JAVIER FERNÁNDEZ-CABALLERO
La primera gran sorpresa de la feria del Toro de Pamplona
llegó, tras el triunfo de Colombo, en la segunda del serial sanferminero. Al
lado de Hermoso y Leonardo cortaba cuatro orejas Roberto Armendáriz a la
corrida de Capea. Supo aprovechar su lote y triunfó entre los suyos, dando un
golpe de atención en Pamplona.
Supongo que satisfecho y contento, ¿cómo han sido los
días posteriores a esas cuatro orejas en tu tierra?
Súper feliz. Todo el mundo lo ha reconocido y me ha dado su
felicitación. Sabía que este momento llegaría y estoy disfrutando ahora mismo
del sabor del triunfo.
Fue la gran sorpresa de la tarde. No era nada fácil no
sólo sobreponerse a unos toros como los de Capea. Un gran toro puede descubrir
a un mal torero a pie y un buen toro a caballo puede descubrir a un mal
rejoneador. No fue el caso y le cortaste las orejas a los dos. Además, el
segundo punto a estar por encima eran unos compañeros que están a la cabeza del
toreo a caballo.
Pues sí. Dos figurones que están liderando el escalafón.
Ellos vienen a reventar lógicamente. La presión no era poca. Sabía con quién
toreaba y cuál era mi guerra… y le enseñé mis cartas a Pamplona. El toreo vio
quién era Roberto Armendáriz.
A pesar de que lo dejaste entrever en el momento del
triunfo, no traías una previa buena. No quisiste dar lástima, sino que después
lo comentaste. Te dijeron tras ese accidente automovilístico que tendrías
incluso que dejar de torear…
Sí, la verdad que ha sido duro. No he podido entrenar hasta
inicios de junio. Estaba muy tocado, me hablaban de no poder torear más por la
lesión en la pelvis. En un principio me decían que podría, pero Pamplona exige
mucho. No he querido hacer mucho hincapié en eso porque no quería tener una
escusa antes de la corrida para no estar al nivel que estuve. Creo que debía
dar el nivel.
Ahí quedó el toreo de Armendáriz y ese gran sabor de boca
entre los tuyos, ¿cómo analizarías tu lote? Hubo caballos importantes, como ese
Diamante, ¿en qué momento crees que se encuentra tu cuadra?
Está en un momento muy bueno. Hay de todos tipos de
caballos, artistas, rebeldes… y uno que es un superdotado. Farruco es otro
caballo que es más sensible, más frágil, es muy grande y aún le falta esa
reunión. En casa el caballo lo borda, pero en la plaza se aplasta un poco y se
le ve algo más indeciso, pero puede marcar la diferencia porque hace cosas
extraordinarias. Los veteranos, como Ranchero, un caballo consolidado, que es
capaz de quedarse a un metro del toro sin pestañear, con mucha torería; Capea
es otro de los caballos seguros de mi cuadra, que es capaz de estar al nivel
con el malo y el bueno. Se ha consolidado en un sitio importante también a la
hora de matar, dejándoselos siempre venir. Tiene un sitio bonito y de mucha
clase.
La gran noticia de todo esto, mirando al futuro, es que
estamos hablando de una temporada en la que hay dos corridas de rejones aún por
celebrarse en Madrid y Roberto Armendáriz se erige como nombre fundamental para
hacer el paseíllo en este ruedo.
Yo creo que debería ser así. Si el toreo es justo, como se
dice, debería ser así. Debería estar en Madrid. El toreo, siempre debe premiar
el esfuerzo en la plaza y el triunfo.