PABLO LÓPEZ RIOBOO
Morante de la Puebla, Alejandro Talavante- en sustitución del herido José María Manzanares- y Andrés Roca Rey trenzaban el paseíllo esta tarde en la tercera de la Feria de Colombinas de Huelva. El coso de la Merced se ponía de gala para acoger un cartel en el que los toros de Núñez del Cuvillo hacían acto de presencia.
Un festejo que a la postre resultaria poco lucido y decepcionante debido al mal juego del ganado de la divisa gaditana. Lo mejor lo pudimos ver en los toros que le tocaron en suerte a Talavante, el cual a base de firmeza y temple consiguió meter en el canasto a dos animales nada claros. Por su parte Roca Rey dejó patente su ambición en una faena premiada con un apendice. Morante se fue de vacio, pero dejó un toreo de capa de gran despacisidad, lo unico que pudo hacer con un lote nulo. A la postre solo se cortó una oreja, que bien pudieron ser tres si la espada de Talavante hubiera viajado certera. Aún entrado esas espadas no hubiera maquillado el resultado de un festejo que orejas a parte descompuso las ilusiones de los allí presentes. A buen seguro Álvaro Núñez será el primer mosqueado por el juego de sus toros en el día de hoy, el nivel mostrado en la tarde de hoy por sus toros no es ni de lejos el que estamos acostumbrados a ver. Los buenos se habrán quedado en el campo. Mañana en el Puerto es un día perfecto oara que tanto Morante como Cuvillo olviden la tarde de hoy regalando una tarde como nos tienen acostumbrados.
Saludó Roca al tercero de la tarde con buen manejo capotero. Verónicas personales ganando terreno hasta llegar a los medios. Andrés variado con el percal en todo momento ofreció tras una vara cumplidora un quite con mucha quietud y aguante. Un instante que recordó a tauromaquias de otro lado del charco. El peruano brindó al respetable el primero de su lote. Un toro con teclas pero agradecido en todo lo que se le hacía. Tuvo temperamento el tercero al que Roca construyó una faena por ambos pitones con amplitud en el cite y mucho mando en el embroque. Andrés limó la soltura de cara del astado con una muleta limpia, sin afecciones y además poniendo estética en cada muletazo. Apretó por izquierdo pero lejos de rectificar su erguida planta desplazaba a su antagonista sin inmutarse del compromiso. Notable faena que finalizó con un buen espadazo arriba. Oreja a la firmeza de Roca Rey.
El sexto salió muy similar al quinto. Sin querer romper y dormido en los primeros tercios. Este pegó un arreón a Morante que se disponía a realizar el quite. Ni por esas. El cierraplaza pecó falta de clase y mal estilo. Un toro que iba y venía en la muleta pero de forma irregular y descompuesta. Roca Rey mostró la versión del oficio y técnica ante un toro sin posibilidades de triunfo en un trasteo con pundonor. Silencio.
Talavante hizo diabluras con el segundo de la tarde. Un Cuvillo que se desplazó con cierta transmisión pero al que había que llegar tapadito sin que punteara la muleta y eso, Alejandro lo hizo a la perfección. Un astado que se desplazaba con mucha fijeza y entrega pero al que había que sacarle un tranquito más tirando de él con una muleta poderosa y templada. Hubo limpieza en el trazo del extremeño, ligazón y ritmo en su notable labor. Alejandro lo toreó por ambos pitones llevándolo con los vuelos y planta vertical. En conjunto, buena labor que apuntaba a tocar pelo aunque el atasco con la espada lo esfumó. Antes lanceó con personalidad en el recibo y posterior quite. Un Talavante fiel a su concepto ante uno manejable. Ovación tras aviso.
El quinto se movió de inicio sin espabilarse en el capote de Talavante. Embistió frenándose en el percal durante toda su lidia. Uno que empujó con los riñones en en caballo y que galopó en banderillas. Brindó Alejandro. El penúltimo de la tarde tuvo temperamento en la cautivadora muleta del extremeño. Lo primera virtud fue amarrarlo para que no se escapara a tablas puesto que amagó varias veces y la segunda hacerle las cosas a favor para ayudarle a romper para adelante. Alejandro de lo llevó a los medios, allá donde las querencias desaparecen a la hora de acometer. Justo en el centro, se forjó una faena muy personal de aquilatada estética con el común denominador del temple. Apretó a su astado a diestras respondiendo el Cuvillo con transmisión y continuidad. Otra vez se atascó con la espada y se esfumaron los trofeos. Silencio tras dos avisos.
Morante recibió al primero de la tarde con tanta delicadeza capotera como aroma de romero. Un capote tan exquisito y único que se movió al son de la brisa onubense. Unas verónicas de tanto lujo, que casi llevan un impuesto por disfrutarlas. Sensacional Morante con la tela rosa, tanto en recibo como en el gran quite. La media de ensueño. Todo después de una vara ante un cuvillo que se desplazó con nobleza y claridad en la lidia. El cigarrero acarició el capote en cada lance y a la postre fue lo mejor de su afanosa actuación. El sevillano sin molestar comenzó por arriba poniendo gracia en cada muletazo pero pronto se afligió el abreplaza sin querer tirar para adelante. Porfía de Morante ante uno que no le ayudó por falta de poder. Casi entera. Silencio.
El cuarto no dejó estirarse al cigarrero puesto que embistió descoordinado de atrás. Un astado que nunca permitió el lucimiento y que tampoco se cayó como para ser devuelto. Lo lidió el mismo diestro en afán de suavidad y pulcritud. Al final la parroquia se enfadó con Morante pero la realidad es que no pudo hacer nada ante un toro encogío y lastimado. Silencio.
FICHA DEL FESTEJO
Plaza de toros de La Merced, Huelva. Tercera de la feria de Colombinas. Corrida de toros. Casi lleno en los tendidos
Seis toros de Núñez del Cuvillo. Correctos de presentación salvo el anovillado tercero. Bajos de raza, blandos y apagados unos, con genio y movilidad engañosa otros. Destacó el interesante y encastado segundo.
Morante de la Puebla: Silencio y silencio.
Alejandro Talavante: Ovación tras aviso y silencio tras dos avisos.
Andrés Roca Rey: Oreja y silencio.