JAVIER FERNÁNDEZ-CABALLERO / FOTOGALERÍA:
LUIS SÁNCHEZ OLMEDO
Confirmaba
su alternativa esta tarde de jueves Joaquín Galdós en Las Ventas acompañado de
dos toreros de máxima categoría para esta cita: José María Manzanares como
padrino y Cayetano Rivera –en su vuelta a este escenario tras un lustro sin
pisarlo- como testigo. Se lidiaban cinco toros de Juan Pedro Domecq y uno, el
quinto, de Juan Manuel Criado.
«Esbelto”,
colorado chorreado nacido en febrero de 2012, era el primero de la tarde, el
animal de la confirmación de alternativa de Joaquín Galdós. No humillaba y tenía muy poco celo en su
embestida el animal, saliendo huyendo del caballo de Felipe López. Efectivo fue
el primer par de Antonio Chacón, al igual que el del tercero José Antonio
Maqueda ante la lidia de Ángel Gómez Escorial, que se estrenaba en Madrid como hombre
de plata. Tras la ceremonia de alternativa y brindis de Galdós, comenzó faena
sacándose a los medios a un toro de Juan Pedro que tuvo prontitud en su
embestida. La clave estuvo en cogerle la altura a un toro que se le arrancaba
desde lejos a los trastos del peruano, en un animal con movilidad pero siempre
pasador. A menos fue el animal, matándolo sin puntilla en el momento en el que
sonaba un aviso.
Cuatreño y de muy justa presencia para Madrid era el quinto, pesando 538 kilos, un animal muy bajo al que Manzanares recibió
a la verónica con mucho gusto, llenas de armonía. Paco María se encargó del
tercio de varas del animal, ante un toro que acudió presto a la primera vara,
pero luego tuvo instinto huidizo hacia el caballo de Chocolate. Buena fue
también la segunda vara, arrancándose el toro con la cara abajo y aguantándole
el empuje María. Llegándole mucho a la cara al toro entró Jesús González «Suso”
en el primer par, soplando con fuerza el viento en el momento en el que lo
lidiaba Rafael Rosa, que le dio muchos tiempos al animal para darle oxígeno. Durante
toda la ceremonia de devolución de trastos los subalternos lo sujetaron de
forma perfecta, aunque se les fue antes del brindis. Acusó la falta de fuerzas
el animal en los primeros compases del trasteo tras dedicar su faena al Rey
emérito don Juan Carlos. No tuvo celo el animal, que se vino soberanamente a
menos y con el que nada pudo hacer el alicantino, sólo matarlo de un soberbio
estoconazo.
Colorado
listón era el tercero, cuatreño, pitado por el respetable, con un peso de 536
kilos al que Cayetano recibió por un ramillete de airosas más que templadas
verónicas. Luciano Briceño fue el encargado de picar al animal, partiendo el
toro la vara en el primer envite. Le echó la cara arriba en la segunda vara,
quitándose el hierro poniendo en aprietos a Briceño. Le humilló al sutil capote
de Joselito Rus, soplándole un espectacular par en toda la cara Iván García en
primer lugar. Impresionante fue el segundo par de García, de poder a poder,
andándole hacia atrás y desmonterándose junto con Alberto Zayas. También
importante fue cómo dejó Rus al toro en el burladero, con una sutileza cuasi
perfecta. En los terrenos del cinco comenzó faena Cayetano, dejando un buen
inicio de trasteo jadeado por el respetable. Pero en las dos siguientes tandas
el toro se vino abajo de una forma descarada. No conectó Rivera con el tendido,
matando de pinchazo hondo y estocada.
«Longaniza”
se llamaba el cuarto, segundo del lote de José María Manzanares, un toro de
Juan Pedro Domecq número 37, negro bragado meano nacido en enero de 2012,
cinqueño, con un peso de 532 kilos. El alicantino lo recibió sin lucirse a la
verónica. Pedro Morales «Chocolate” picó al toro, dejando un buen primer
encuentro. Efectivos anduvieron los hombres de plata. No tuvo le permitió el
animal el lucimiento, no calando los detalles del alicantino en el público de
Madrid. Mató de estocada baja.
Con el
hierro de Juan Manuel Criado era el quinto, «Náufrago”, herrado con el número
40, cinqueño, con el que Cayetano no conectó de salida. Luis Miguel Leiro picó
al animal, al que le recetó dos varas antes de la lidia seria de Iván García y
los pares efectivos de Joselito Rus y Zayas. Muy buen inicio de faena tuvo el
torero de dinastía, que se vino arriba el torero con la raza que lo caracteriza
con una máxima naturalidad. Por el pitón derecho llegaron grandes momentos ante
un animal que le repetía, aguantando parones y gustando al tendido el remate de
esa serie. Más en corto intentó dárselos a zurdas, pero se los debió soplar de
uno en uno por la condición a menos del de Juan Pedro. Tuvo ritmo y cadencia el
animal, al que Cayetano finiquitó faena en muletazos por alto. Mató de estocada.
Ovacionado.
Cinqueño
y con 556 kilos era el sexto, segundo toro del lote de Galdós, que salió
echando las manos por delante. Casi al relance entró al caballo de Romualdo
Almodóvar, que lo señaló solamente en la primera vara. Al rey fue el brindis
del torero peruano, que no pudo ejecutarle una faena lucida debido a la
condición a menos, aplomadísimo totalmente en el epílogo. No alargó faena el
peruano. Tuvo problemas para enterrar el acero. Silencio.
FICHA DEL FESTEJO
Plaza
de toros de Las Ventas. Décimo segunda de la Feria de San Isidro. Corrida de
toros. No hay billetes.
Cinco toros de Juan Pedro Domecq, justos en la presencia, bien hechos. Uno de Juan Manuel Criado (quinto). Noble, repetidor y con ritmo el primero; pasador de raza justa y justo empleo el segundo; de movilidad humillada y codiciosa pero muy a menos el bello tercero; noblón y sin maldad el feble y sosísimo cuarto; humillado, franco y con clase el buen quinto; defensivo y aplomado el desrazado sexto.
José María Manzanares, silencio y silencio.
Cayetano Rivera, silencio y ovación.
Joaquín Galdós, que confirmaba su
alternativa, ovación tras aviso y silencio.