TEXTO: EMILIO TRIGO / FOTOGALERÍA: EVA MORALES
Daniel
Crespo, Miguel Ángel Pacheco y Rodrigo
Molina hacían el paseíllo en la tarde de este domingo en la Plaza Real de El Puerto de Santa María.
Se lidiaban astados de Yerbabuena.
La novillada de Yerbabuena sacó nobleza pero una alarmante falta de fondo. No terminaron
de romper los astados de encaste Jandilla-Pedrajas, salvo el manejable y dócil segundo, y el sexto, que se dejó, pero se vino a
menos.
Con este material, cortó una oreja Miguel Ángel Pacheco en el
primero de su lote – segundo del festejo- tras una faena de buen corte y mejor espada. Por su parte, Rodrigo Molina, destapó en El Puerto, su buen concepto y temple a pesar de su corto
bagaje. Ante el sexto, perdió la oreja, por pinchar varias veces tras una
faena de corte clásico y temple. Abría cartel, Daniel Crespo que no tuvo opción con su lote. Sin duda el portuense
merece mejor trato –incluido del palco- que no le devolvió incomprensiblemente
el inválido cuarto.
El
triunfo llegó en el segundo que barbeó tablas e incluso buscó en el interior
del callejónal querer meterse por una bocana. Otro utrero bien presentado y más alto que el
anterior. Pacheco estuvo fino a la
verónica en un saludo ganando terreno. ‘Corruco
de Algeciras’ saludó tras buenos pares. Miguel Ángel Pacheco se encontró con un novillo dócil que iba y
venía a su aire. Astado noble donde los
haya y humillador que dejó estar y componer al joven de La Línea. Faena sin
aperturas y con pasajes de cierto gusto por ambos pitones. Remató su notable
labor con buena espada. Oreja.
Con el sexto, llegó la inspiración de Rodrigo Molina que toreo con cadencia al
recibir al último. El sevillano imprimió temple y gusto con el suave percal a la verónica ante un
novillo dulce en conjunto. Molina que se mostró garboso con el trapo rosa, galleó
con torería para meterlo en el caballo y posteriormente en el quite también
lució buen estilo. Brindó al respetable una faena templada y bien estructurada en tiempos y distancias. Nunca
molestó ni apretó a su oponente puesto que estaba justo de poder aunque tuvo
clase en la embestida. Su labor tuvo
gusto y ligazón a diestras y zurdas bajó la intensidad de la transmisión.El astado la tomaba mejor por el pitón derecho, más continuidad por ahí. Rodrigo Molina tiró siempre de él con despasiocidad y buen criterio en una
labor bien planteada. La espada le quitó el más que previsible trofeo.
Ovación tras aviso.
Lo demás tuvo poca historia. El quinto
se rompió un pitón contra un burladero y fue devuelto. En su lugar salió uno
del mismo hierro. El sobrero salió
parado, negado a embestir, sin querer en ningún momento. El segundo del
lote de Pacheco, sin embargo, derribó de genio al piquero tras
galopar con violencia al jaco. Sólo fue a por él como un rayo y otra vez echó
el freno. Durante la lidia hizo pasar fatiga a los de plata y pareció no ver
bien de lejos. En fin, un novillo que
literalmente no quiso embestir, pasando únicamente un par de veces tras el
inocuo intento de faena de Miguel Ángel Pacheco. Inexistente labor ante un utrero acobardado en tablas. Silencio.
El
primero de Rodrigo Molina, era «tío» bien presentado. El tercero, un
castaño amplio de pitones que resultó incomodo durante toda su lidia. Novillo
molesto para torear de capote en el primer tercio. El sevillano que intentó
lucirse con el percal estuvo más efectivo que lucido. El de Yerbabuena se pegó un balancín que mermó considerablemente su
poder. Se vino a menos y además, embistió en la franela pegando topetazos. Posiblemente
aprendió a topar tras los primeros compases y ya siempre buscaba lo mismo. Puntear
la muleta. Le costó desplazarse al tercero que nunca terminó de romper en una
faena asentada y afanosa de Molina. Firme y dispuesto pero su esfuerzo nunca
encontró recompensa ante uno deslucido que tomaba el primero a base de insistiry los siguientes tardeaba agarrado al suelo. Destacó una tanda a diestras
donde el novillero apostó a cara o cruz. Bien
Rodrigo Molina con el deslucido que abrió su lote. Silencio tras aviso.
El
portuense Daniel Crespo pasó desapercibido ante su público ante un lote de nulo
juego.El primero de tarde fue un toro por hechuras y volumen. Un utrero bien presentado de Yerbabuena que sólo tuvo fachada puesto
que resultó descastado y huidizo en conjunto. El abreplaza se quedó corto
en el viene inicial y no posibilitó el saludo capotero. Crespo mostró voluntad y oficio ante un novillo que lo le dio ninguna
opción por manso. Estocada arriba tras pinchazo y ovación a su
pundonor. El cuarto que renqueó de las manos pero metió bien la cara abajo
repitió en el capote de Daniel Crespo.Hubo cadencia capotera en el recibo a pesar de derrumbarse varias veces el
utrero. La protesta fue gorda pero el
palco pasó de devolverlo y es que así se presagiaba misión imposible. Lo
que sucedió. El cuarto no dio opción
alguna al portuense que pechó con un toro que no se tenía en pie y que
además se defendía en cada embestida. Tuvo
que muletear por ello por la cara a la antigua usanza. Crespo todo corazón pero sin lote de ningún tipo. Se atascó con la
espada. Palmas tras aviso.
FICHA DEL FESTEJO
Plaza de toros de El Puerto de Santa María,
Cádiz. Segunda de abono.
Entrada: Menos de media
plaza.
Novillos
de Yerbabuena. Sacó nobleza
pero una alarmante falta de fondo. No terminaron de romper los astados de encaste Jandilla-Pedrajas, salvo el
manejable y dócil segundo, y el sexto, que se dejó, pero se vino a menos.
Daniel Crespo; Ovación y palmas tras aviso.
Miguel Ángel Pacheco; Oreja y
silencio.
Rodrigo Molina; Silencio tras aviso y ovación tras aviso.
Cuadrillas: Saludaron ‘Corruco de Algeciras’ en el segundo y Ángel Luis
Carmona en el tercero.