El CART -Centro de Alto Rendimiento de Toreros- fue una experiencia que la empresa Casa Toreros llevó a cabo el pasado invierno para la preparación de los profesionales taurinos, formándose en base a los principios que sustentan la Asociación Cultural CITAR y la citada empresa mexicana.
Tras el comienzo de sus actividades, los novilleros seleccionados fueron perfeccionando sus habilidades y ahondando en su toreo en tierras aztecas. Durante los meses de preparación vimos la evolución de muchos de ellos, jóvenes que gracias a su esfuerzo están consiguiendo el objetivo marcado.
En tiempos en los que las novilladas estaban siendo orilladas, era de agradecer que se le diesen estas oportunidades a novilleros con condiciones para funcionar; jóvenes de seis nacionalidades diferentes se apuntaron a esta aventura que, sin duda, les hizo estar un poco más cerca de su sueño. España, Francia y Portugal como estandartes del toreo en Europa, así como México, Colombia, Ecuador y Perú como banderas del torero americano.
El CART dejó momentos de gran impacto: en los tentaderos se busca perfeccionar en el concepto de cada uno y así evolucionar hacia un torero mejor, pero ello no quita que se pudiesen ver momentos de improvisación y creación. Hablamos de una triple portagayola, algo sin duda fue novedoso y que despertó la sorpresa de los aficionados en redes sociales.
La portagayola es una de las suertes más arriesgadas del toreo: significa enfrentarse a algo sin miedo, prácticamente sin actitud de defenderse. Esta expresión proviene del portugués a porta gaiola, que significa, literalmente a puerta del toril. Una suerte que siempre tuvo gran importancia en el toreo por lo que allí se hacía. Ser capaz de salvar la embestida de un animal que sale con toda su fuerza, ser capaz de aguantar la mirada del toro y darle salida. Irse a la puerta de chiqueros es síntoma de compromiso total, de fe ciega en uno mismo, de apuesta por un día clave.
En la actualidad hay muchos toreros que clavan rodilla en tierra en la puerta de chiqueros. Uno de los diestros con mayor predicamento es el sevillano Manuel Escribano, un torero que prácticamente, sea la plaza que sea, no falta a su cita. Esta suerte trajo consigo un buen número de percances en los últimos años debido a su extrema dificultad. Muchos de los toreros que la hicieron vieron truncada su carrera o estuvieron en el dique seco durante bastante tiempo, de ahí que la concentración, la habilidad y la suerte sean factores con los que el torero tiene que contar.