FINAL, SANTANDER

Puerta Gran para un Ginés Marín muy redondo


sábado 29 julio, 2017

Se han lidiado toros de Luis Algarra para Enrique Ponce, Cayetano y Ginés Marín

Se han lidiado toros de Luis Algarra para Enrique Ponce, Cayetano y Ginés Marín

MARCO A. HIERRO

Un cartel en el que estaban anunciados Enrique Ponce,
Cayetano
y Ginés Marín era el que cerraba, en la tarde de este sábado, la Feria
de Santiago de Santander. A las seis y media en punto arrancaba el paseíllo en
el coso de Cuatro Caminos con un encierro de Luis Algarra como materia prima
ganadera para la ocasión.

El primero de Algarra fue un toro que resultó muy justo de fuerzas y poder. Sin embargo el abreplaza, quería ir para adelante y obedecía al toque pero muy mermado de fortaleza. Ponce a base de manejar las alturas y de un extraordinaria suavidad a media altura consiguió que no se derrumbara y componer con él. Cuajó al final dos series apretadas de mucha calidad y estoqueó de media. Hubo petición pero no la atendió el presidente. Ovación. 

El cuarto de la tarde sacó algo de genio y violencia, pero
con obediencia al toque. Cierto que apretaba por dentro en más de una ocasión
por el pitón derecho. Ponce sabedor perfectamente
de las condiciones de su antagonista le ha sacado todo el partido que tenía en
su interior.
Trazo largo en el muletazo tras sobar y sobar, y después construir siempre a favor del toro que no
ha tenido más remedio que entregarse –aunque le costó claudicar- a la sapiencia
del valenciano. Ponce cuajó grandes
momentos al natural en una labor en que fue determinante los tiempos, cites,
pausas, distancias y demás compendio del maestro de Chiva.
Enrique Ponce exprimió tanto a su
oponte en la recta final con las ‘poncinas’ y doblones que alargó en exceso su
impecable labor. Tenía las dos orejas
cortadas pero el pinchazo previo a la estocada y los dos avisos, lo han dejado
todo en una.

Cayetano Rivera Ordóñez estuvo más importante de
lo que Santander apreció con el primero de su lote.
El segundo de la tarde fue un toro medio al que Cayetano consiguió mantener a base de pulso
y de tirar en línea de él.
Hubo dos momentos de gran relevancia en su
quehacer como los naturales a pies
juntos
ofreciendo el trapo muy adelantado e imprimiendo el
recorrido que nadie imaginaba al burraco.
Le sacó el rondeño un viaje inesperado
para todos. Y después también destacó su
capacidad durante el trasteo y arrojo incluso descarándose de rodillas.
A
pesar, de esa entrega la parroquia estuvo algo fría con el diestro dinástico.
Silencio.

Con el quinto, Cayetano estuvo muy enrazado
ante un astado de poca raza.
El rondeño puso toda la raza que la faltó a su
oponente. Marcó querencias a chiqueros
desde su salida
sin permitir el lucimiento con el percal al menor de los
Rivera. Un toro remiso en la lidia que se encontró a un poderoso Cayetano que
le presentó la muleta en la cara. Entregado
el diestro con el huidizo mansito que pasajeó con decoro y buenas formas.
Ovación.

Gines
Marín ha cuajado una enorme actuación al tercero de la tarde.
A
este, Marín lo recibió con buenas verónicas de rodillas respondiendo el toro
con codicia y recorrido. El de Algarra mostró un poco de falta de celo en la
lidia antes del espectacular quite por saltilleras. Gines apuró al máximo el
hueco entre toro y torero con los pies clavados en la arena de Cuatro Caminos.
Con este buen material de la camada sevillana, Gines Marín, ha toreado a placer. Se lo enroscó atrás, se lo pasó
por la faja, sus series a diestras eran muy largas y exigentes, y a zurdas de
exquisito temple. Al final, Marín recurrió a trincherillas, adornos y demás recursos
dentro de una obra muy torera e
inteligente con un público muy entregado en la labor del extremeño. 
Espadazo y dos rotundas orejas.

El sexto se rompe un pitón contra un burladero. Sale el sobrero de la misma ganadería y ocurre la misma historia. 

Con último sobrero
también estuvo Ginés Marín redondo
de principio a fin. El castaño de cuello corto, que cerraba
la tarde, de escaso fondo físico que embistió mientras le aguantó su raza que
fue muy justita. Otra vez, Marín muy
despejado de mente formo un lío estando muy por encima de su deslucido
oponente.
Con el capote estuvo muy decoroso y variado, dando cabida a
verónica, chicuelinas y demás suertes de gran belleza. Un toro que en la muleta
embistió a media altura pero que estructuró
perfectamente Ginés en una
labor muy
compacta
. Naturales a pies juntos y arrimón tremendo en demostración de
mucho valor. Oreja con petición de segunda.

 

 

FICHA DEL FESTEJO

Plaza de toros de Cuatro Caminos, Santander. Última de la
feria de Santiago. Corrida de toros.

Seis toros de Luis
Algarra.

Enrique Ponce, Ovación y oreja. 

Cayetano, Silencio y Ovación. 

Ginés Marín, Dos orejas y oreja con petición de segunda.