JAVIER FERNÁNDEZ-CABALLERO
La
sangre fue la tónica de una novillada de Los Maños salvada con hasta tres
animales importantes. Pero la nota negativa la
pusieron los fortísimos percances sufridos por Ángel Sánchez, que se llevó una
extensa herida en el muslo derecho por el segundo animal, y un Jesús Chover que
salió herido en el brazo de forma feísima en el cuarto novillo. Jorge Isiegas,
por tanto, debió quedarse solo ante los tres novillos restantes. Cortó una
oreja del quinto y anduvo pleno de disposición en el sexto, al que pinchó.
A
portagayola se fue Jesús Chover a recibir al abreplaza, un animal con el hierro
de Los Maños de 480 kilos de peso que ya se lo puso difícil en la larga que le
propinó en las rayas del tercio, debiendo echarse para no ser arrollado. Luego
se encajó con gusto a la verónica ya en terrenos de sombra. Tremendamente
suelto y protestón el cárdeno, la primera vara la recibió en el caballo de la
puerta y una segunda más leve en el jaco titular. Por gaoneras entró al quite
Chover y una respuesta fallida recibió del madrileño Ángel Sánchez, al que el
viento molestó a la verónica. Clavó banderillas el propio novillero con
habilidad. Al público fue el brindis del levantino, que comenzó su labor
destacando por la largura de sus muletazos ante el buen viaje a diestras del de
Los Maños. Más corto al natural, prosiguió en su porfía Chover perdiéndole
pasos por el izquierdo. Buen novillo de Los Maños, que le aguantó hasta el
final al joven, haciendo que compusiera una labor a más. Mantuvo la emoción
hasta el final, rematando de hinojos y en un molinete a punto estuvo de
prenderlo. No fue el epílogo lo más brillante de su labor, en la que destacaron
los muletazos largos de las tres primeras tandas bien rematadas por abajo. Mató
de estocada pero tardó en caer, lo que impidió el premio. Fuerte ovación al
novillo en el arrastre y al novillero en el tercio.
«Bonito”
llevaba por nombre el segundo de Los Maños, un animal que no permitió el
lucimiento a la verónica de Ángel Sánchez y que blandeó en el primer encuentro
con el caballo, echando además la cara arriba. El inicio de faena tuvo miga
porque, tras el brindis en el tercio al respetable, Sánchez fue sonsacando con
torería las virtudes del animal. Pronto le vio la mano izquierda el joven
capitalino, poniéndose a torear de verdad en cuanto a colocación y trazo por esa
mano. Entre las rayas del tercio supo incluso abandonarse en algún muletazo
suelto llegando al tendido a pesar del incesante viento que acechaba a los
profesionales. Fue en tablas donde desarrolló el novillero la segunda parte de
su trasteo ante un novillo que iba a media altura a diestras y tuvo que hacer
un esfuerzo Sánchez. Pronto se fue a por la espada el joven, dejando en el
primer encuentro un pinchazo en todo lo alto y cayendo al ruedo tras el golpe;
a la segunda tampoco entró la espada y el novillo hizo por el joven de forma
dramática, arremetiendo contra él e hiriéndolo en el muslo derecho. Entre
signos evidentes de dolor, fue rápidamente trasladado a la enfermería de la
plaza por sus compañeros. Jesús Chover se hizo cargo del novillo.
«Quejoso”
se llamaba el tercero de la tarde, el novillo del debut de Jorge Isiegas en el
coso de la calle de Xátiva. El maño recibió a la verónica al burraco, y que no
terminó de emplearse en varas. El joven Isiegas debió tirar de raza y tesón
durante la faena para hacerse con la condición de un astado a menos y parado.
De uno en uno se los debió sacar a diestras ante un tranco sin ritmo,
desagradecido y que le propinaba miradas nada agradables para estar en su cara.
No pudo hacerse con el animal, que no le ayudaba nada, a la hora de matar y
fueron cayendo uno tras otro los avisos hasta sonar tres.
De
nuevo se fue a portagayola Chover frente al cuarto de la tarde, un
novillo al que luego recibió con verónicas a pies juntos mientras miraba al
tendido. El novillero valenciano le dio fiesta al astado cárdeno en el tecio de
banderillas, pero no fue lucido éste. Banderilleó con calado en el tendido y,
ya sin chaquetilla sin que se le desprendiese, se fue a los medios a iniciar
faena. Citó al de Los Maños pronto por el lado derecho, pero el animal no hizo
caso del engaño y fue directamente a por el joven que se encontraba indefenso
de rodillas en la arena. El toro hizo por él arrollándolo feamente. Fue
trasladado rápidamente a la enfermería por sus compañeros. Tomó sentido el
novillo, debiendo Jorge Isiegas hacerse cargo de él comenzando faena al natural
entre los derrotes nada claros del cárdeno. Lo mató con habilidad. Ovación.
De
imponente estampa el quinto de la tarde, lo recibió Jorge Isiegas sin
lucimiento a la verónica tras ser aplaudido de salida el de Los Maños. Lo cuidó
en varas y en banderillas se mostró algo suelto, brindando el maño al público
su faena. Se lo sacó a los medios y, allí, imponiéndose también al viento
imperante, comenzó a realizar su faena por la mano derecha ante un viaje a
menos del animal, que sí obedecía al toque pero si se le insistía porque no
iban correlativas sus embestidas. Porfió a zurdas Isiegas entre las rayas del
tercio, sonsacando del astado momentos meritorios. De nuevo se lo sacó a los
medios para ir dejando muletazos con más voluntad que rotundidad. Espada en
mano, Isiegas mató de estocada. Oreja.
De
rodillas se hincó Isiegas para recibir al sexto novillo de la tarde, un animal
con menor presencia que sus hermanos anteriores y que se empleó en el tercio de
varas. Un enorme puyazo dejó Luciano Briceño. Fue tirando poco a poco en faena
del animal que daba muestras de reservón. Ese condicionante lo superó a base de
querer, de disposición y de usar la técnica que tenía en la cabeza para tirar
de detalles por abajo. Así convenció al tendido para, tras un final variado
entre las rayas del tercio, matar de pinchazos y esfumarse el premio.
FICHA DEL FESTEJO
Plaza de toros de Valencia. Primera de la feria de Julio.
Novillada con picadores. Un tercio de plaza.
Novillos de Los
Maños, con duración el buen primero, fuertemente ovacionado en el arrastre;
Jesús Chover, ovación, silencio en el que mató por Sánchez y herido.
Ángel Sánchez, herido.
Jorge Isiegas, silencio tras tres avisos, ovación en el que mató por Chover, oreja y silencio tras aviso.