TEXTO: EMILIO TRIGO / FOTOS: EVA MORALES
Finito de Córdoba, Alberto López Simón y José Garrido hacían el paseíllo en la tarde de este sábado en la tercera corrida de toros de la temporada en la Plaza Real de la ciudad gaditana de El Puerto de Santa María. Se lidiaban toros de La Palmosilla para la ocasión.
Una tarde que ha vuelto a manifestar que López Simón ha entrado en el corazón de esta afición. El diestro de barajas, ha caído de pie en la Plaza Real y anda por el remozado edificio como pez en el agua. Alberto ha cortado dos orejas –una más una- a un lote manejable sin más pero donde él ha puesto todo lo que les faltó a sus astados. Buena tarde de López Simón que descerrojaba la Puerta Grande por segundo año consecutivo. Alberto se expresó con el capote al parar al segundo de la jornada. Toro bien hecho y algo abanto de salida. Hubo compás en el recibo capotero y también en el galleo por chicuelinas para meterlo debajo del peto. Una vara y a otra cosa. Brindó Simón al respetable. Alberto cuajó una buena faena por ambos pitones ante un astado que le dejó componer con plasticidad. Hubo estética, ligazón y profundidad en el trasteo del madrileño ante un buen toro que sacó nobleza y fondo. Estocada y oreja al buen torero de López Simón. Nuevamente López Simón se expresó con brillantez a la verónica. Buen manejo capotero ante el quinto. El segundo del lote de Alberto se vino a menos nada más iniciar el trasteo. Un toro que tuvo obediencia y fijeza en el trato rojo. El de Barajas lo llevó empapado y lo muleteó con mucha solvencia y capacidad en una faena de planta vertical y talones enterados en el albero. Esfuerzo y buen hacer de López Simón ante uno manejable pero de poca transmisión y al que el madrileño le puso todo lo que le faltó a su antagonista. Pinchazo, estocada y oreja que le abre la Puerta Grande.
Cerraba cartel el extremeño José Garrido que también puntuó en la Plaza Real. José salió triunfador de El Puerto a pesar de llevarse tan sólo un apéndice en su esportón. Una oreja de mucho volumen por la enorme capacidad demostrada. Garrido dio una gran tarde de toros ante un complicado lote que jamás rompió pero al que José le expuso mucho y le sacó más partido del que tenían en su interior. Lanceó al tercero con sumo gusto. El extremeño exhibió que el toreo lo lleva con las yemas de los dedos y en las palmas de las manos. Gran pasaje de José con el recibimiento al primero de su lote. El tercero, amagó con rajarse en alguna ocasión durante la lidia y eso fue lo que apuntó en los compases iniciales. No quiso pelea y además estuvo remiso a embestir en la pañosa. Astado tardo, sin querer tirar para adelante al que José Garrido planteó una faena a base de firmeza y de insistir en todo momento. Garrido no se aburrió ante uno noble pero negado dar continuidad, ni a regalar dos embestidas iguales. Nunca tuvo mala intención pero siempre negó su viaje. El extremeño dejó perlas de su contrastada calidad muleteril. Todo lo hizo bien incluida la suerte suprema. Vuelta tras petición. Le tocó otra vez a Garrido hacer un esfuerzo ante un toro similar al anterior. El sexto, que no quiso romper y al que faltó clase en toda su lidia. El extremeño sacó raza y valor para jugarse el tipo ante un toro muy complicado. Tuvo un viaje corto el de La Palmosilla pero se encontró con un torero muy largo que le plantó cara. Garrido se fajó con su oponente, se puso en el sitio que pocos aguantan y además lo muleteó con aquilatada calidad. Faena de mucho peso y gran relevancia por la dimensión alcanzaba. Oreja de mucho valor.
Abría la terna el veterano Juan Serrano Pineda ‘Finito de Córdoba’ que no tuvo la suerte de cara. Más bien de espalda. El primero que se dejó algo resultó muy cambiante y para colmo el levante soplaba con violencia en el inicio del festejo. Y en el cuarto, sorteo las complicaciones del astado y de un público a la contra. Pocos se dieron cuenta de las malas intenciones de ese toro, aunque es cierto, que se lo cargaron en varas y que Finito no se tapó en desgana. Que dicho sea de paso fue fiel a su personalidad de siempre. El primero de la tarde lució las fuerzas justas y tras el saludo de Finito se puso brusco en la lidia. Juan regaló un par de verónicas interminables y una suerte de varas muy a favor. La lidia del maestro Juan Montiel fue para enmarcarla por suavidad y temple. Las banderillas de Javier Perea y José Luis Neiro, también resultaron muy brillantes. A esas alturas, el toro se había venido arriba y sacó un buen trote. Brindó a la Señora del ganadero Ricardo Gallardo. Finito se mostró muy a gusto ante un toro manejable que duró casi hasta el final. Faena exigente del cordobés que imprimió su particular sello a un quehacer notable. Hubo más continuidad y ligazón en la primera mitad de labor, por donde brilló a derechas. Al natural, le dio más tiempo entre naturales y le puso más alma todavía. La presumible oreja la perdió por pinchar. Palmas al toro y al torero. El cuarto no permitió que Finito de estirara con el capote. Un astado incomodo que mirara siempre antes de embestir y porfión en todo momento. A este le dieron leña en el caballo y le apagaron todos los humos. Incluso después de cambiar el tercio recibió otra vara. Astado que llegó al último tercio mermado y al que Juan Serrano no quiso ni verlo. Enfado del público y pitos para Finito.
FICHA DEL FESTEJO
Plaza de toros de El Puerto de Santa María, Cádiz. Corrida de toros de temporada.
Entrada: Menos de media.
Seis toros de La Palmosilla. Bien presentados y de juego desigual.
Finito de Córdoba; Palmas y pitos.
Alberto López Simón; Oreja y oreja.
José Garrido; vuelta y oreja.
Cuadrillas: Saludaron Javier Perea y José Luis Neiro, tras banderillear al primero. Domingo Siro y Jesús Arruga, tras hacer lo propio en el quinto. Lidió con exquisita suavidad primero Juan Montiel.