejó el torero un quite por chicuelinas a media altura, lo mejor fue su templado remate. Respondió Talavante por el mismo palo en un quite medido, mecido y templado ante un toro con virtudes en las telas. Tras la cesión protocolaria de los trastos por la alternativa brindó el torero a su padre. Prometedor fue su torero inicio por bajo, en el que llevó largo a un animal con clase. Iba y venía el de Olga Jiménez, se desplazaba con temple ante la muleta de Serna. Plasmó el torero un trasteo voluntarioso, en el cual dejó muletazos sueltos por ambas manos de buen concepto, pero que calaron a cuenta gotas en el respetable. De mitad de faena hacia adelante el toro se puso protestón, soltando la cara al final del muletazo. Se tiró a matar con mucha verdad, el toro soltó la cara y sobrevino la cornada en el brazo derecho. Dio la cara el espada sevillano en el toro de su alternativa, pese a no cuajar una faena rotunda si se mostró muy dispuesto en una tarde de gran presión y compromiso para él. Hay que esperarlo. Saludó una ovación Antonio Tirado en reconocimiento a la labor de su matador. El de Matilla se retiró al desolladero entre palmas.
A la puerta de chiqueros se fue Talavante a recibir a su primero de su lote, la larga ganándole el pitón al toro fue al ralentí. Entró en su turno de quites Roca Rey, el cual dejó un ajustadísimo toreo de capote a la espalda que llegó a los tendidos. Destacó Trujillo por su lidia al toro, le abrió los caminos y tiró de un animal que evidenció virtudes. Bordó el toreo el extremeño en una obra excelsa, llena de templanza y regusto al natural. Siempre dando los frentes y llevándose al animal detrás de la cadera. Acarició las embestidas, paladeó el toreo en una labor de figurón del toreo. Meció la templada embestida del toro, lo llevó largo en muletazos que parecieron no tener fin. Toreó como los ángeles, hubo suavidad en las muñecas y en la cintura, siempre encajado ante un animal que la tomó con clase y profundidad por el lado izquierdo. Un astado con virtudes que vio y acrecentó el torero pacense. Volvió a brotar esa zurda de diamantes, esa que es capaz de llevar al éxtasis a cualquier aficionado, pero hoy Sevilla no pareció Sevilla, no se cantaron los naturales con ese ¡olé! ronco característico de esta plaza. La Maestranza no pareció enterarse o quizás apreciar en toda su magnitud los naturales a cámara lenta del extremeño. La faena fue para romperse la camisa, para desatarse en una locura al cual nos llevó el toreo de Alejandro. Por el derecho dejó buenos pasajes ante un toro de media embestida. Soltó muñecas, atornillo las zapatilla al albero y le tragó una enormidad al toro. Le enseño al publico que el pitón bueno era el izquierdo y así lo hizo en un bellísimo final de faena citando a pies juntos y dejando que la pañosa acariciara la embestida del toro. Los pases de pecho, los cambios de manos o incluso los remates tuvieron el sello de la hondura y la plasticidad. Hubo momentos que recordó a Manolo Vázquez, otras a su hermano Pepe Luis, e incluso a un torero de Triana llamado Emilio Muñoz. Combinó naturales a pies juntos con otros cargando la suerte y abriendo más el compás en un cante al gran toreo. Zambombazo de Talavante en Sevilla que lamentablemente no rubricó con los aceros, las dos orejas se las había ganado a ley se esfumaron. Tras sonar un aviso fue fuertemente ovacionado desde el tercio, mientras que el toro de Matilla era aplaudido en el arrastre.
Le imprimió gusto y temple Roca Rey a su saludo por verónicas a su primero, un toro que se desplazó con temple. El quite por delantales de Talavante tuvo el sello de la elegancia y el temple, su recital de toreó todavía continuaba. Llegó a la muleta el toro evidenciando que la gasolina de la casta estaba en reserva. Tiró de templanza el peruano en un trasteo sin fisuras. Fácil anduvo Andrés ante un toro sin fondo. Dejó muletazos de buen concepto, siempre intentando llevarse al toro detrás de la cadera, pero este salía desentendido y sin celo de los trastos. Sabía el torero de la importancia del cartel y la responsabilidad que suponía para él, de ahí que no bajara nunca los brazos y sacara la raza que lleva dentro para exprimir al toro.Tras pinchazo y estocada desprendida fue ovacionado desde el tercio.
Dijo poco el cuarto en los primeros tercios, un toro que iba y venía sin entrega alguna. Ovacionado resultó Trujillo tras dos pares importantes. Fue poco a poco el extremeño sobando la embestida de un toro soso y de anodina embestida en los primeros compases. Gracias a su templada muñeca fue metiendo en el canasto al de Matilla hasta sacarle series a media altura de una gran belleza y plasticidad. Intercaló muletazos en línea recta y a media altura con otros semicirculares. Le cambió las alturas en cada muletazo, para así no exigirle en demasía a un toro con nobleza pero justeza de raza. La faena tuvo la virtud de la medida, acertó en los terrenos y le regaló a La Maestranza una obra, que si bien no alcanzó las cotas de su anterior toro, si tuvo pasajes de gran interés para público y aficionados. Lo puso todo Alejandro en un trasteo que culminó con una estocada a matar o morir. Se volcó en los pitones y acabó prendido, afortunadamente sin consecuencias en forma de cornada. Solo la estocada ya valía una oreja. Se pidieron las dos, siendo concedida una por parte de la presidencia.
No consiguió Roca Rey enjaretar con la capa al quinto de la tarde, otro toro que se movió sin emplearse. Lo mejor vino en un quite capote a la espalda en el que consiguió meter al público por la exposición a la hora de realizar dicho quite. Estoico fue el inicio de faena con cambiados por la espalda de gran ajuste que llegaron con rapidez al tendido. Tuvo importancia la labor de Andrés ante un toro con movilidad pero con ese peligro sordo que no llega arriba. Se la dejó planchada y tiró de un ejemplar que tendió casi siempre a embestir con el pitón de dentro. Nunca fue metido en los trastos, por lo que la labor de Roca Rey se cimentó en el valor y la firmeza de plantas. Tras pinchazo y estocada saludó una ovación desde el tercio.
Se volvió a ir a portagayola Talavante con el sexto, en un claro gesto por decir alto y claro, yo soy figura del torero, cruzo la línea cuando hay que hacerlo, en los sitios en los que los pies queman y la responsabilidad atenaza. Se puso incómodo para banderillerar, llegando a la muleta soltando la cara y con clara tendencia a tablas. Se atisbaron esperanzas en una primera serie inicial de toreo reposado, pero fue un espejismo, bajó la persiana el toro y con ella las esperanzas de ver cuajarlo a un Alejandro inspirado toda la tarde. No alargó la faena el extremeño, el cual tras una estocada arriba escuchó palmas.
FICHA DEL FESTEJO
Plaza de toros de la Real Maestranza de Caballería de Sevilla. Segunda de Feria. Corrida de toros. Casi lleno en tarde de calor veraniego.
Toros de Hermanos García Jiménez (2º-3º-4º), Olga Jiménez (1º-5º) y Peña de Francia (6º). Muy bien presentados, serios por delante, cuajados y en tipo de la casa. De juego variado.
Alejandro Talavante (Azul marino y oro): Ovación con saludos tras aviso, oreja y palmas de despedida.
Andrés Roca Rey (Celeste y oro): Ovación con saludos en ambos.
Rafael Serna, que tomaba la alternativa (Blanco y oro): Ovación con saludos que recogió la cuadrilla tras pasar a la enfermería.
INCIDENCIAS
Saludó Juan José Trujillo en el cuarto de la tarde por dos pares de importancia. Rafael Serna cayó herido al entrar a matar al toro de su alternativa
A continuación le remitimos el parte médico remitido por el doctor Octavio Mullet:
‘Herida por asta de toro en axila derecha que presenta trayectoria distal de doce centímetros con arrancamiento de rama de vena axilar contundiendo plexo braquial y arteria braquial. Se practica hemostasia de rama venosa axilar y exploración tras arteriotomía de flujo de la arteria braquial, con resultado satisfactorio. Se completa con lavado, drenaje, y cierre por planos de herida. Pronóstico grave’.