JAVIER FERNÁNDEZ-CABALLERO
Y llegó el día: el
peruano Joaquín Galdós confirmará su alternativa esta tarde en Las Ventas de
manos de José María Manzanares y en presencia de Cayetano Rivera en uno de los
carteles más esperados del ciclo isidril. El novillero, que fue uno de los más destacados
en el escalafón menor sobre todo con su gran cartel en Francia, tomó hace once
meses la alternativa en Istres de manos precisamente del torero alicantino y
desde entonces su carrera ha sido un ir y venir por cosos de tercera en los que
sobresalió el oasis de Dax, plaza en la que salió a hombros. Ahora se enfrenta
a su futuro en una tarde clave para el porvenir de sus días como matador de
toros. Lo cuenta a CULTORO.
¿Cómo te encuentras
física y psicológicamente preparado para este compromiso? Después de haber
estado ausente de las ferias de primera de inicio de la temporada, Madrid será
la gran esperanza para arreglar la campaña.
La verdad que estoy muy feliz, en un momento bueno en mi
vida. Veo reflejado el trabajo del invierno cada vez que me pongo delante del
toro y todo el tiempo que le he dedicado. Aunque me he quedado fuera de algunas
ferias y me he llevado alguna decepción, sobre todo con el caso de Sevilla,
siento que estoy afrontando Madrid en el mejor momento de mi vida. En todos los
pueblos en los que he toreado lo he demostrado, también en Aguascalientes. Me
encuentro mucho mejor que en años anteriores, y eso me da mucha moral para
verme capaz de presentarme en Madrid. Así lo veo y a nada que se junten toda
esa serie de circunstancias creo que voy a llamar la atención.
Los que hemos seguido
las citas de inicio de temporada nos hemos sorprendido por ese acople al toro
total que has tenido en plazas como El Burgo de Osma, Santa Cruz de Mudela o
Villamayor de Santiago en las que has hecho el paseíllo. Apenas llevas once
meses de alternativa pero has sabido medir los tiempos que exige esta profesión
para saber tomárselos perfectamente al toro con cuatro años, ¿cómo ha sido y
cómo has visto esa evolución?
El año pasado fue el año de acoplarme. Algunas tardes se me
pudo haber visto más nuevo, pero este invierno se me ha visto mejor. He querido
centrarme en lo que iba viniendo, en el día a día creo que se han visto faenas
interesantes y me he encontrado con esa rotundidad que hay que buscar. Antes tenía
gusto pero no era tan rotundo y macizo como me estoy encontrando ahora. Que no
pare esa evolución, pero ahora me siento preparado para pisar todas las plazas
de primera. A lo mejor, más que un mal, ha sido un bien no haber entrado en las
Ferias que me gané. Es ahora cuando me encuentro con la moral alta y preparado
para las grandes citas que van a llegar.
No sé si imaginabas
que sería así el golpe de la primera temporada completa como matador de toros.
Saliste a hombros del Baratillo y no estás anunciado en el abono de este año,
¿cómo afectó eso a tu moral?
Es algo que vengo sufriendo desde que soy novillero. Yo no
he pisado ferias como Valencia, por las que pasan una gran cantidad de
novillero. Tenía otro tipo de mercado, y quizá en mi época de novillero se
cerraban las ferias a tres nombres, que toreaban las novilladas de categoría y
punto. Yo sabía que eso iba a seguir siendo así de matador. Yo me olía que
podía pasar y estaba preparado para ello. En Sevilla no estoy y está la
presencia de otros toreros jóvenes que no soy yo, en Dax, donde triunfé al lado
de dos figuras, vuelvo en un cartel de menos categoría… pero esto es así. Soy
muy consciente que la única que me puede sacar de esta situación es Madrid.
Otras plazas de primera te aportan pero la que te saca en un día es Madrid. Va
a tener que ser ahí. Al final voy a tener que agradecer eso, porque me ha hecho
tener Madrid una verdad y un compromiso de novillero que no había tenido antes.
Quizás de novillero iba toreando todos los días y con muchos contratos y me la
tomaba como una más. Ahora me doy cuenta que hay que llamar la atención, que
hay que hacer algo importante y estoy convencido que me va a servir un toro y
le voy a dar la vuelta a las cosas.
En Aguascalientes
dejaste ver tu toreo, cortando una oreja a ese toro de Boquilla del Carmen.
Fue una tarde difícil. Cuando llegamos a México había solo
cuatro toros del hierro titular y hubo que buscar otros cuatro en dos días.
Esos no dieron opciones y la mitad de la corrida fue soporífera, porque darle
la vuelta a cuatro silencios en una corrida de ocho toros fue difícil. Además
el toro de Boquilla tenía buena condición pero era muy grande y tuvo los pases
justos. Creo que tuve la capacidad de, con quince pases, cortar una oreja. No
es la faena que sueñas ni es rotunda pero sí que dejas ver otras condiciones.
Sobre todo la capacidad de pensar y de que la faena tenga intensidad para que
le puedas cortar la oreja. Una solo sabe a poco hoy en día, pero me fui
sabiendo que es una feria difícil y conseguí cortar una. Para mí fue un
triunfo.
Además, un gran gesto
de generosidad por parte de Manzanares al confirmar tu alternativa.
Vengo de estar dos días en el campo con el maestro
Manzanares, que es mi padrino por partida doble. Me dio la alternativa y ahora
me la confirma. Tengo mucho que agradecerle, porque veo que no ha habido ninguna
traba a torear conmigo en ninguna plaza. Sabemos que ellos tienen también parte
de la decisión de los carteles en los que torean, y me dice que vaya muy
tranquilo. A Madrid hay que ir tranquilo, porque a veces lo que haces no tiene
el eco que quieres. Me dice que intente entregarme, que haga todo de verdad
pero que si veo que aquello no conecta que siga mi camino, que siga haciéndole
al toro lo que yo creo que necesita, que dé lo mejor de mí y que no me preocupe
por las orejas, porque bajan del cielo. Es difícil asumir una única tarde así,
pero es la mejor forma de tomarte el día para no salir agarrotado o rápido, que
es lo peor que tiene la presión. Lo mejor es que salga a Madrid como he salido
a las plazas de tercera en las que he salido a inicio de temporada.
El otro día triunfó
un novillero, que es Colombo, que es un caso similar al vuestro. Es Venezuela
un país denostado taurinamente por la situación política que vive pero es un
nombre que puede revolucionar a toda la afición de su tierra como el caso de
Roca Rey y el tuyo. ¿Os sentís identificados? Por cierto, ¿sigues manteniendo
la gran relación con Andrés?
Con Colombo tengo relación, desde que Andrés y él eran niños
toreros. Yo me acuerdo que era aficionado, mi padre tiene una ganadería y yo me
iba allí y los veía. Yo aún no quería ser torero, pero era el hijo del ganadero
y me gustaba torear y venían a mi casa a tentar y salía detrás de ellos, porque
eran niños prodigios. Toreaban erales con doce años y andaban a patadas.
Tenemos una amistad buena los tres y creo que es importante que salgan toreros
americanos que llenen las plazas que allí no se están llenando y que sean ídolos.
La relación con Andrés es muy buena de siempre, pero con el rito de su
temporada cada vez nos vemos menos.
Los tres que hemos
mencionado os sentís bandera y revulsivo de esa parte de la afición americana y
tenéis en vuestra mano vuestra juventud y volver a reinventar el toreo allí, haciendo
que la gente y la Fiesta siga viva.
Por supuesto. Somos una ilusión para toda América. En México
no soy figura pero la gente me conoce, o en Colombia. Que sea un torero en
Venezuela o Perú hace que toda América esté pendiente. Es importante que salgan
toreros importantes de otros países. Nosotros ya podremos llegar donde
lleguemos pero la ilusión está y la gente va a vernos. En Lima, cunado maté
seis novillos, había tres cuartos de plaza. Mis amigos del colegio se han hecho
aficionados gracias a mí, todo eso influye, es defender la Fiesta y es
positivo.