Miguel Reta es uno de los ganaderos románticos que lucha día a día por aportar su grano de arena a la diversidad del campo bravo. Desde hace años, cuida y mima a sus animales de Casta Navarra muy cerca de su Pamplona. Aficionado cabal, se juega su patrimonio en un proyecto con demasiadas aristas. Pero no le preocupa, pese a las vicisitudes que está viviendo no pierde el optimismo ni la sonrisa. La pandemia le golpeó con dureza como al resto de sus compañeros. En su caso, la lucha fue titánica por conservar un animal único, un toro prácticamente desconocido.
El sueño de ser ganadero lo cumplió hace tiempo. El laboratorio de la bravura poco apoco va tomando forma, lo que parecía una quimera no hace muchos años se tornó en realidad cuando vislumbró la posibilidad de lidiar. Como dice Miguel, quizás la oportunidad les llegó algo pronto. Las circunstancias hicieron que la corrida se lidiase con seis años, lo que sin duda hacía más grande el globo de la incertidumbre.
Atiende a Cultoro tras un año de muchos vaivenes emocionales, de una ganadería que le ilusiona pero de la cual también conoce sus carencias. Queremos hablar con un ganadero singular, diferente, pero el cual quiere devolver al toreo una sangre que está ligada de forma directa a la historia de la tauromaquia. Descuelga el teléfono, le preguntamos por Céret, la tarde que lo puso en el mapa.
Reta de Casta Navarra: sus sueños para 2022
P- Céret era sin duda era la tarde que llevabais buscando tanto tiempo; me explico, el poder debutar con corrida de toros supongo que sería un sueño que llevábais buscando desde hace tiempo pero el cual quizás llegó algo pronto.
Para nosotros, debutar en lidia aunque haya sido un año tan duro ha sido una gran satisfacción, después de llevar más de veinte años seleccionado. En Céret hubo momentos de pánico pero también momentos épicos: eso es lo que buscamos. Pudo llegar algo pronto, puede ser, pero el paso ya está dado. Arrepentirnos no nos arrepentimos. Quizás hubiéramos cambiado algunas cosas, pero bueno seguro que nos ayudarán para ocasiones venideras.
P- Ese debut supongo que traería consigo muchas noches de insomnio pensando como saldría todo. Se suele decir que nunca nadie se arrepiente de ser valiente, supongo que la apuesta sería arriesgada pero enriquecedora. La afición no os dejó solos.
R- Soñabas algún día que llegase algo similar, porque es fácil, que llegaría este momento, pero no tenía muy claro que iba a llegar yo tan pronto. Está siendo muy difícil y muy costoso, no solo por la situación sino por el tipo de animal que tenemos nosotros. La gente lo ha comprendido y nos ha apoyado mucho. Tanto la corrida de Céret como la novillada en Corella, lo respondieron los aficionados.
P- El toreo es un mundo complejo, en el que las opiniones son diversas. Sentís que tanto la prensa como los aficionados entendieron esta apuesta de Reta de Casta Navarra?
R- Yo pienso que hay que tener en la cabeza. Das el paso y estás expuesto a la crítica, hay gente que lo ha entendido y hay gente que no, pero este es un primer paso de un camino largo. Tan largo que no he hecho más que encender una mecha. Sí que es cierto que es un tipo de corrida para los muy aficionados, para gente que le guste la lidia. Y el mercado francés y del norte de España es quien más puede entenderlo.
«Céret fue el primer paso sabiendo las dificultades que tiene un toro con más de seis años»
P- Entiendo por lo que me dices que Ceret fue el primer paso dentro de un camino largo y el cual no va a estar exento de dificultades
R- Así es. Céret fue el primer paso sabiendo las dificultades que tiene un toro con más de seis años. Hubo momentos de pánico pero también momentos épicos, y es lo más bonito. Luego la de Corella fue una novillada que, aunque tiene una dificultad, la edad y ese desarrollo de ese sentido no pesa tanto, fue una lidia más. Se aminoraban todos los defectos al ser novillada.
P- Tras la experiencia de Céret, ¿qué te enseño esta aventura?
Hemos aprendido que toros tan adultos ya no se pueden lidiar en nuestra ganadería. Si ya dan problemas en grandes ganaderías, imagínate en nuestro caso con toros de más de seis años. Eso fue la prueba de fuego. El problema es que la morfología de este animal se desarrolla y se cuaja como toro muy tardíamente, casi de cinqueño. Por eso habrá que buscar el equilibrio entre la edad y la toreabilidad.
«Francia entiende este tipo de lidia que busca Reta de Casta Navarra»
P- Tras la apuesta de 2021 con la corrida de Ceret y la novillada de Corella, ¿cómo plateáis la temporada que se nos avecina?
Hay una corrida preparada en el campo y alguna novillada más, pero la dejaré como corrida de toros para el 2023. Lo que se gana en mejora del comportamiento, se pierde por la falta de oficio. Los toros de casa son animales complejos, exigen una experiencia y un bagaje que muchos novilleros no tienen. Esto es un toro distinto a todos.
P- La apuesta está entonces en las corridas de toros. ¿Francia debe volver a ser el bastión donde se sustente la ganadería?
Totalmente. Lo que sí que me gustaría seguir en esa línea del mercado francés, porque Francia entiende este tipo de lidia que busca Reta de Casta Navarra y ha apostado siempre por nuestro proyecto, lo ha defendido y lo ha seguido.