SANTANDER

Lorenzo se va en hombros y Fortes al hule con una oreja


viernes 28 julio, 2017

Joselito Adame marró con el acero una buena faena al abreplaza en una corrida de Castillejo de Hebrea muy desigual en todo excepto en la mansedumbre

Joselito Adame marró con el acero una buena faena al abreplaza en una corrida de Castillejo de Hebrea muy desigual en todo excepto en la mansedumbre

MARCO A. HIERRO

Una corrida con los hierros de Castillejo de Huebra y José Manuel
Sánchez hacía acto de presencia esta tarde en la feria de Santiago de Santander
para la penúltima del abono en Cuatro Caminos. Un cartel joven con Joselito
Adame, Fortes y Álvaro Lorenzo era el que hacía el paseíllo a partir de las
seis y media en punto de la tarde.

Tuvo empaque y solvencia el saludo capotero que le recetó Joselito Adame al castaño primero, al que también le dejó un quite por chicuelinas parsimonia Sastres y apretadas, aprovechando siempre la calidad de un toro que no andaba sobrado de poder. Por eso lo midió mucho en el caballo. Sobresalió Fernando Sánchez en banderillas, antes de que comenzase el mexicano una faena presidida por la parsimonia y el buen gusto. Le desmayó pronto la mano diestra José al de Castillejo, y en las primeras tandas ya habían llegado varios muletazos macizos. Pero fue la mano izquierda la que trajo la rotundidad en una sería de mano baja, enganche preciso y vuelo largo. Superior. Lo mató de un espada o, pero tardó en caer, sonó un aviso y el fallo con el descabello le arrebató el premio. Ovación. 
 
Al segundo, más Murube en su conformación y en su salida, le dejó Fortes media docena de verónicas en cuanto se centró con él, pero una costalazos al salir del percal lo dejó dañado hasta protestar lo el público con vehemencia mientras lo galleaba Fortes por chicuelinas para ponerlo al caballo. Fortes se encajó con él desde el inicio y no se guardó nada, pero se encontró con la falta de continuidad de un toro que tenía calidad pero le costaba embestir con regularidad. Además, el malagueño tuvo todo el trasteo al tendido en contra del toro. Su insistencia personal no obtuvo premio con el de Castillejo. Silencio. 
El tercero tuvo ritmo en el capote para que le endilgase Álvaro Lorenzo verónicas de gusto y de ralentí, tropezado antes del remate por un inoportuno enganchón. Bueno fue el puyazo. Pero mejor la actuación del toledano con el animal, al que trató como si fuera bueno, olvidándose de su salida con la cara alta y su amenaza con no pasar de los embroques. De hecho casi nunca vino metido en la muleta, y por eso llegó la voltereta, afortunadamente sin consecuencias. A partir de ahí llegó la construcción para terminar pegando naturales y convenciendo al remisión animal. Una estocada contundente le puso en la mano una oreja. 
 
El cuarto, tan largo de lomo como escurrido de carnes, sacó buen tranco pero no ritmo para embestir al percal. Quiso hacerle un guiño al tendido con un quite por zapopinas de más vistosidad que asiento. Pero resultó deslucido en la muleta el de Castillejo, cruzando la vista y dejando miradas por dentro que no facilitaban la confianza. Pero se mantuvo firme el mexicano para robarle muletazos, intentar el arrimón y pegarle u sopapo con la espada de efectos inmediatos. Ovación. 

 

Cierta brusquedad le sacó el quinto a Fortes en los embroques, pero ni una probatura puso en liza el malagueño, que salió a pegarle verónicas desde el principio. Chicuelinas eligió para el quite, donde se empleó el de Castillejo con la misma violencia. Con la muleta fue una continua porfía de Saúl por meter en la muleta a un animal que decía más bien poco. Todo lo tuvo que poner él; bien en los terrenos que pisaba, bien en la calidad del trazo en naturales de asiento y verdad. Porque ese fue el secreto, que pese a los enganchón es por el horrible final del de Castillejo, le echó verdad Fortes. De infarto fue la forma de cambiar el trazo en las Bernard inasistencia finales, y una estocada a matar o morir salió con Saúl trompicado, el toro le hizo hilo y lo hirió en la parte posterior del muslo. Recogió la oreja conquistada y pasó a la enfermería. 
 
También el sexto era un Murube castaño que le humilló mucho a Lorenzo en las verónicas que templó con mucho gusto el toledano, jugando con gracia los brazos y la cintura. Con la muleta se impuso la suprema elegancia y la suavidad del toledano a la humillación vulgarón a del de Castillejo. Series cortas pero intensas, temple y pausas bien planteadas cimentaron una labor sólida y bien estructurada que iba para dos orejas y el pinchazo sobre el aviso dejó en un solo trofeo. 

 

FICHA
DEL FESTEJO

Plaza de toros de Cuatro Caminos, Santander. Penúltima de la feria de
Santiago. Corrida de toros.

Toros de Castillejo de Huebra y
José Manuel Sánchez, de gran calidad y humillación el buen primero,  con calidad informal el segundo, remiso y sin entrega el tercero, deslucido y mirón el cuarto,  deslucido y sin humillación ni empleo el quinto, 
obediente y manejable el vulgarón sexto, aplaudido. 

Joselito Adame, ovación y ovación. 

Fortes, silencio y oreja. 

Álvaro Lorenzo, oreja y oreja.