Se esperaba con expectación la conferencia de Justo Hernández este jueves en la Asociación El Toro de Madrid, un ganadero que tiene una visión muy particular de lo que es el toro bravo. No le gusta definirlo con palabras encorsetadas, sino con un vocabulario más adaptado a los tiempos que vivimos. Busca un toro diferente al resto, con unas características muy definidas. Perdona ciertos fallos si encuentra ese gesto o esa embestida que le llama. No tiene problemas en hablar de cuál es su tipo de toro, de lo que busca, de lo que sueña como ganadero.
Su intervención con los aficionados no dejó a nadie indiferente: cuando se habla sinceramente y sin tapujos, el de enfrente acaba entendiéndote. Hay muchas formas de ver la bravura y Justo sabe cuál es la suya. La defiende y la cuenta. La despedaza para que sea más fácil digerirla, comprenderla, entenderla. A continuación les dejamos un extracto de su intervención ayer y en ella habla de todo esto que les venimos contando en la introducción. Hay una frase que define muy bien que toro busca esa no es otra que «yo no he encontrado aún el toro bravo que sueño. El toro que crío tiene mil defectos, pero lo que si tengo claro es que las pequeñas virtudes hacen grandes a los animales, y mi toro pese a las imperfecciones me llena profundamente».
«Toda mi vida la he dedicado a llevarles la contraria a muchos aficionados, pero también a entenderles. Yo me he fijado en cualidades de toros de otros encastes que no eran Domecq que a mí me entusiasmaban. Yo he buscado otras cosas distintas que no tenía en otro momento, y por eso he buscado otro toro diferente. Esta es una ganadería que matan las figuras, y me gustaría aclarar todas las preguntas, porque cuando se viene a Madrid se viene a por todas”. Así comenzó su intervención Justo Hernández.
Justo Hernández: «La bravura es un término muy puro»
PREGUNTA DEL AFICIONADO: Usted es un ganadero que ha conseguido encontrar un toro que con sus virtudes y defectos embista mucho. Me gustaría que nos contase en que momento se encuentra su ganadería y si aún puede seguir evolucionando.
«Hay una frase de mi amigo José Ignacio Charro siempre cuenta que su padre decía a su mujer «Me quedan dos años para que la ganadería empiece a funcionar» a lo que le contestó la mujer: «llevas cuarenta años diciendo lo mismo». Pues así estamos, esa es la realidad. Cuando echas los sementales a las vacas te crees que ya lo tienes, que son los que te van a encumbrar, cuando tientas las eralas ya te vas dando cuenta que cometiste un error hace dos años y cuando tienes toros ya no tienes ninguna esperanza de que las cosas salgan, estando muy lejos de lo que buscas, pero sigues ilusionado por lo nuevo que viene detrás. Pues así estamos. Ahora mismo asustados porque viene la temporada y ya sabemos lo que hay, pero muy esperanzados porque lo que estoy haciendo este año me está encantando. Pero vamos así creo que vamos a estar toda la vida».
PREGUNTA DEL AFICIONADO: La pregunta que te quiero hacer es que, estando sentado en el tendido, observo en tu ganadería que tus toros se definen muy pronto: el malo, en la mano y el bueno vemos que va a dar un juego importante.
RESPUESTA: «Hay que jugar a predecir, hay que saber que te has equivocado muchas veces, y me gustaría predecir lo que van a hacer los toros. Pero es muy difícil. En mi casa me gusta hacerlo: me gusta quemar sementales por ver qué hacen antes, para saber cuál es el bueno y el malo, porque eso vale dinero, ya que acertar es un lujo y desacertar es una ruina. Creo que acertar es lo más difícil que hay».
LOS DOS PRIMEROS TERCIOS
PREGUNTA DEL AFICIONADO: En el primer tercio y el segundo, he visto bastantes toros de su casa que hacen que los profesionales de plata lo pasen muy mal.
RESPUESTA DEL GANDERO: A los que mejor trato cariñosamente es a los banderilleros. De verdad que a las figuras no las necesito convencer, pero los banderilleros lo pasan muy mal, y veo que cualquier día recibo un veto y me voy a la ruina. Ya he cogido la fama y cualquiera que hace un gesto se multiplica el problema. El toro tiene una condición, lo tiene en el caballo, en las banderillas y en la muleta.
PREGUNTA DEL AFICIONADO: Nos gustaría que nos contara las cualidades que busca en un toro bravo.
RESPUESTA: El secreto del toro es la transmisión, pero la transmisión no es la movilidad, sino el gesto, que hace que el aficionado sueñe y que se emocione. Para mí, eso es la transmisión, eso especial, eso que le hace distinto. Con mil defectos, sabiendo que hay un tío que se está jugando la vida porque tiene que solucionar un montón de problemas y, en cuanto se equivoque, va a tener también un problema. Y a mí eso me emociona. Incluso el toro puede ser un poco manso, pero puede tener algo que te enganche y que te vuelva loco.
PREGUNTA DEL AFICIONADO: ¿Nos podría contar cual es su definición de bravura?
RESPUESTA: La bravura es un término muy puro, y yo no tengo ningún toro bravo. Yo no he conseguido nunca lo que yo entiendo por toro bravo ni lo he visto nunca. No he visto nunca un toro verdaderamente bravo. El toro siempre mide cuando puede y tiene un pequeño punto donde sabe que puede, y entonces se hace el bravo. Pero la bravura pura es imposible de conseguir. Yo no la he visto nunca. Y me duele que muchos ganaderos que cuando echan una corrida mala se tapan en el término bravura, en que lo bravo molesta. Y no: tu toro ha sido malo, no ha sido bravo. Y te estás tapando.
PREGUNTA DEL AFICIONADO: ¿Y la casta?
RESPUESTA: ¿La casta? Es otro término parecido a la bravura, más de genética. En un toro encastado, su comportamiento quiere ser bravo. No lo sé definir bien. Yo hace muchos años que no me gusta definir estos términos que me parecen tan puros y tan mal usados. Y si me gusta ver si un toro empuja de verdad o no. Lo otro es perderse en palabras vanas. Me da mucho miedo todo esto.